Naldy Rodríguez
Transparencia 3.0
No sé qué estará pensando en estos momentos Daphne… de forma involuntaria, otra vez es noticia nacional e internacional. Los medios de comunicación y los usuarios de las redes sociales reproducen una y otra vez detalles del abuso sexual que sufrió aquel 3 de enero de 2015.
La mediatización de éste y otros casos similares, revictimiza a las víctimas pues expone a las jóvenes a las opiniones de decenas y miles de personas que desde su móvil y un solo clic pueden esparcir comentarios, la mayoría de ellos hirientes y hasta agresivos.
“Tristemente esto no terminó como yo hubiese querido, quedé expuesta a nivel nacional, quedé señalada por la sociedad, quedé muy triste y decepcionada de algunas personas”, escribió Daphne en una carta publicada el 29 de marzo de 2016 en Facebook, la red social con más usuarios en México.
Ahí expuso públicamente su sentir para después eliminar su cuenta en esa red social.
“Me dije a mí misma que no pondría nada al respecto, al menos no directo, pero creo que ya toqué fondo”, escribió.
En un “juicio virtual”, donde los usuarios de las redes se convierten en juez y parte, tanto víctimas como victimarios, y terceros involucrados, son expuestos al escrutinio público. Critican y estigmatizan a todos.
“Sé que no debería, porque no tengo o debo de darle explicaciones a todas esas personas que dicen ‘yo creo que el padre de la víctima actuó mal’, bueno les contesto: si actuó como actuó fue porque yo no quería nada, ni legal, ni social como salió ahorita, ni absolutamente nada, sólo quería paz y tranquilidad”, lamentó la joven veracruzana en esa carta que hizo pública.
En esa ocasión, platiqué sobre este caso y la exposición en los medios de las víctimas de abusos sexuales con el doctor en Psicología, Ricardo García Valdés, quien me explicaba que las afectadas tienen una necesidad de exteriorizar sus sentimientos, a veces en esa dimensión de lo inconsciente.
Un año después, con dos de los responsables tras las rejas, Daphne vuelve a estar mediáticamente expuesta. Pero esta vez cuatro personas más fueron exhibidas por el caso: el juez que ordenó la liberación de uno de los imputados, su esposa y sus hijas.
Entiendo que el juez Anuar González Hemadi es un servidor público y que por lo tanto su actuar debe ser revisado con lupa, estar bajo el escrutinio de la ciudadanía, lo que no puedo entender es que su familia también sea condenada.
Si reprueban que una joven de 17 años haya sido violentada, se me hace absurdo sugerir o siquiera pensar que «le hagan lo mismo» a las niñas del impartidor de justicia. Unas pequeñas de no más de seis años de edad que nada tienen que ver con el caso.
Mal el acto que condenan, pero peor el reclamo de las huestes.
Con las redes sociales y la sobreexposición de casos, víctimas y victimarios están expuesto a dos juicios: El de tribunales y el mediático.
Las cuentas de Facebook de Daphne y Anuar González ahora se encuentran cerradas… se alejaron de la “legión de idiotas” como dijo el buen Umberto Eco al referirse a los internautas y sus excesos en las redes sociales.
Mientras se conflictúan por un caso mediatizado y viciado de origen, la delincuencia sigue imparable en Xalapa y en el resto del estado. Sobre todo en la modalidad de secuestro, levantón o desaparición forzada.
Atentan contra lo más preciado, la vida. Y no se vislumbra una pronta solución.
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Twitter: @ydlan
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