Elena Córdova
Luna Nueva
En Veracruz, existe la posibilidad latente de que, aproximadamente, en unos cincuenta años, más de 600 kilómetros de playas, que forman parte de la infraestructura turística, como la de Costa Esmeralda y Veracruz-Boca del Río, junto con más de 200 kilómetros de caminos y alrededor de 20 de puertos marítimos, se puedan perder debido al cambio climático. Esto, según estudios e investigaciones hechas de científicos de la Universidad Veracruzana (UV) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Por otro lado, de manera más directa, mucho hablamos del otro clima de la capital xalapeña. La gente mayor cita con nostalgia el tradicional chipi chipi y las mañanas frías de las marcadas estaciones de otoño e invierno, donde no podía faltar de ninguna forma al salir a la calle, la chamarra y/o el suéter. Los especialistas señalan que esto se debe en parte a la gran desforestación, la tala del bosque que ha tenido el Cofre de Perote, otro icono de la naturaleza veracruzana.
Pero a qué se refieren los especialistas cuando hablan del cambio climático. La respuesta más generalizada y aceptada se usa para referirse específicamente al cambio climático causado por la actividad humana, y no como resultado de los procesos naturales de la Tierra.
En este sentido, especialmente en el contexto de la política medio ambiental, cambio climático se ha convertido en sinónimo de calentamiento global. En los textos científicos, el calentamiento global se refiere a aumento de las temperaturas superficiales mientras que cambio climático incluye al calentamiento global y todo lo demás, que el aumento de los niveles de gases de efecto invernadero produce, debido a la contaminación y deforestación, por citar dos ejemplos.
El pasado día 19 de abril de 2017, en el Centro Cultural Isidro Fabela-Museo Casa del Risco, de la Ciudad de México se llevó a cabo el foro “Igualdad de género y desarrollo rural sustentable: una nueva mirada al cambio climático”, realizado por la Alianza México REDD+ que viene a ser un grupo de organizaciones de la sociedad civil liderada por The Nature Conservancy (TNC), que desde 2011 ha apoyado técnicamente al Gobierno de México en la construcción de la Estrategia Nacional de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Forestal (REDD+), con el financiamiento de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), quienes señalan y reconocen el liderazgo y compromiso de la Sagarpa en el diseño e implementación de políticas públicas para el desarrollo rural sustentable con perspectiva de género. Por ello, le extendieron una invitación a participar en este foro, dando unas palabras en el panel de bienvenida. “Estamos seguros que su participación contribuirá de manera relevante para avanzar en la discusión sobre igualdad de género, desarrollo sustentable y cambio climático” y respondiendo a la honrosa invitación que se le hiciera a la subsecretaria de Desarrollo Rural de la secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) –orgullosamente, mi superior jerárquico dentro de la dependencia federal, además tutora política y amiga personal– tuvo a bien dirigir unas palabras en dicho panel de invitados especiales.
La Subsecretaria Mely Romero, en su atinada participación, señaló que “a nivel mundial, 1 de cada 3 personas depende de la agricultura, a pesar de esto el sector agroalimentario es el más expuesto a los desastres por fenómenos naturales y las mujeres rurales son las más vulnerables porque la desigualdad de género en el ámbito rural es aún más grande”.
Mely Romero hizo un breve recuento de lo catastrófico que resulta el cambio climático en nuestro país, agregando que “Las mujeres pueden ser las líderes y los ejemplos que el mundo necesita frente al cambio climático. Las mujeres son guía en sus hogares y sus acciones tienen gran impacto en sus familias. Deben ser el ejemplo vivo de que las acciones locales pueden tener una incidencia global. En México hay una oportunidad inmensa: 14 millones de mujeres viven en el campo. Sin embargo, 1 de cada 5 vive en pobreza extrema”.
“Es importantísimo entender que las mujeres no tienen las mismas condiciones para su desarrollo personal y económico que los hombres y que esto afecta el futuro del planeta. La ONU dice que garantizar la igualdad de acceso de las mujeres a la tierra y otros insumos agrícolas aumenta la productividad agrícola en un 30% y reduce el número de personas con hambre. No sólo eso, dotará a las mujeres de las herramientas que aún no tienen y que nos pueden ayudar a mitigar los efectos del cambio climático”.
La subsecretaria mencionó que “estoy segura que si las mujeres tomamos con seguridad y determinación el liderazgo para mitigar los efectos del cambio climático nada nos detendrá”. Seguramente, para muchos este tema no tiene mayor relevancia, pero sin duda todos padecemos los efectos del cambio climático.
En el mundo, inmerso en una amenaza de guerra mundial, terrorismo y demás, es difícil que se atiendan como debe este tema. Y ni soñar que, en México o Veracruz, se le preste la debida atención, pues la política, y no la del medio ambiente, sigue siendo, atender lo urgente y dejar a un lado lo más importante. Sin duda.
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