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    Jesús N. Junquera

     

    Considero que los partidos políticos deberían tener reglas más selectivas o ser más estrictos a la hora de seleccionar a sus candidatos a cualquier puesto de elección popular y sobre todo, tener más cuidado a quien nombran cuando están en el poder.
    Hay candidatos que creo que se escogen adrede para perder una elección y los candidatos de los otros partidos políticos hasta se alegran. No sé a qué persona se le haya ocurrido postular a «la güerita que ayuda»…  ¿A quien ayudó? Y yo me quedé pensando que el mismo PRI se estaba haciendo el harakiri.
    Desconozco por qué Héctor Yunes no protestó.
    Por sentido común debieron hacer o decir algo ya que  muchas personas a la que conocí y que conocían a la susodicha me decían, por qué no hablan con el candidato y le dicen: «mire candidato, esa güerita, es muy guapa y quién sabe quién la ayudó a llegar (todos sabían por qué llego)… ¿Y por qué ponerla como candidata? y peor aún, ¿sin tener ningún mérito? Ojalá y le diga que se haga a un lado, que queremos ganar y no perder esta elección». Pero nadie tuvo el valor.
    A veces hay personas que estorban y perjudican. Escuché tantos comentarios negativos de mucha gente de la ciudadanía por la gente cercana a Héctor Yunes.
    Si Héctor Yunes hubiera querido ganar, a pesar de Duarte, no hubiera permitido que ningún miembro de su equipo de campaña, hubiera pertenecido al gobierno de Duarte.
    ¡Absolutamente ninguno!
    Bueno, hasta una tal Leticia Perlasca ya estaba tronándose los dedos y en pláticas con su gente y bien  apuntada para seguir saqueando al estado! Cuando la señora esa fue exiliada gracias al periodista Armando Ortiz, quien le sacó sus corruptelas con fechas, negocios, cuentas y demás. Yo, simplemente le hubiera dicho a Héctor Yunes, por ningún motivo la salude. Que no deje que se le acerque.
    Una frase que siempre tuve en mente para él era que les dijera a tanto vividor de la política: «Vamos a ganar, solo aléjate y que no me vean contigo». Sin embargo, escogieron a «la mejor gente» para hacerlo perder… ¡La mejor! Pero ¿cómo decirle al entonces candidato algo si la gente que en verdad lo quería ayudar era bloqueada por gente tan inepta, envidiosa y ambiciosa?
    No digo nombres, pero todos sabían quiénes eran.
    Consideró que su equipo más cercano, ese que estuvo relegado en el gobierno de Duarte, como ejemplo digo un nombre: el dinámico y ahora diputado Ernesto Cuevas, debió tener una mayor participación con el candidato así como mucha gente valiosa que fueron relegados.
    Pero había consigna de otro gobierno pasado próximo que imponía a gente inepta y corrupta: «Mientras yo viva, no permitiré  que esos árabes lleguen al poder». Y comenzaron a imponer a mucha gente salida de las cloacas como queriendo perjudicar al candidato complicándolo para que no pudiera ganar.
    Si no era Miguel, pudo ser Cuitláhuac, un joven con una gran visión política y con un incansable espíritu de lucha y que debido a ese maestro que ha tenido y quién jamás le hubiera permitido un acto de corrupción: el maestro Atanasio García Durán. (Pero esa es otra historia)
    Creo, en mi opinión, que las cosas hubieran sido diferentes con Héctor y quizás, mejores. El gobierno federal hubiera dispuesto con mayor facilidad para el rescate financiero del estado de Veracruz. Conozco al senador y sé que es un hombre institucional y un hombre con un gran sentido del honor y sobretodo, un hombre honesto y que al no participar directamente en el gobierno de Duarte, tenía mayores argumentos que cualquier otro candidato que se hubiera postulado por el PRI.
    Le pasaron muchas cosas, confiar en quien no debía y aceptar que Duarte le hiciera el regalo de «la caña de pescar», siendo este hecho de una forma ofensiva y que ocurrió en su cumpleaños. Obviamente a don Héctor esto le cayó de sorpresa y quizás por alguna emoción y por el momento no reaccionó rápido, tal vez fue el entorno. Hasta que se dio cuenta de todo, de la ofensa y quizás fue cuando tomó la decisión de regresarla… estuvo bien que la regresará, pero el daño estaba hecho.
    A las personas se nos olvida lo difícil que era enfrentar, oponerse o decir algo en contra del ex-gobernador.
    Solo quiero preguntar algo: ¿por qué hubo un joven alcalde que nunca fue a gritarle a Duarte cuando este era gobernador y sí lo hizo con dos personas de la tercera edad como fue con Flavino y a Pretelini? Sencillo. En ese momento y conociendo a Duarte diré que lo hubiera sacado a cachetadas del lugar que fuera y estoy seguro que ese alcalde no hubiera metido las manos.
    Pero los  recibos se cobran y se pagan.
    Ahora esa persona tiene todo el poder y las cosas cambian.
    Quién sabe si en las próximas elecciones sigan los cambios y que éstos sean para mejorar.
    En fin, ahora me parece que si Héctor Yunes hubiera sido gobernador,  por mucho que él hubiera querido actuar de la mejor manera a favor de la población, estaría maniatado, condicionado, por intereses perversos que siguen ahí, esperando la oportunidad de llegar al poder, para seguir saqueando al estado. Las elecciones de ahora tendrán muchas sorpresas en varios municipios.
    Pero las próximas, serán más complejas, quizás por tener el efecto López Obrador, Margarita Zavala o quien resulte del PAN o el candidato del PRI. Pero la gente tiene más información y ya hasta en el pueblo más alejado, la gente tiene internet y no se deja engañar tan fácil.

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