Ricardo Vázquez Salazar
Esfera Política
Las tormentas políticas en nuestro país se están convirtiendo en huracanes. ¡Ya mejor que se vayan a su casa, de cualquier manera no hacen nada! Se escucha decir entre el reclamo de la población, ante la crisis al interior de la Cámara de Diputados, porque los grupos parlamentarios no llegan a un acuerdo para elegir a la nueva Mesa Directiva, la parálisis legislativa afecta a los mexicanos. Los albiazules también siguen dando la nota, a alguien le salió bien la jugada y los panistas cayeron redonditos. ¡Mejor imposible! El conflicto entre antianayistas y antizavalistas, como el huracán Irma, avanza y se fortalece cada día más.
En el golpeteo, al senador Javier Lozano Alarcón lo balconean en una foto con el capo huachicolero, Othón Muñoz Bravo, “El Cachetes”, detenido hace dos semanas por la Marina Armada de México en Puebla; en la imagen se observa al capo entre un grupo de empresarios poblanos que proporcionaron a Lozano en 2012, una camioneta Cadillac valuada en más de un millón de pesos para su campaña al Senado.
«Nunca antes se había presentado, desde que se tiene registro, un Niño, una Niña y un Niño, de manera consecutiva», informó el pasado mes de abril el director general de la Comisión Nacional del Agua, Conagua, Roberto Ramírez de la Parra,
El Servicio Meteorológico Nacional informó que se prevé que 18 tormentas se formen en el Pacífico, incluyendo cinco huracanes de categoría 3 por lo menos. Otros 15 se pronostican para el Atlántico, entre ellos cuatro huracanes de categoría 3 al menos. La temporada en el Atlántico inició oficialmente el 1 de junio.
El huracán “Irma” que avanza sobre el Caribe es la tormenta más poderosa que se haya registrado sobre el Océano Atlántico. El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos señaló que el huracán tiene vientos de hasta 297 kilómetros por hora conforme se aproxima a las Islas de Barlovento en el noreste del Caribe.
Especialistas en la materia aseguran que la fortaleza de “Irma” es resultado de aguas inusualmente cálidas en esa zona del Atlántico. Autoridades advierten que el huracán podría depositar hasta 25 centímetros de lluvia, provocar deslizamientos e inundaciones y generar olas de hasta 7 metros de alto.
Autoridades de algunas islas del Caribe sobre las que se encamina Irma han comenzado a evacuar a su población.
Rick Scott, gobernador de Florida, ordenó suspender el cobro de peajes en carreteras de todo el estado mientras el huracán “Irma” se aproxima a la región. Scott dispondrá de 7 mil efectivos de la Guardia Nacional para estar en actividad el viernes, día pronosticado de posible arribo de “Irma” a Florida.
Tres ciclones están activos en el Atlántico en este momento: el huracán Irma, la tormenta José y la depresión tropical 13.
El semanario británico, The Economist, en su edición impresa del 2 de septiembre, trae en la portada una impresionante imagen de la inundación en Houston, provocada por el paso del huracán Harvey, con el título: “Inundaciones. Cómo tratar con ellas”. En el cuerpo de la nota puntualiza: Cómo la política gubernamental agrava huracanes como Harvey. Como si el calentamiento global no fuera suficiente de una amenaza, la mala planificación y los subsidios tontos empeoran las inundaciones
Lo que acaba de ocurrir es muy lamentable. La tormenta tropical Lidia provocó la muerte de al menos siete personas y daños materiales a su paso por la península de Baja California. El número oficial de personas muertas por el huracán Harvey en Texas se elevó a 60; los daños materiales son todavía incuantificables en el área de Houston y otras regiones.
Las afectaciones en BC y Texas, los ciclones y tormentas que se encuentran activos en estos momentos, así como los pronósticos para este año de expertos meteorológicos, es una situación que pone a pensar a cualquiera.
Qué más desearíamos que ningún huracán o tormenta vuelva a golpear a nuestra entidad veracruzana ni a ninguna otra, ni en el presente año ni ningún otro; desafortunadamente nuestro territorio es susceptible de este tipo de fenómenos naturales, a la vez, la población de más bajos recursos, la que habita asentamientos irregulares, que no son pocos, es muy vulnerable.
Ante esto no está por demás que las tres instancias de gobierno se pusieran a trabajar de inmediato sobre este tema, a manera de redoblar las medidas. Que los encargados de Protección Civil no esperen a que tengamos encima un huracán de grandes dimensiones, para que dos días antes de que pudiera llegar a golpear nuestro estado empezaran a coordinarse.
La tarea por hacer es demasiada.
No está de sobra que se pongan a revisar los atlas de riesgos municipio por municipio -si es que existen- en lo que se refiere a tormentas, huracanes, lluvias prolongadas y torrenciales. Existe en Veracruz infinidad de zonas de alto riesgo, por inundaciones, deslaves, desbordamiento de ríos.
Los alcaldes están relajados. El recurso es escaso para realizar obra pública; varios están ocupados en amarrar los negocios que se pueda antes de que concluyan su administración. Sería importante que los pongan a trabajar.
La implementación de estrategias preventivas puede significar la diferencia entre la vida y la muerte de muchas personas.
Los avisos están dados.
Las voces de alerta ya se hicieron escuchar.
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