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    Ricardo Vázquez Salazar

    Esfera Política

    A partir del momento en que se dio a conocer la desatinada medida de cancelar el programa  DACA, son sorprendentes las historias de éxito y superación que se han difundido en los distintos medios de comunicación, acerca de los llamados “Dreamers”, que más que soñadores, muchos de estos son jóvenes dignos de admiración, por las agallas, temple y coraje que tuvieron para tomar la decisión de emigrar al vecino país, algunos partieron con su familia, pero muchos, siendo niños o adolescentes partieron solos, sin compañía familiar.

    Incansables, trabajaron de madrugada para poder estudiar durante el día. En la actualidad muchos son personajes destacados en determinada área, lograron convertirse en empresarios exitosos, o son sobresalientes en algún oficio. Hoy todos ellos representan una parte importante en la economía de Estados Unidos.

    Ha sido fuertemente criticada la instrucción girada por el presidente estadounidense Donald Trump, quien ordenó este martes la eliminación del programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, DACA, por su sigla en inglés, producto de una orden ejecutiva de Barack Obama, que protegía a los jóvenes sin documentos de la deportación. Trump pidió al Congreso de ese país que lo remplace con leyes antes de que expire por completo el 5 de marzo de 2018.

    Ante la situación que parece inminente se avecina para los “Dreamers”, habrá alguien en México que llegue a pensar que tienen deseos de regresar a su país, por supuesto que no tienen el más remoto deseo de regresar a su país, enterados de toda la gravedad de lo que ocurre de este lado en estos momentos: violencia, corrupción, impunidad, escasas oportunidades laborales y bajos salarios.  

    Paul Krugman, Premio Nobel de Economía, apunta con admirable certeza como siempre, en su columna publicada en The New York Times: “La decisión de Trump de aniquilar a DACA -sin importar el intento de ocultar las cosas con ese retraso sin sentido- es, ante todo, una obscenidad moral: arrojar a 800 mil jóvenes estadounidenses es todo lo que importa, que no han hecho nada malo, básicamente es por racismo”.

    “Los ‘Dreamers’ son inmigrantes calificados que hemos permitido específicamente porque ayudan a la economía. Más allá de eso, son jóvenes, lo que significa que ayudan a la economía en no una sino dos grandes maneras, porque mitigan los problemas económicos causados por el envejecimiento de la población. Uno de esos problemas es fiscal: a medida que la población envejece, hay menos miembros en edad laboral contribuyendo impuestos para pagar el Seguro Social y Medicare”, agrega Krugman.

    “Así que esto es un doble golpe a la economía de los Estados Unidos; que hará que todo mundo esté peor. No hay ninguna ventaja a esta crueldad, a menos que sólo quieras tener menos gente con piel marrón y apellidos hispanos alrededor. Cuál es el motivo, de qué se trata realmente todo esto”, remata en su texto el reconocido economista. Hasta aquí las afirmaciones de Krugman.

    Del total de “Dreamers”, 622 mil son mexicanos; estos son jóvenes calificados o altamente calificados como los describe el Nobel de Economía, cuya afirmación la fortalece Brad Smith, presidente y director Jurídico de Microsoft, al declarar que Microsoft trataría de impedir que el gobierno federal deportara a sus empleados “Dreamers”.

    Los valientes y aguerridos soñadores mexicanos buscarán por todos los medios continuar de migrantes en otro país. Si no tienen otra alternativa partirán a Australia, Nueva Zelanda, Alemania, Medio Oriente, o a cualquier otra de las naciones que ofrecen en la actualidad, no únicamente oportunidades de empleo, sino otros beneficios adicionales.

    Especialistas en la materia, aseguran que el país que va a aprovechar bien a todos esos jóvenes o medianamente jóvenes despreciados por el gobierno de Trump, podrían ser  aprovechados por Justin Trudeau, primer ministro de Canadá; nación que auguran abrirá las puertas a un gran número de mexicanos calificados y altamente calificados, que se prepararon y capacitaron en Estados Unidos, inversión que a Canadá no le habría costado.   

    Es verdaderamente sorprendente el número de jóvenes, profesionistas sobresalientes, que dominan 3 o 4 idiomas, veracruzanos y de otras entidades, en busca de un futuro mejor han seguido emigrando a países de todos los continentes, sin excepción de ninguno.

    Cuando antes Estados Unidos era la única nación atractiva, hoy en día, además de Norteamérica, se pueden encontrar en Europa, Oceanía, y en regiones como Medio Oriente.     

    La clase política mexicana se expresan preocupados por el futuro que les depara a quienes se encuentran en el vecino país; que van a cabildear por los “Dreamers”; convocan a la solidaridad por ellos, bla, bla, bla.

    rvazquez002@yahoo.com.mx

     

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