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    Luis Alberto Romero
    Hora Cero
    No se sabe si fue para saludar o para despedirse; el caso es que el diputado federal Alberto Silva Ramos (PRI) estuvo en días pasados en la tierra que representa ante la Cámara Baja, Tuxpan.
    Sin embargo, a diferencia de cuando se encontraba en un buen momento político por su cercanía con el ex gobernador Javier Duarte, hoy reo del Reclusorio Norte, Silva Ramos se vio solo, ya sin el séquito que le rodeaba cuando era alcalde tuxpeño, secretario de Desarrollo Social, o coordinador de Comunicación Social y vocero de dicha administración estatal.
    El pasado 12 de septiembre, Beto Silva subió un video a sus redes sociales, en que aparece visitando algunos hogares, familias de escasos recursos, en la comunidad de Montes de Armenia, un pequeño asentamiento tuxpeño de 110 viviendas y unos 500 habitantes.
    En ese lugar, el ex funcionario del duartismo dice que entregó pisos de cemento y techos para luego realizar una segunda actividad: “supervisamos la construcción del gasoducto Tuxpan Tula que abastecerá de gas natural a nuestro país proveniente de Texas”.
    Silva Ramos es el vivo ejemplo de la nostalgia por el poder; del abandono en que se quedan los políticos en desgracia, los ex colaboradores de Duarte en este caso; sobre todo aquellos que por cuestionamientos y hasta denuncias en su contra quedan expuestos a la crítica pública.
    Atrás quedamos los días en que el hoy diputado federal presumía su cercanía con el entonces gobernador Javier Duarte y asumía una actitud retadora (aunque sólo en redes sociales) con respecto al ex candidato a gobernador del PAN, Miguel Ángel Yunes, quien ahora lo tiene en la mira y a tiro de piedra.
    Silva fue el protagonista de la historia una imposición frustrada; el antecesor de Yunes Linares hizo todo lo que pudo para dejarlo en el Poder Ejecutivo de Veracruz; pero le fue imposible; no logró prolongar al menos otros años el periodo en el gobierno de los pupilos de Fidel Herrera.
    Ese grupo hoy está de capa caída porque Duarte está en la cárcel y Fidel, agazapado y hasta citado por la autoridad ministerial
    Al igual que Tarek Abdalá Saad, el legislador federal por el distrito de Cosamaloapan que durante la administración de Javier Duarte fue tesorero de la administración estatal, Alberto Silva enfrenta una solicitud de juicio de procedencia en la Cámara de Diputados.
    Ha trascendido que también tiene denuncias pendientes ante la fiscalía estatal.
    Su realidad ya no es la del alcalde y funcionario estatal que era arropado e impulsado por el gobernador del estado; ahora, Silva Ramos vive en un mundo diferente, cada vez más alejado de un municipio al que como diputado ha ignorado; y cada vez más pendiente de las denuncias en su contra y del tiempo que avanza de forma acelerada hacia la conclusión de su periodo en la Cámara, con la consiguiente pérdida del fuero.
    A piedra y lodo, huéspedes duartistas de Pacho
    En los últimos días, la administración del penal de Pacho Viejo ha restringido las visitas y las concesiones a los exfuncionarios duartistas.
    Además de recibir sus tres comidas al día, se dice que estos internos podían usar teléfonos móviles, recibir abogados por más tiempo del que está permitido y hasta habrían contado con el privilegio de visitas íntimas con hora extra, a costa del tiempo de otros reos que se inscribían en la lista de espera.
    Por el uso del móvil, por ejemplo, al ex Secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, se le inició un proceso administrativo luego de que «curiosamente» el Director del Penal «descubrió» este hecho, empinando a un custodio ante Asuntos Internos.
    Bermúdez y Mauricio Audirac Murillo se encuentran en la sección A-Bis, en diferente estancia. Francisco Valencia está con Isaías Alonso Salas en la sección denominada 72 horas o VIP. Ahí compartieron espacio con César del Ángel Fuentes y Leonel Bustos. Gina Domínguez se encuentra, por obvias razones, en la sección de Mujeres.
    Un día, los logros obtenidos al interior se vinieron abajo y empezaron las limitaciones pero también la exposición ante una población carcelaria que no los ve con buenos ojos y que sabe que desde que ellos llegaron cambió la normalidad de su vida interna. @luisromero85

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