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    Angélica Cristiani Mantilla

    Cualquier mensaje que recibo antes de las nueve de la mañana tiene dos efectos, o me alarma o me encabrona. Eran las siete y Xavier Villanova me estaba saludando, ya casi a medio día le respondí, sin más, el hombre investido de agallas se vulneró y me habló de la necesidad de gente libre en el mundo, pensé: ¿y este loco de dónde salió? Continué la conversación.

    -Estoy en Iowa, aprendiendo cuanto es posible
    -¿Qué es Iowa?
    -Es una ciudad patrimonio de literatura de la UNESCO, Iowa City, en el estado de Iowa Estados Unidos, en el MidWest. Me seleccionaron en el International Writers Program, cada año vienen 35 escritores de todo el mundo de todos los géneros a aprender, a compartir y a crear. Ees una de las residencias más importantes para escritores del mundo, este año estoy aquí representando a México, no siempre tiene representación nuestro país, pero este año, la tiene. En esta residencia estuvieron algunos Premios Nobel de literatura como García Marquez, Orhan Pamuk y Mo Yan y varios Pulitzer como Banville o Keret.
    -¡Es como un sueño!
    -Lo es, de hecho lo es, siento que estoy en un sueño. Leo todo el día, escribo y nos pagan por estar aquí compartiendo con gente que tiene novelas multipremiadas, colecciones de poesía, ensayo, películas, gente que dices: no puedo creer que estoy teniendo esta conversación tan profunda o tan superficial con esta persona tan increíble ¡es una locura! Además damos y tomamos clases, participamos de paneles y de debates, nos llevan a cinco ciudades de Estados Unidos, leemos nuestra obra ante audiencias internacionales.

    En Xalapa, las fiestas patrias del año 2017 fueron una pesadilla, la cruda social que nos cargamos no hay remedio que la cure porque no es que se nos olviden los muertos, la desconfianza no se borra fácil, el miedo corroe, el luto paraliza. Sé valiente Angélica, enfrenta el miedo, vuelve a las calles, sigue enamorándote, haz planes para fin de año, alista tus cosas para la semana, dile a tu padre que lo ves mañana, lava tu ropa porque la usarás en estos días, paga el mes de Spotify, ¡estás viva y hay un tiempo futuro!

    ¿Cómo puedo amar un país en el que cada día las cifras de feminicidios crecen al igual que los índices de impunidad? ¿Cómo confiar si las mismas mujeres son las primeras en masacrar con su prejuicios a las demás? ¿Por qué querer un futuro en un país donde la mujer sigue siendo vista como una loca exagerada cada vez que hace mención de sus derechos como ser humano? ¿Cómo continúo viviendo con el miedo a que me violenten y me convierta en una cifra más, que si bien me va, hagan una marcha en mi nombre y sea trending topic hasta que otro muerto sea más popular? ¿Cómo ayudar a los familiares de los muertos a continuar la vida?

    Leí todos los protocolos de seguridad sugeridos este fin de semana, sentí impotencia, mucha, porque cuando estás vulnerable ante un abuso, el miedo no es cómplice de actos protocolarios, porque deja de haber justicia desde que por el hecho de tener vagina debemos de conservar los protocolos, pero también sentí compasión, porque si algo me ha quedado claro a mis treinta años, es que aquel ser que abusa de otro, es una persona atiborrada de carencias y que cada abuso que comete es un contrato con su destino infeliz. Me pregunto si el asesino de Mara tuvo oportunidad de encontrarse con alguien que le hablara de amor y libertad, que le hicieran saber que también era algo que podía elegir.

    Permanecí en casa, di lectura a las obras que ese ser tan amorosamente me compartió, “Birdstrike”, Premio Nacional de Dramaturgia 2010, “Loira”, seleccionada para la Muestra Nacional de Dramaturgia 2017 y
    “Mezcal”, su más reciente obra inédita por la que fue seleccionado para la residencia en Iowa. ¿Quién soy yo para que este hombre quiera compartir su sueño conmigo?

    No puedo permanecer indolente a la triste y jodida realidad de mi patria, pero tampoco puedo ni debo permanecer indiferente a esa otra realidad donde mexicanos con mucho esfuerzo y haciendo músculo con las pesas de la resiliencia se atreven a hacer la diferencia representando a un México con la frente en alto, eso también es de valientes.

    Mara, Claudia Alondra, Pilar, Daniela, Génesis, Anahí, Nancy, Alma Kristell, y todas aquellas que no estarán mañana, les prometo que haré todo porque las tierras donde fueron sepultadas sean pisadas por mejores seres humanos, haré lo que sea necesario para que nuestras familias vuelvan a soñar, si tengo una hija, les prometo que jamás le permitiré ser sumisa, si tengo hijos me aseguraré de no estar criando asesinos. Les prometo que superaré todos y cada uno de los abusos de los que he sido víctima para no volver a permitir uno más, les prometo que trabajaré intensamente en mi para poder relacionarme de una manera más sana y basada en el amor con los demás, les prometo que estaré disponible para ayudar y perceptiva ante cualquier otra mujer que haya sido violentada, les prometo que cuidaré todas y cada una de mis acciones para que jamás repercutan en forma de agresión a otro ser humano. Les prometo defender los sueños de aquellos que los compartan conmigo.

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