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    Brenda Caballero

    Números Rojos

     

     

    Por desgracia, 32 años después, la historia se repite. Ahora es un sismo de 7.1 en la escala de Richter el que sacude a nuestro país. A diferencia de aquel 19 de septiembre de 1985, donde las líneas telefónicas colapsaron por horas y no había comunicación, hoy tenemos internet y redes sociales. Y son precisamente las redes sociales las que hacen la diferencia, las que nos permiten ver el momento exacto de un rescate, las que comparten personas desaparecidas para su búsqueda, las que nos precisan qué alimentos, instrumentos y materiales donar, así como el número de personas y el lugar donde se necesitan los apoyos.

    Las redes son realmente eficientes si se comparte información oportuna y veraz. Pero ¿qué pasa si no es así? Sin duda tendremos incertidumbre y caos.

    Las redes son tan poderosas que hicieron que hasta la Marina se disculpara públicamente, y todo por el caso de la niña Frida Sofía, la misma que supuestamente estaba con vida bajo los escombros de la escuela Rébsamen. La misma que nos tuvo horas pegados al televisor esperando a que fuera rescatada, lo cual nunca sucedió, pues las autoridades afirman que no existió.

    La especulación de la falsedad, que por cierto se la adjudicaron a Televisa, empezó en las redes con la comparación del caso del niño Monchito del 85, el mismo que supuestamente había quedado atrapado entre los escombros de una vecindad y después de una búsqueda intensa de varios días, su cuerpo jamás apareció al igual que el de Frida, por lo que se dice que en aquel entonces fue histeria colectiva o necesidad de esperanza en medio de la tragedia. Hoy, lo de Frida, afirman fue todo un reality show.

    Pero ahí no acabó el asunto, las réplicas del sismo llegaron hasta los partidos políticos, pues los ciudadanos cansados de ellos, y de todo el presupuesto que gastan, empezaron una campaña para que donen parte de su millonario presupuesto para la reconstrucción del país.

    Aunque dicen por allí que los políticos no donan, sino restituyen, ya que el presupuesto es de todos los ciudadanos.

    Sin duda, este 19 de septiembre nos ha dejado una gran movilización; solidaridad en las calles y repulsión política en las redes.

    Aún no terminaban los tres días decretados como luto nacional por las víctimas del sismo cuando el asunto tomó tintes partidistas.

    Incluso esto ya parece una guerra entre los partidos políticos. ¿Quién regresará más dinero para los damnificados del temblor?

    Ya salió Dante Delgado de Movimiento Ciudadano que “donará” el 100 por ciento de su prerrogativa; asimismo, los del 50 son Morena y PAN, mientras que el PRI se fue por el 25 por ciento. Ahora resulta que todos son tan buenos que quieren regresar el dinero presupuestado para el siguiente proceso electoral. ¿Tenía que ocurrir una tragedia para que decidieran renunciar al recurso? ¿O acaso es una triquiñuela electorera?

    Está mal que lo diga, pero los dirigentes ya están en campaña electoral, piensan que ahorita que estamos sensibles con la tragedia del sismo pueden ganar nuestro voto para los candidatos de su color. Algo así como “si damos más para la reconstrucción, seguramente tendremos más votos”. O para que después digan: “nosotros fuimos el partido que más donó”.

    Pues no es así, los ciudadanos ahora razonan el voto, incluso ya no votan por los partidos, sino por los candidatos. Esta iniciativa de los ciudadanos pareciera el inicio de otra cosa: acabar con todos los partidos políticos o que éstos definitivamente no tengan financiamiento público.

    caballero_brenda@hotmail.com

     

    @NumerosRojos_BC

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