Salvador Muñoz
Los Políticos
Es posible que todas las profesiones en el momento de su ejercicio, conlleven riesgos que pueden precipitar en errores. Imagine al Cirujano que deja material como pinzas o gasas en las entrañas del paciente. Imagine al Ingeniero que construye en un terreno no apto para edificaciones. Imagine al periodista que no verifica su fuente antes de publicar su reportaje. Imagine al Ministerial que intenta detener a una persona que no corresponde a la orden de aprehensión.
A la palabra “error” hay una muletilla o apéndice que es común en quien lo comete, como una forma de aminorar su pendejez: “El error fue involuntario”. No imagino un error “voluntario” y si lo hago, se me enchina la piel que alguien provoque un error en su trabajo porque dejaría de ser “error”, para volverse, en lo más inmediato, en un sabotaje. El error es error, nada más.
Entonces, apostemos al entendido de que si alguien comete un “error”, es porque ejerció valores, razonamientos, juicios o valoraciones equivocadas con la creencia de que se estaba actuando correctamente.
Ante ello, ¿cuál es la reacción inmediata que debe hacer el superior con un subordinado que cometió un error? ¿Correrlo? ¿sancionarlo? ¿ambas cosas? ¿o sancionarlo y mantenerlo en el trabajo?
¡Vamos! Es seguro que usted haya estado en alguna situación similar (la del Superior o la del Subordinado) o haya vivido de cerca un escenario como el acá planteado.
Todo esto viene a colación por el caso de la doctora Araceli y los Ministeriales que intentaron detenerlo, que desde la mañana de ayer, levantó la indignación de los cibernautas que siguieron en más de 300 mil, el video de Marcos Miranda Cogco, quien a una pregunta suya, pareciera que hizo reaccionar a los elementos de que estaban cometiendo un error y dio lugar a que desistieran de su intento de llevarse a dicha mujer: “¿Cómo se llama?” le gritó, mientras grababa y al responder, cambia el prisma de las cosas… entonces le pidieron una identificación. Tras varios minutos, surge un “¿No era yo?” por parte de la doctora Araceli.
Los ministeriales presumen que intentaron varias veces detenerla (que eso no implica si seguían los protocolos para realizarlo) y la señora se resistió a hacerlo bajo una lógica muy simple: nadie se va a detener “así como está la situación…”. Sí, comprensible. Difícilmente alguien se va a detener porque dos tipos con torreta, en una camioneta que sólo por las placas se puede identificar como oficial, te lo pida. Al final, los Ministeriales ofrecieron una disculpa (bueno, uno de ellos) y se retiraron.
La reacción del Gobernador ante este hecho, durante su visita a la obra del Centro Integral de Justicia Veracruz-Norte, como paradoja justiciera: “Quiero iniciar mi intervención ofreciendo una disculpa pública a una señora que esta mañana, de manera indebida, con un abuso total, fue detenida por dos personas, empleados de la Fiscalía General del Estado, que seguramente el Fiscal General tendrá que aplicarles la ley. Una disculpa pública, eso no debe suceder en el Veracruz moderno, en el Veracruz respetuoso de la ley”.
La reacción del Fiscal fue cesar a los elementos y abrir una carpeta de investigación, en espera de que también la doctora Araceli interponga denuncia por los delitos que les resulte.
El asunto que preocupa a la sociedad, a los internautas, a la misma doctora Araceli, es que ellos no creen que haya sido un “error”. Palabras como “secuestro” y “levantón” se dejan escuchar en el video de Miranda Cogco. Es aceptable tales cuestionamientos cuando se tiene entendido que la Fiscalía capacita a sus elementos para que todos sus movimientos estén fríamente calculados y más en el caso de la detención de una mujer, donde forzosamente debe participar un elemento de la ministerial femenino en aras de salvaguardar aún más la seguridad de la “presunta”.
Dos cosas por citar:
1.- La presencia del periodista y la identificación ante la cámara de la doctora, dan un giro a la “detención”. A partir de allí, cambia la actitud de los ministeriales.
2.- Cuando la doctora dice que la patrulla no trae placas, Miranda Cogco le dice que sí, que al frente sí trae placas pero atrás no. No sé si se ha percatado, pero es algo común que al menos en otras áreas involucradas en el orden, sucede… nada más traen una placa… ¿y la otra?
En fin… ojalá que la doctora Araceli haya presentado su denuncia formal ante la Fiscalía, en espera de que ese respeto a la integridad y a los derechos humanos de las personas que demanda el Gobernador y los ciudadanos, se vea reflejado en el actuar de la Fiscalía contra estos dos elementos que lejos están de ser los servidores públicos que uno espera, si no, todo habrá quedado nada más en un oportuno video.
smcainito@gmail.com
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