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    Ricardo Vázquez S.

    Esfera Política

    Como emergido de un think tank, el que ya le encontró la cuadratura al círculo es el diputado perredista José Kirsch Sánchez, al afirmar que el problema de inseguridad que se vive en la zona de Poza Rica y en la entidad es un reflejo de lo que sucede en todo el país, producto de la falta de coordinación de todas las fuerzas de seguridad, tanto militar, naval, federales, estatales y municipales para establecer puntos de inteligencia.

    Habrá que informarle al diputado Kirsch que no es como él dice, no es en todo el país lo que sucede; afortunadamente existe un buen número de estados que no tienen el mismo problema de violencia que Veracruz, Tamaulipas, Guerrero, Michoacán. Algunas de las entidades que registran índices mínimos de inseguridad: Yucatán, Querétaro, Hidalgo, Chiapas. La realidad lo confirma.

    Entonces solo hace falta, según el diputado Kirsch, que las fuerzas de seguridad se pongan de acuerdo, y asunto arreglado.      

    Después de la Docena Infestada en que la abundancia y prosperidad económica ilícita les fue permitida con manga ancha a quienes en el solar veracruzano tuvieron en sus manos el manejo de recursos públicos estatales y federales, anarquía alimentada y robustecida desde Palacio de Gobierno, porque además del atraco a las arcas públicas, entre infinidad de anomalías, lo que también abundó fue que todo mundo se sentía general, o generala, entre las que hoy vuelven a aparecer en imágenes cargando en brazos a niños desnutridos y abrazando ancianitas en pobreza extrema. .

    Cualquier jefe de departamento o subdirector, de ahí para arriba, quien tuviera una mínima relación con Fidel Herrera o con Javier Duarte, durante sus feudos, no había quien acatara las instrucciones de sus jefes inmediatos. Cada quien se conducía por su lado para abusar del poder, de manera visceral movidos por el interés personal; era seguir el ejemplo de la cúpula  estatal, lo que condujo a que la catástrofe fuera mayor.   

    Fue una especie de orgía de poder la que prevaleció en las dos anteriores administraciones estatales, periodos en que se “gobernó” con el estómago, en otros prevaleció aquello de: hormona mata neurona.    

    Se quedaron mal acostumbrados a la indisciplina. El desorden entre la clase política tricolor de Veracruz es grave, hoy en día es un problema serio, es una preocupación para el centro del país, a toro pasado.

    Calificada por los periódicos más influyentes del mundo como una decisión acertada la nominación de José Antonio Meade, para ondear la bandera priísta rumbo a Los Pinos, a quien no le encontrarán cadáveres en el closet, como lo asegura el mismo Meade; los de oposición no tendrán elementos para agredirlo y desgastarlo en el curso de la contienda electoral, es a lo que se refieren los medios internacionales.  

    El ¡Sálvese quien pueda! Es lo que tiene en contra el aspirante Meade en Veracruz. Con un PRI local fragmentado, grupitos al interior que se mueven a conveniencia, felonías, camisetas sobrepuestas, manos negras desestabilizadoras, falta de liderazgo, cartuchos más que quemados carbonizados. Todo eso hace complicado el escenario tricolor jarocho.

    En el Altiplano se escucha que las ovejas descarriadas están siendo observadas y analizadas, en breve se van a tomar decisiones de muestra, tienen sustento de sobra para apretar tuercas a los corderos que se enriquecieron ilícitamente en los 12 años anteriores.

    El priísmo veracruzano necesita orden y para eso se requiere de un Comisionado con habilidad política suficiente y mano firme.

    rvazquez002@yahoo.com.mx

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