Rafael A. Castillo Zugasti
El Red Room
Muchos consideran que la situación actual en la que nos encontramos inmiscuidos todo y cada uno de los veracruzanos y mexicanos obedece a “nuestros, políticos». Grave error.
Al contrario, tal como establece el brillante, y pocas veces entendido, sociólogo del Colmex, Fernando Escalante Gonzalbo el tema que hoy nos ocupa a todos no es por los políticos, sino por la ausencia y falta de ellos.
Y déjeme le explico el porqué de ello. Resulta que últimamente la función y gestión de la cuestión pública, es decir, el gobierno de la hacienda, la administración e ideas públicas, están en manos de muchos que son empleados, para ello, sin el oficio debido. Es decir, sin los dotes contundentes para la buena realización de la resolución de la cuestión pública.
Uno cuando adolece de alguna circunstancia física, léase un padecimiento, en suma, se encuentra uno enfermo, acude con a la presencia, valoración, diagnóstico y recomendaciones de un especialista para resolver la cuestión que por enfermedad nos aqueja.
Ante ello, y en pleno uso del sentido común, que las más de las veces es lo menos común de los sentidos que como humanos poseemos, si la circunstancia política, pública y gubernamental está, y se encuentra, convaleciente, por no decir en terapia intensiva, porqué acudimos a personas que sin oficio no ofrecen beneficio alguno en la resolución de lo que padecemos: malos gobiernos.
La respuesta la han querido “nuestros” políticos y gobernantes dibujar como el “costo” de la democracia, espacio donde concurre el pueblo para gobernarse por sí mismo. Grave error.
Si bien el pueblo debe acceder a espacios de gobernabilidad, que le permitan votar y ser votados, también se tiene que procurar y sobre todo cuidar que, en el más sentido positivista del caso, es decir lo que es, sean los más apropiados en la materia quienes nos “gobiernen”.
Casos actuales que se viven y padecen en diversos municipios de la entidad, donde están a menos de 30 días de haber inaugurado el ejercicio gubernamental de las nuevas administraciones públicas municipales, nos dan elementos sustanciales para ver que no cualquier persona o ciudadano es apto para resolver, administrar, negociar y ministrar la cuestión pública.
De todos los colores y sabores, hay seudo políticos, que por haber sido “líderes”, empresarios, comerciantes, renombrados médicos, doctores, académicos, arquitectos, amas de casa, padres, hijos, nietos, amigos hoy están al frente de la administración gubernamental; y con ello, de la responsabilidad del ejercicio eficiente y eficaz de los dineros de todos los veracruzanos.
No termina la medianía de la primavera venidera, en plena efervescencia electoral, cuando nos estemos dando de golpes contra la pared por haber elegido a las sacrosantas personas que toda la vida, lo presumieron a los cuatro vientos, estuvieron alejados de la Política.
Ante ello, la cuestión del fallo presente, y de los fallos, errores y dolores futuros, será como bien dice Escalante gracias a la falta de políticos. No hay más.
REPENSAR EL PENSAR…
Serán los regidores, concejales o ediles, como usted les guste llamar, quienes tendrán la responsabilidad de hacer entender a aquel alcalde vivillo, que el municipio no es su feudo o empresa familiar; sino la instancia de gobierno más próxima a los ciudadanos que se creó para brindar mayor bienestar social, mejor crecimiento económico y más desarrollo humano. Que lo entienda quien lo tenga que entender!
No hay más.
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