Destacado

    Le digo que para alguien como yo, donde es indispensable la tortilla, fuera en la sopa, en el guisado, para un taco o como sea, probar esas costillas a la BBQ, simplemente hace que uno no se acuerde de ellas… Se ríe y pone en la mesa un taco de arrachera.

    La tortilla hecha a mano, con ese característico olor a recién salida del comal, de cuando se antoja comerla sin nada, ¡vamos! hasta sin sal. Bueno, realmente no era un taco, sino dos. La porción de arrachera obliga a poner dos tortillas.

    Me sugiere que le ponga una ensalada de col y para rematar, una salsa de molcajete. ¿¡Nooo!? No lo creo… «¿De molcajete?» y me asegura que sí, que hay una señora que agarra el tejolote o el temolote para prepararla…

    Tomo la cuchara, la huelo… salivo de placer y ni siquiera he dado un solo mordisco. Pido perdón al Dios Taco… es seguro que debe haber un Dios Taco en nuestra cultura que si bien no ha sido descubierto ni en anales ni en vestigios prehispánicos, lo adoramos en silencio, cual si fuera un culto prohibido, pecaminoso, como cuando alguien se «jamba» diez o quince tacos… ¡pero qué rico es pecar! Trato de comer lentamente mi taco de arrachera como si con ello prolongara el placer de saborear esa ambrosía que se combina con el clericot.

    El clericot tiene algo especial… se toma con una alegría que se mezcla con su frescura… ¡lo que se debieron perder los romanos en sus bacanales!

    Pruebo otro taco… ahora de picaña… lo combino con la ensalada de col y remato con esa salsita de molcajete… un poco de Clericot… ¡Dos tacos y estoy satisfecho! Pero cuando me ponen un taco de Sirloin, es claro que no puedo hacerle «el feo»… tomo aire, pero tomo más clericot y vuelvo a hacer esa ceremonia que rinde culto a mi taco: un poco de ensalada de col ¡y salsita de molcajete!

    ¡Se los juro! No debe haber placeres que nos acerquen tanto al Cosmos como el comer y el sexo… y en cualquier orden…

    Porco Piccolo lo he vuelto un templo… cuando yo pensaba que podría prescindir de la tortilla saboreando unas ricas costillas a la BBQ (también hay estilo St Louis), don Miguel Ángel Cabrera me da la opción de echarme también un buen taco…

    Les diría que si tienen oportunidad de ir, vayan… pero no, es casi una obligación ir bajo un riesgo… Porco Piccolo es adictivo y afrodisiaco, siempre y cuando sea de bien comer.

    Av. Araucarias 138 entre Ravel y Chopin fraccionamiento Indeco Animas (2,10 km)
    91190 Xalapa-Enríquez. Tel 01 228 840 8484. Los lunes no abren.

    Hacer Comentario