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    Yadira Hidalgo

    Mujeres que saben latín

     

     

    Entre las diversas formas de polarizar un tema existe la de cantidad contra calidad. Esto aplica algunas veces pero otras no, como pasa con los diagnósticos para el diseño de política pública; donde cantidad da la pauta para pensar y diseñar con calidad. Me explico:

    A partir del surgimiento de Observatorios ciudadanos o académicos para el registro de varios fenómenos o problemas, han surgido también voces que o los aplauden o critican. Los aplausos se centran en la importancia de contar con metodologías (además del tiempo y recursos humanos y materiales) para contabilizar aquellos eventos que conforman una problemática. Por el contrario, las críticas se han centrado en el desdén de lo que implica registrar esos eventos, pues dicen “de qué sirve contar problemas, lo importante es solucionarlos”.

    Sin un análisis profundo esta aseveración podría parecer correcta; pero no del todo hablando de política pública. Por ejemplo, si no supiéramos cuántos feminicidios se perpetran en el estado de Veracruz, no tendríamos una idea clara qué tipo de medidas se deben tomar y qué alcances éstas deben de tener. Aquí, diría mi abuela, la cosa va junta con pegado.

    El esfuerzo que implica “contar” los feminicidios es abrumador. No sólo es ir buscando en las páginas de los periódicos los casos, leer los macabros detalles, ver las fotos de los cuerpos destrozados y sentir la frustración de estar ante una epidemia que provoca pocas reacciones. Sino también desarrollar una metodología que conlleva tomar en cuenta el marco legal y recursos académicos para sistematizar esa información dolorosa y volverla tangible y numerable con el fin de demostrar que aquí pasa algo.

    En Veracruz, la tarea la asumido la Universidad Veracruzana, a través del Observatorio Universitario de Violencias contra las Mujeres. Su diagnóstico, basado en lo que la prensa registra diariamente a lo largo y ancho del estado, fue el insumo que sirvió para solicitar la primera alerta de violencia de género para el estado de Veracruz por feminicidio y desaparición.

    Sin embargo, a pesar de esto, al Observatorio y a sus integrantes, muchas veces se les ha señalado desde instancias de gobierno y desde algunos medios de “sólo contar” feminicidios.

    La responsabilidad de prevenir y erradicar el feminicidio es de todo mundo y las tareas deben realizarse de acuerdo a los ámbitos de competencia. Si ya hay quien sistematiza los datos, pues ahora se debe usar esa información para diseñar los alcances de las políticas, programas, acciones o lo que se necesite para hacerlo; pues el diagnóstico nos da un panorama claro hacia dónde enfocar los esfuerzos.

    Si no supiéramos cuántos feminicidios se cometen en el estado, el problema se seguiría minimizando. Si aún teniendo las cifras actualizadas, las acciones no han sido contundentes imaginen el panorama de no existir un diagnóstico.

    Esa ha sido la costumbre en los estados mal llamados de provincia, donde hacer política pública sin diagnósticos y a golpe de ocurrencias, ha llevado a dirigir mal las acciones y por ende, el dinero público con el que esas acciones tienen que realizarse. Por eso, antes de hacer una crítica hacia cualquier esfuerzo, hay que conocerlo, analizar sus alcances. Desestimar un diagnóstico es ignorar la base necesaria desde la que debe realizarse toda la política pública

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