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    SPI Veracruz

     

    El ex presidente del Consejo Coordinador Empresarial de Veracruz (CCEV), Jesús Castañeda Nevárez, dijo que las grúas de arrastre son un gran negocio para Gobierno del Estado y empresarios del giro, pues lo cobrado a los ciudadanos no pasa por el Sistema de Administración Tributaria (SAT).

    El empresario explicó que Xalapa es una ciudad donde el negocio es altamente redituable, debido a la topografía de la ciudad, la cual dificulta encontrar un lugar de estacionamiento por sus calles angostas y embotellamientos en distintas zonas y horas pico que coinciden con la entrada y salida de las escuelas y los centros de trabajo.

    Si bien los existen estacionamientos que contribuyen a la creación de una cultura vial vinculada a la necesidad de liberar calles, sus políticas de cobro por minuto, fracción u hora, ha generado que los automovilistas busquen estacionarse en la vía pública.

    Refirió que la autoridad vial con mañosas restricciones determina arbitrariamente dónde sí y dónde no está permitido el estacionamiento sobre la vía pública y quienes ubican señalamientosno muy claros, con advertencias al inicio de la cuadra y que aplica para sólo unos metros; como ejemplo: la acera contraria frente a la Plaza Museo.

    “Los automovilistas se detienen un minuto corren el riesgo de resultar atrapados por los cazainfracciones, llamados agentes de Tránsito, que en asociación con las empresas de servicio de grúa, se lanzan a la caza de los bolsillo ciudadanos”, narró

    Otro ejemplo es la zona de la SEV, donde llegan ciudadanos de distintos puntos de la entidad a realizar gestiones educativas, que para muchos representa un gasto económico considerable, y las grúas diariamente se llevan varias unidades.

    Jesús Castañeda aseveró que esto representa un importante y jugoso negocio amparado en un disfraz de legalidad que permite la autorización para concesionar el servicio de grúas a particulares.

    “Las empresas de grúas tienen sus avisadores equipados con un celular y cuando ya hay varios vehículos les hacen el envío de fotografías para que sepan cuantas unidades deberán acudir al operativo”, dijo

    Y agregó: “Las grúas cobran lo que quieren, no dan comprobante fiscal y por lo tanto es dinero que no pasa por el SAT. Por lo tanto es un negocio redondo, fácil, altamente rentable y libre de impuestos”, explicó.

    El propietario de un vehículo que cayó en las manos de Tránsito pasará un mal momento por el susto de suponer que su auto fue robado, posteriormente tendrá que ir a tránsito para que localicen la unidad y luego irá al corralón para que le permitan sacar la tarjeta de circulación, regresará a tránsito para hacer el pago correspondiente a la multa y finalmente volverá a ir al corralón para hacer el pago del arrastre.

    Aseguró esta práctica si bien reditúo económicamente al anterior gobierno y se replica en el presente, generó molestia ciudadana que se reflejó también en las urnas electorales.

    “Esos agravios a una sociedad ya muy lastimada generaron el repudio y deseo de venganza, la que consumaron el día de la elección. Por eso la gente acudió a las urnas con mucho coraje y usó el único medio posible para desquitarse, su voto”, concluyó el empresario xalapeño.

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