Luis Alberto Romero
Hora Cero
Durante las semanas recientes han sido evidentes los ataques, mal orquestados y muy burdos por cierto, contra los ayuntamientos encabezados por presidentes municipales que surgieron del Movimiento de Regeneración Nacional.
Pareciera (porque no existen datos que lo comprueben) que se trata de un intento por desprestigiar a las autoridades emanadas del partido que en el ámbito nacional lidera Andrés Manuel López Obrador.
Prácticamente todas las semanas, desde que asumieron el cargo, los ediles de Morena han enfrentado campañas negras que tienen la intención de hacerlos ver, ante la opinión pública, como ineficientes, irresponsables e incapaces.
Ese tema fue abordado de forma reciente por el ex presidente municipal de Xalapa, Ricardo Ahued Bardahuil, ex priista y hoy candidato de Morena al Senado.
Dijo Ahued que las nuevas autoridades municipales que surgieron de Morena tocaron intereses tradicionales y en ese contexto enmarca la campaña en contra.
Recordemos que en el caso particular de Xalapa, el ayuntamiento que encabeza Hipólito Rodríguez ha tenido media docena de manifestaciones en contra; algunas de ellas, como la de los empleados municipales y la de la organización Antorcha Campesina, derivaron en bloqueos contra Palacio Municipal.
A mediados de enero, por ejemplo, vendedores ambulantes llevaron a efecto una protesta; fue la primera y ocurrió a 15 días del arranque de la administración.
Al iniciar febrero, un grupo de personas que dijeron pertenecer a Pueblos Unidos por México, que encabeza Juan Piedra, se manifestó en Palacio para exigir la renuncia del presidente municipal. Pidieron obras a un mes del inicio de la administración local.
Luego llegaron los empleados del ayuntamiento, que también protestaron para exigir cuotas sindicales, despensas y “trato justo”.
De forma más reciente, la semana pasada, un grupo de Antorcha Campesina se movilizó al centro de Xalapa, donde sus integrantes tomaron Palacio Municipal en una protesta que tuvo como principal motivación, se dijo, la petición de obra pública.
Pero ese no fue el problema; el problema fue un intento por desestabilizar a una administración municipal que está comenzando funciones.
De hecho, trascendió que el movimiento antorchista presionó a las autoridades xalapeñas para que a la citada agrupación le fuera asignado el diez por ciento del presupuesto municipal para obra pública.
Pero Antorcha no representa al diez por ciento de la población de Xalapa y por eso el tema derivó en un diferendo entre esa organización y el Ayuntamiento de Rodríguez Herrero. Al final, a las colonias antorchistas de la capital del estado se les asignó un presupuesto de 8.5 millones de pesos, muy lejos del 10 por ciento que habrían pretendido los dirigentes del grupo que protestó en Palacio Municipal.
Quienes están cerca del ayuntamiento de Xalapa piensan que esas movilizaciones, protestas y manifestaciones contra la autoridad municipal se enmarcan en el proceso electoral del presente año, debido al incuestionable avance que registra Morena en Veracruz; por ello cuando se les pregunta sobre los principales sospechosos no dudan en apuntar a Palacio de Gobierno y al Comité Directivo Estatal del PRI.
Algo muy parecido ocurre con los ayuntamientos de Coatzacoalcos, Minatitlán y, en menor medida, Poza Rica, que están dentro de los municipios más importantes en términos político-electorales.
Así las cosas, el reto para los ayuntamientos veracruzanos de Morena es no cometer errores que resulten costosos en términos de votos y, por otro lado, resolver de forma rápida las manifestaciones orquestadas desde el poder estatal o desde el PRI, como habría ocurrido la semana pasada con el movimiento antorchista.
Hipólito Rodríguez tendrá, en se sentido, una difícil empresa; pero ello será poco comparado con lo que le esperaría a su homólogo de Coatzacoalcos, Víctor Carranza, en los próximos tres meses, sobre todo tomando en cuenta que Carranza Rosaldo no es conocido precisamente por ser un hombre de muchas luces.
@luisromero85
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