Felipe de Jesús Fernández Basilio
Desde a Janela
Así es, si López Obrador gana las elecciones la delincuencia quedaría encumbrada de forma democrática y así mismo de manera directa quedaría al frente de las instituciones encargadas de combatirla, ya que este personaje siempre se ha rodeado de delincuentes tanto presuntos como declarados a lo largo de su vida política y esta vez que se siente tan cerca de alcanzar la meta tan obsesivamente anhelada es capaz de aliarse hasta con el mismo Diablo para lograrlo.
Y así vemos que entre sus candidatos a Senadores de la República presenta a personas que tienen problemas con la justicia, como lo son Napoleón Gómez Urrutia y Nestora Salgado, siendo que el primero de ellos tiene que explicar un presunto fraude cometido en contra de los mineros del sindicato que él encabezó y la segunda todavía se encuentra en una situación más delicada, ya que ella se encuentra envuelta en casos de detenciones ilegales y de vulneración a los derechos humanos de las personas, especialmente de las mujeres, que fueron privadas de su libertad.
Ambos casos se encuentran todavía sin resolver y bien pudiera ser que sean absueltos pero lo grosero del asunto es ofrecerles impunidad mediante el fuero constitucional que la senaduría les otorgaría e incluso con cinismo Gómez Urrutia dijo que no llegaría al país hasta el día que tome posesión del cargo.
Agravando lo anterior el que esas designaciones no provienen de una militancia partidista, sino que lo son de la voluntad del Sr. López Obrador, no olvidemos que lo que López y sus seguidores llaman y registraron como partido político es un movimiento unipersonal en el que no se mueve nada sin que él lo autorice y es con ello en donde se ve otra muestra más del desprecio que este sujeto tiene por las instituciones, en este caso las impartidoras de justicia, ya que en vez de dejar que los procesos legales determinen la legalidad o ilegalidad en el actuar de esas personas, les ofrece inmunidad para que esos procesos legales sean retrasados y a la vez al pueblo de México le ofrece un par de legisladores que tendrán que dividir su tiempo entre la tarea senatorial y la defensa en los procesos penales que tienen o puedan tener abiertos en su contra; es decir una doble falta de respeto a las instituciones y a través de estas al pueblo de México que falsamente dice respetar.
Mas esta no ha sido la única ocasión en que López Obrador se ha visto rodeado de delincuentes, no debemos de olvidar el caso de José Luís Abarca y su esposa María de los Ángeles Pineda, principales responsables de varios asesinatos en Guerrero destacando el de los normalistas de Ayotzinapa quienes fueron apoyados y después encubiertos por René Bejarano, mejor conocido como el “Señor de las Ligas” otro de
los “amigos” de AMLO, defensa que se mantuvo a ultranza a pesar de que se probó que ese matrimonio perteneció al crimen organizado.
Todo ello sin olvidar al propio Bejarano y sus extorsiones replicadas en Veracruz por Eva Cadena entonces diputada local por Morena, Carlos Ímaz con una situación similar y el inolvidable Secretario de Finanzas del entonces Distrito Federal y miembro del gabinete de López Obrador cuando fue Jefe de Gobierno y del que nunca supimos se jugaba en Las Vegas el dinero del erario de la ciudad o el fruto de sus extorsiones o su dinero.
Esta situación no es exclusiva de López Obrador, ya que muchos gobiernos tanto federales como locales en todo el país han estado vinculados al crimen organizado, como el de Veracruz de Herrera o los gobiernos michoacanos de principios de esta década, mas la diferencia se encuentra en que en el caso de López Obrador y sus seguidores ha sido de manera descarada, poniendo a los delincuentes en cargos de elección popular o de su gobierno siendo el mejor ejemplo de lo anterior el caso de los Abarca, quienes quedaron al frente del Ayuntamiento y desde esa posición siguieron con sus actividades delictivas asesinando a quienes se les ponían enfrente incluyendo a un Síndico.
Con estos antecedentes cobra relevancia aquella vieja frase de campaña contra López que decía que éste “es un peligro para México” ya que sí lo es pero no tanto por sus políticas económicas, de control social o de restauración del antiguo régimen, sino que lo es porque con él vienen personas que están vinculadas al crimen y no solo por corrupción sino que con el crimen organizado y eso sí es algo muy preocupante y más que como dijimos al principio de esta columna: AMLO es capaz hasta de aliarse con el Diablo con tal de ser Presidente y lo peor es que esos favores siempre se pagan.
felfebas@gmail.com
Twitter: @FelipeFBasilio
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