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    Felipe de Jesús Fernández Basilio

    Desde a Janela

    Los Estados Unidos de América acaban de iniciar una guerra comercial en contra de todo el mundo y lo hicieron al imponer una serie de aranceles a diversos productos provenientes de otros países, la respuesta a esa “agresión” comercial no se hizo esperar ya que los países afectados de inmediato impusieron aranceles a los productos norteamericanos como represalia.

    Esta situación se está dando debido al populismo del Presidente Trump, ya que demagógicamente prometió a sus votantes cerrar la economía para los productos foráneos y así hacer que se vendan más los productos locales, lo cual en realidad perjudica a los consumidores ya que se verán obligados a comprar cosas caras sean estas nacionales o importadas.

    Mas para comprender mejor la situación vayamos por partes y comencemos explicando lo que es un arancel y éste consiste en un impuesto que se aplica en el comercio internacional y que grava principalmente a las importaciones a una tasa fijada por el gobierno del país que las recibe y los efectos de éstos son por una parte aumentar la recaudación del Estado que los impone y por la otra encarecer esas importaciones para fomentar el consumo de productos locales, que generalmente son más caros o de menor calidad y con la imposición de aranceles se procura hacerlos competitivos, ya que el bien importado será más caro para el consumidor final, es decir es una forma de intervencionismo por parte del Estado en el comercio.

    Y este intervencionismo estatal proviene del populismo que no es más que demagogia, la cual consiste en adular al pueblo como masa, privilegiando a ciertos sectores como “los pobres”, “los campesinos”, “los obreros”, “los nacionales” etc. poniéndolos en contra de otros sectores a los que se demoniza constantemente hasta lograr que sean odiados por los receptores del mensaje y así tenemos como ejemplos de ellos a “los ricos”, “los terratenientes”, “los patrones”, “los extranjeros”, etc., mandando un mensaje simplista que consiste en decir: ¿Estás con nosotros o en nuestra contra?, prometiendo cosas fantasiosas pero que son agradables al oído de quienes reciben el mensaje, ya que se aprovechan de sus resentimientos sociales, sean éstos recientes o añejos.

    A la demagogia Aristóteles la definió como la corrupción de la democracia y esto es así debido a que mientras la segunda se basa en un gobierno emanado del pueblo y que es para bien de todo el pueblo, la primera se basa en recurrir a una parte del pueblo para sostenerse en el poder perjudicando a otra parte del pueblo, a quien reiteradamente se llama enemigo del pueblo, aunque sea parte del mismo.

    Siendo ésto precisamente lo que ocurre con Trump, quien inicia una guerra comercial imponiendo aranceles a diversos bienes de importación como consecuencia de la demagogia con la que condujo su campaña inicial en la que prometió a muchos sectores de la población norteamericana proteger sus productos frente a las importaciones, las cuales al ser de la misma o mejor calidad a un menor costo y por lo tanto son más vendidas entre los consumidores finales, que también son norteamericanos y quienes ahora se verán obligados a pagar un mayor precio para adquirir sus bienes.

    Es decir, con esta medida beneficia a corto plazo a pequeños sectores de la sociedad mas perjudica a la mayor parte de su población en un mediano y largo plazo, ya que por una parte quienes exportan padecerán las represalias impuestas por los países afectados y por la otra la generalidad de la sociedad estadounidense pagará precios más altos para la adquisición de bienes y por supuesto quienes manifiesten alguna oposición a las medidas serán tachados de no ser patriotas.

    Siendo necesario resaltar que estas medidas demagógicas impulsadas por el Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica irán en aumento debido a que se acercan los tiempos de preparar la reelección y para ello Mr. Trump debe de demostrar que cuando hizo sus promesas de campaña iba en serio y en su momento corresponderá a la sociedad de ese país decidir si quiere o no seguir por ese camino, pero de momento el Presidente seguirá radicalizando sus acciones demagógicas sin importar las consecuencias que éstas puedan desencadenar ya que lo de momento le importa es lograr el segundo periodo.

    Y de la misma manera actúan otros demagogos en el continente, quienes con tal de mantenerse en el poder llevan a cabo todo tipo de medidas disparatadas pero que son del agrado de una determinada porción de su electorado, aunque perjudiquen a sus países y así tenemos los casos de Ortega en Nicaragua, de Evo Morales en Bolivia, del expresidente Rafael Correa de Ecuador y aunque su sucesor Lenin Moreno se ha distanciado de él todavía no se puede saber si seguirá en la ola demagógica debido a que fue Vicepresidente en tiempos de Correa.

    Tampoco el Viejo Mundo se encuentra exento de la demagogia siendo su máximo ejemplo en tiempos recientes el gobierno británico que impulsó el brexit, sin dejar de mencionar a los separatistas catalanes en España o a los partidos ultranacionalistas que existen en muchos países europeos.

    Por último hay que mencionar que nuestro país también se encuentra expuesto a la demagogia y más en estos tiempos en que hay una profunda decepción respecto del gobierno saliente, el cual se caracterizó por la extrema corrupción con la que se condujo y aunque liberalizó ciertos sectores como el mercado energético o la profesionalización de la educación, ello no ha sido suficiente para revertir la percepción negativa que en el país se tiene de él y en cambio ha sido un caldo de cultivo para la demagogia de López Obrador, quien promete acabar tanto con la corrupción por arte de magia como con la liberalización del mercado energético y la profesionalización de la educación por decreto o por consulta popular.

    Por ello es importante razonar el voto y no dejarse llevar por las apariencias, porque a la larga habrá más perjuicios que beneficios y aunque el mundo nos da claras señales de ello, no parece importarle al electorado mexicano tal situación.

    felfebas@gmail.com

    Twitter: @FelipeFBasilio

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