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    Salvador Muñoz

    Los Políticos

     

     

    Hacía mucho que no percibía en la renovación de los votos de San Lázaro tanta euforia, tanto optimismo y tanta esperanza por parte de quienes han de ocupar sus curules y escaños, como tampoco veía la exigencia de algún sector que desconfía de quienes han de integrar la mayoría en este recinto legislativo. A estas alturas, hay quienes piden que las promesas de campaña sean una realidad en el corto lapso, pero es cuando un alto porcentaje de ellas se ven más distantes por una sencilla razón: a veces la realidad choca brutalmente en la cara y hace ver que en ocasiones las promesas han de quedar allí, en el discurso, en la memoria, en la buena intención de quien las sorrajó a los cuatro vientos… al pasar de este lado, es distinto todo.

    II

    Si usted votó por X o Y persona y ésta ya es diputado federal, no permita que la realidad en las entrañas del Congreso, de su partido y de las circunstancias, lo desilusione. Es seguro que en toda esta bola de diputados que llegan al Congreso de la Unión, un alto número de ellos llega con grandes ideas, propuestas, proyectos, encaminados todos quizás en beneficio de su distrito, de su ciudad, o por qué no, del estado y el país… pero un diputado no se manda solo… al ser parte de una bancada tiene que seguir las instrucciones de su Coordinador… incluso hasta para votar en contra de sus principios… “rara avis” el que se decide por su congruencia, pero puede pagar un precio caro… así que, si ve que su diputado no se acerca ni un tantito a las promesas de campaña que le hizo, no se desespere ni se enoje con él… paga el precio de luchar contra el sistema para convertirse en él.

    III

    Los riesgos que se corren en este momento por parte de cualquiera de los bandos en el poder (sea chiquito o grandote), es que la sociedad vuelva a caer en una especie de conformismo político.

    Si hablamos de la gran mayoría que votó por el cambio, hay quienes su vida política ya la dan por satisfecha por cualquiera de los dos motivos (o ambos) que orillaron su voto: Uno) la caída del PRI; Dos) el ascenso del Peje.

    Lo demás, ya no les importa. Si cumple o no sus promesas el Peje, para ellos la más importante está hecha: acabó con la Mafia del Poder, y en una consecuencia simplista, igual con la corrupción.

     

    Esto se da, por un lado, por el electorado ajeno a partidos, y en el seguidor de Morena, salvo con una ligera diferencia…

    IV

    ¿Se han dado cuenta que algunos morenos (conste, no generalizo) han asumido una actitud de superioridad moral por encima de cualquier ser humano?

    Entiendo al Peje. Asumió el papel de líder y se proclamó el luchador contra el sistema que “esperaba” una sociedad llena de carencias, violencia, maltrato económico y burocrático… me permití entrecomillar “esperaba”, porque de esa “espera” viene la esperanza en la que se convirtió López Obrador.

    El asunto es cuando sus discípulos pretenden emularlo… entonces se raya en el fanatismo… afortunadamente sólo son algunos los que no diferencian entre el líder y el estadista, que se espera, por México, por nosotros, que lo concrete López Obrador en su gobierno. Preferible perder a un Líder y ganar un Estadista.

    En San Lázaro lo considero distinto. Por eso, los buenos deseos de campaña ahora estarán supeditados a las circunstancias sociales y políticas a las que se ha de enfrentar el nuevo Sistema, lo quieran o no los nuevos legisladores, así que, ciudadanos, ¡sean pacientes con ellos, pero no tanto como se fue cuando el PRI reinó durante años!

    smcainito@gmail.com

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