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    Ricardo Vázquez S.

    Esfera Política

     

    Debe ser difícil, nada fácil puede ser para los jóvenes aceptar todo lo que está sucediendo en este país. Para los jóvenes que hacen su mejor esfuerzo, para quienes dan lo mejor de sí, escuchar a cada rato que de hoy en adelante la prioridad son los que no estudian ni trabajan, los llamados “ninis”, debe ser desalentador.

    Percatarse que está a punto de quedar instituido que el futuro de México ya no serán los jóvenes, que ahora el porvenir de su país serán los de la tercera edad; que en breve los senectos se harán cargo de las riendas de esta nación. Que ha llegado la época de los “Sugar Daddy” -así se refieren los jóvenes-, expresan que esta situación es causante de desánimo.

    Son estos considerados malos augurios, que zarandean la conciencia de los jóvenes productivos, los que forman parte de determinado sector en el que con su trabajo y esfuerzo diario contribuyen con un grano de arena al PIB.

    Alguna vez lanzó un político veracruzano una expresión que en su momento entre la clase política era algo así como el Credo, pero que al día de hoy ha perdido vigencia, es caduca, fuera de contexto: “Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”. 

    Ocurrencias, dichos, falta de hechos, ausencia de resultados por parte de los políticos, sacude a los jóvenes, que lejos de amilanarse y cruzar los brazos en espera de que el gobierno les asigne una mensualidad por no hacer nada, con todas las agallas toman una decisión, que al no encontrar impulso para el trabajo que desarrollan, se arman de valor para emigrar con el anhelo de alcanzar un mejor nivel de vida.              

    Lo anterior no es producto de la imaginación. Si bien es cierto que el fenómeno migratorio contempla diversos factores que mueven a la decisión e impulsan el movimiento de las personas a partir a otra nación, es un hecho que el complejo fenómeno migratorio de jóvenes mexicanos va in crescendo; no exclusivamente hacia los Estados Unidos como sucedió durante décadas, en la actualidad no hay continente en el que no se registre la presencia de mexicanos valiosos, hombres y mujeres.  

    Crisis económicas, violencia, inseguridad, falta de incentivos, carencia o negativa de oportunidades aún con reconocimientos académicos, son motivos nada pequeños que alientan la migración; pero si a esto se le acaba de agregar escuchar de su presidente electo que: México está en bancarrota. Qué pueden esperar.

    El Instituto de Política Migratoria, MPI, de Estados Unidos ha revelado que ha ido en aumento el número de mexicanos con licenciatura que llegan a trabajar a ese país. Aunque no hay datos oficiales, no es nada extraño, que jóvenes con posgrado han partido a cualquier otra nación en busca de un mejor futuro. Los casos de éxito de mexicanos que han destacado en otros países en distintas áreas y diferentes profesiones también van en aumento, lo hemos mencionado anteriormente en este espacio.  La migración de profesionales representa una fuga de cerebros, al mismo tiempo constituye una pérdida de riquezas para una nación, pérdida de la que no hay forma alguna de compensar.          

    La frase que acuñó el tuxpeño César Garizurieta, alias “El Tlacuache”: “Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”, pasó a la historia. Miles de jóvenes veracruzanos y de cualquier otra entidad en la actualidad están demostrando que con valor y determinación, siempre y cuando se supere el “Síndrome del nido abandonado”, dicha ocurrencia la califican hoy en día como un absurdo más de la política mexicana.

    rvazquez002@yahoo.com.mx

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