Felipe de Jesús Fernández Basilio
Desde a Janela
El conocido resultado del que esperamos sea el primer juicio penal instaurado en contra de Javier Duarte de Ochoa es indignante y deja con un terrible sabor de boca debido a que queda la impresión de que la justicia en México no sirve para nada cuando se trata de aplicarla a los poderosos y desgraciadamente deja esa impresión debido a que extrajudicialmente se conocen tantas atrocidades atribuidas a este personaje y simplemente la justicia no puede llamarlo a cuentas.
Para dolerse real o simuladamente de este asunto se han pronunciado muchas opiniones incluidas las de las autoridades actuales y electas, así como también se han escrito abundantes ríos de tinta en los que se acusa sin ton ni son a todo el sistema de justicia penal e incluso a quienes han intentado llevar a Duarte ante la justicia y todo eso se ha hecho debido a la frustración que el desenlace de tan anhelado juicio ha dejado.
Mas el juicio de Duarte tiene una explicación y ésta es muy sencilla pero no por ello menos dolorosa y difícil de digerir, ya que en la misma va implícita parte de la esencia de nuestro país y también la razón por la cual nuestro sistema de justicia es letra muerta en los casos que a la autoridad le conviene y eso se explica de la siguiente manera:
Decía el llamado Benemérito de las Américas que a los amigos se les aplica justicia y gracia mientras que a los enemigos solo la ley a secas y eso es precisamente lo que sucedió en el caso de Javier Duarte de Ochoa, ya que es necesario aclarar que el juicio en contra de este personaje por lavado de dinero y enriquecimiento ilícito que está a punto de concluir fue iniciado y conducido en su totalidad por la PGR debido a que la víctima fue la Secretaría de Hacienda lo cual hizo que el juicio fuera federal, quedando excluida cualquier participación de las autoridades veracruzanas en el mismo.
Por lo que al ser un juicio iniciado por la federación quedó en sus manos la manera en que se iba a llevar a cabo el procedimiento y consecuentemente la PGR fue quien condujo la acusación, la clasificación de los delitos por los que persiguió y la negociación final con la cual se llegó a la sentencia que conocemos y por ende es la responsable de tan desproporcionada condena, ya que fue a partir de la pena que solicitó el que se haya podido cerrar ese trato, ya que el sistema de negociaciones en los procesos penales parte de la penalidad que el órgano acusador solicita se imponga al acusado y el juez de ninguna manera puede pronunciarse respecto a una pena mayor a la que le es solicitada; por ello es que cuando la PGR primero reclasificó los delitos por los que perseguía a Duarte (bajando la dureza de los mismos) y después solicitó una penas demasiado bajas, es que la defensa se acogió gustosa al acuerdo por serle bastante favorable, sobrando todas las manifestaciones de los abogados de Duarte en el sentido de que era inocente, ya que lo cierto es que un juicio le hubiera sido mucho más costoso en penalidades que el acuerdo que le ofrecieron.
Quedando ahí aplicada la frase de la justicia y gracia para los amigos, ya que no olvidemos que la PGR se ha conducido en este sexenio como una institución encubridora a más no poder de los funcionarios del gobierno y del partido de Peña (PRI), ya es la misma PGR que es incapaz de fincar responsabilidades por el caso Odebrecht, que defiende con uñas y dientes a los funcionarios del otro Duarte en Chihuahua liberando al allegado a César Duarte que había sido detenido por la Fiscalía de ese estado y que por supuesto tiene archivadas las investigaciones sobre la llamada Casa Blanca de Peña Nieto entre otras muchas denuncias que hay sobre funcionarios del PRI o irregularidades tan evidentes como el socavón de Cuernavaca.
Pues en ese contexto es que se hizo el arreglo tan favorable para Duarte de Ochoa y que se tiene paralizada cualquier investigación que hay abierta en contra del mismo o de su tristemente célebre esposa y de muchos otros que participaron del saqueo a las arcas de Veracruz y aunque en muchos casos corresponde a las autoridades locales la persecución de esos delitos, lo cierto es que se requiere la participación de la federación para continuar con los procesos debido a que como en el caso de Duarte se tienen que honrar tratados internacionales por su extradición o se tiene que pedir la detención a otros países como acontece con Karime Macías, ya que por ley corresponde a la federación el actuar ante autoridades extranjeras y por ello las locales tienen que esperar su actuar, mismo que ahora será más lento o nulo debido a que ya no tiene el gobierno federal nada que perder y en los meses que le queda se va a dedicar a encubrir por medio de la inacción o de artilugios legales a todos sus cómplices.
Por ello resultan irresponsables las declaraciones que hace el próximo gobernador de Veracruz Cuitláhuac García al decir que todo es una faramalla del gobierno saliente, ya que en este caso no tuvo nada que ver por no ser un juicio local sino federal del cual la única responsable es la PGR, institución que en este sexenio se ha dedicado a dar justicia y sobre todo gracia a todos los amigos del gobierno federal.
Twitter: @FelipeFBasilio
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