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    Anilú Ingram Vallines

    Diputada Federal

    En poco menos de dos meses México ha sufrido ya una serie de micro infartos, los que han comenzado a hacer mella en la salud nacional.

    Lo que nunca se había visto en la historia nacional, previo al arranque de la nueva administración federal, un presidente electo ya le generaba crisis al país sin siquiera estar en funciones.

    Así, este nuevo gobierno federal nos ha llevado de un sobresalto a otro, perdiendo en el camino la credibilidad como nación ante los inversionistas, que tantos años demoró construirla.

    El primer gran susto se lo llevaron los mercados con la cancelación de la obra del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, crisis de la cual, por cierto, hasta la fecha no han podido salir. Después vino el tema de las Afores y los bancos y así sucesivamente.

    Sus “errores de dedo” como ellos mismos los han llamado, mantuvieron en vilo a las universidades públicas durante días, primero con el tema de quitarles su autonomía y, después, cuando intentaron recortarles el presupuesto; le tocó en el mismo sentido a los consulados con los recursos a ejercer durante este año, pero ante la presión social tuvieron que salir y decir que se trató en todos los casos de errores que corregirían, demostrando que se trabaja en la total improvisación.

    En diciembre no solo se enfrascó en una confrontación con el Poder Judicial, sino que algunos de los personajes más visibles de su partido sacaron raja política de la fatídica muerte de la gobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso y su esposo, el senador, Rafael Moreno Valle.

    Pero sin duda la mayor crisis que hasta el momento han tenido que enfrentar es esta de enero con el desabasto del combustible en 10 estados del país, incluida la capital.   Ellos, que en campaña se habían comprometido a bajar el precio de las gasolinas, a construir refinerías en el país, dejaron sin combustibles a millones de habitantes en México.

    Durante días le dieron vueltas y vueltas al asunto argumentando que era efecto de la estrategia implementada para evitar el robo de combustibles; después que era maniobra electorera para desprestigiarlo y, una tercera versión, que era una falla en el ducto que va de Tuxpan a Azcapotzalco.

    Lo estimado del monto de las pérdidas diarias de la iniciativa privada por este desabasto han venido de ahí pero no del gobierno. Por eso en el Grupo Parlamentario del PRI, hemos demandado se presenten los números crudos, como por ejemplo, lo erogado en la movilización de las gasolinas vía terrestre. Al no fluir la información dejan abierta la puerta a la especulación, a la rumorología, a la opacidad, como que se benefició a empresas de familiares y amigos de propios funcionarios federales con la contratación de las pipas para la transportación.

    Preocupante lo declarado por el jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo, sobre los errores de esta administración al afirmar que una golondrina no hace verano. Sin embargo, aunque se nieguen a verlos, ya son muchos los microinfartos que el gobierno del supuesto cambio le ha ocasionado a México.   Como nación somos fuertes, pero no son muchas las crisis que podremos resistir a este ritmo.

    @AniluIngram

     

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