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    Montse Quevedo

    Epifanías

    Human Rigths Watch (HRW por sus siglas en inglés), ha reconocido que el Máximo Tribunal de México es una institución ejemplar en América Latina que se debe apoyar y destacar por sus resoluciones y se ha mostrado de acuerdo con el papel central que ha realizado en México como institución que protege las libertades y derecho de las personas.

    Si bien son muchas las manifestaciones que alientan a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) a seguir cumpliendo el papel que se deriva de la necesaria implementación de las reformas constitucionales en materia de derechos humanos, es a raíz de estas reformas que las Ministras y Ministros, conocedores del tema, se han especializado en buscar y atraer los asuntos relacionados con la protección de derechos fundamentales de las personas y hago esta introducción porque en una charla que duró enriquecedores cuarenta y cinco  minutos, con la Ministra Margarita Luna Ramos en su visita a Xalapa, pude constatar que la SCJN tiene un profundo compromiso con los derechos humanos y con los ciudadanos, pero más aún las juzgadoras e impartidoras de justicia como ella.

    Mujer inteligente, agradable, sencilla, con 44 años de carrera judicial, primero como oficial judicial, actuaria y secretaria de juzgado, secretaria de estudio y cuenta, juez de distrito, magistrada de distrito en materia electoral consiguiendo las dos terceras partes de votos en el Senado, es decir la mayoría calificada en el año 2004 para obtener su lugar como Ministra del máximo tribunal de este país, me cuenta que su labor no ha sido fácil, pero sí es, lo que más le apasiona en esta vida.

    En un acto de confianza, hace un balance y afirma que al menos ella no puede pronunciarse por haber dictado una mejor sentencia sobre otra, pues firme como su carácter, está convencida que todos los casos son igualmente importantes debido a que los justiciables están ubicando en sus manos los propios derechos, su patrimonio, su libertad a veces y en algunos casos están poniendo de por medio hasta su vida, insiste que si algún asunto llega a la Corte es porque evidentemente resulta de mayor trascendencia y aunque no puede negar que durante su desempeño tuvo que exponer casos que destacan por ser algunos más mediáticos que otros, no por eso deja de lado su trascendencia jurisdiccional, pues el criterio que en ellos se ejerce marcará de forma definitiva la pauta y la aplicación en todos los tribunales de nuestro país.

    Enfática en su postura, señala que en el caso de la despenalización del aborto –un asunto por demás mediático que polarizó a la sociedad mexicana– la corte nunca dijo si estaba a favor o en contra y señala que lo único que hizo fue resolver la despenalización de la conducta de la persona que interrumpe el embarazo y si ello es constitucional o no.

    Revisar diariamente los asuntos del pleno a las 4:00 a.m. ha sido para ella un verdadero placer, gustosa y con una sonrisa comenta el deleite que le ocasionaba el llegar al pleno a las 11:00 a.m. a exponer un caso –y lo hacía de forma extensa a decir de sus pares, quienes le bromeaban por ser la que más tiempo se tomaba para exposición de motivos– y sus mociones para impartir justicia al respecto.

    Hoy como mujer, como abogada, como mexicana, como jurista, acepta que haber ocupado un lugar en el máximo tribunal del país fue lo mejor que le pudo pasar en esta vida; quince años en la SCJN le dan el soporte para parafrasear a García Márquez: “cuando un círculo se cierra, no tiene uno que entristecerse porque termina, al contrario, yo me siento feliz y satisfecha porque sucedió”, finaliza.

    El próximo dieciocho de febrero Margarita Beatriz Luna Ramos se jubilará del sitio que ocupa actualmente en el pleno y será ahora Ministra en retiro, respaldada por esa calidad moral que le aventaja y llena de salud para seguir persiguiendo nuevos objetivos desde otras trincheras.

    @MontseQueVe

    montqueve@gmail.com

     

     

     

     

     

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