Luis Alberto Romero
Hora Cero
¿Qué ganó Héctor Yunes al dejar correr toda clase de rumores sobre su licencia al cargo de diputado federal?; probablemente nada, pero dejó claro que le basta un pequeño movimiento para ubicarse en el centro de la atención mediática y política veracruzana.
El legislador priista, ex candidato al Gobierno del Estado en 2016, presentó el pasado lunes su solicitud de licencia ante la Junta de Coordinación Política de la Cámara Baja. Un día después rendía protesta el suplente y cuando los rumores en torno al hecho crecían, Yunes Landa emitió su boletín para decir que se trataba de un tema de salud.
El también ex diputado local veracruzano determinó separarse durante un breve lapso, sólo unos días, del cargo que actualmente ocupa. El hecho fue retomado por diversos medios informativos locales y en redes fue muy compartido y comentado.
Debido al escenario político que prevalece en Veracruz, todo tipo de rumores corrieron durante el lunes y por la mañana del martes:
Circuló la especie, por ejemplo, de que Yunes Landa habría pactado con el gobierno de Cuitláhuac García Jiménez; se dijo que a cambio de los votos que requiere Morena en el juicio político contra el fiscal Jorge Winckler, al priista le ofrecieron la Subsecretaría e incluso la Secretaría de Gobierno. Nada de eso; la presente administración no contempla cambios en esas áreas; al menos no en este momento. Eric Cisneros se mantendrá en su oficina porque, además, un relevo a estas alturas del gobierno –apenas van 3 meses– revelaría un problema que el grupo en el poder veracruzano no estaría dispuesto a reconocer. Al final, ante el crecimiento del rumor, el ejecutivo estatal terminó por aclarar que el legislador priista no se incorporaría, en ningún espacio, a la estructura del gobierno de la entidad.
Trascendió también que podría inscribirse en la carrera por la dirigencia estatal del Partido Revolucionario Institucional; el tema generó cierta incomodidad en los equipos de los dos candidatos visibles a suceder a Lilian Zepahua: Marlon Ramírez y Adolfo Ramírez Arana, dado que el peso del diputado federal en el altiplano es mucho mayor que el de cualquiera de los actuales aspirantes. Al final, Héctor Yunes no va por el Comité Estatal del PRI.
La tercera versión que circuló sobre la solicitud de licencia de Héctor Yunes tiene que ver con la operación para crear su partido político estatal; como se sabe, las 15 agrupaciones políticas que buscan convertirse en partidos locales veracruzanos deben llevar a efecto sus respectivas asambleas distritales. Sin embargo, ese proceso lleva un año, y la licencia sólo es por 13 días, de tal manera que esta última versión quedó sólo en un rumor sin demasiado sustento.
Posteriormente se habló de vacaciones y también de un descanso obligado por un problema de salud; como sea, a Héctor Yunes le bastó una pequeña finta, para ubicarse en el foco de la atención mediática y política veracruzana.
En realidad, la motivación de la licencia de Yunes Landa no se relaciona con una incorporación a Morena –que por el tono de los últimos discursos del ex senador parecería remota–, ni con las aspiraciones para volver a presidir el comité estatal del tricolor, ni con vacaciones, ni con la organización para crear su partido político estatal, sino con un tema de salud, como finalmente lo aclaró el de Soledad de Doblado, quien tuvo que ser intervenido por una vieja lesión en la mano derecha.
Lo cierto es que el amago del diputado federal priista describe a la perfección su habilidad para meter ruido y generar confusión respecto a sus movimientos. A fin de cuentas, la licencia yunista, y sobre todo la falta de información confiable y de primera mano respecto a ésta durante lunes, es útil para recordar el clásico maquiavélico de que la política es el arte de engañar. @luisromero85
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