Salvador Muñoz
Los Políticos
Mi esposa siempre cuestiona el porqué para anunciar los asaltos en las peleas de box, salen mujeres incluso cuando las justas son entre damas…
La respuesta ambos la sabemos: La mujer es vista tanto por los empresarios como por los espectadores sólo como una especie de adorno o gancho carnal… lamento decirlo, pero hay mujeres que comparten esa idea…
Nuestra idiosincrasia, desde cualquier ángulo que se le vea, se basa en contemplar hacia abajo a la mujer… es débil, es llorona, es sentimental, se encarga del aseo, no requiere de estudios, sirve para satisfacer los deseos sexuales, está para tener hijos y además ¡es causa de pecado!
Lamento decirlo pero hay mujeres que comparten esa idea…
Si bien algunas de estas observaciones parecieran arcaicas o en desuso, lamentablemente se quedan en eso… en “pareciera”…
Por ello, en gran parte de nuestra sociedad es fácil referirnos a ellas como viejas o viejerío, “brujer”, “Lucy Fernández”, o en términos más agresivos como putas, zorras, perras, y un adjetivo que me llama la atención que utilizan entre ellas mismas: “bitch”.
Sí, lamento decirlo pero hay mujeres que gustan de esa idea…
A lo que voy es que tanto hombres como mujeres estamos contaminados en nuestra perspectiva de género.
El asunto inicia desde la casa, llega a la escuela y se complementa con los medios de información, comunicación o difusión…
Televisión e impresos (medios que más observo), nos condicionan el rol que debemos seguir en torno a la mujer.
Habrá gente a la que le agraden “Las lavanderas” (no dejan de ser bonitas) o cachondearse con un comercial de “Sico” con las niñas buenas que van al cielo, y haya algunos que sencillamente vean la degradación de la mujer en ello o pocos que no los tomen en cuenta ni para bien ni para mal.
Habrá otros que rían de encabezados ocurrentes como aquél que decía que “Se sintió Thor y quería golpear a su mujer” (algo así) o el que fue motivo de una recomendación en un diario local por parte de Iniciativa Púrpura al referir “Intentó matar a su mujer, pero le falló el arma… ¡qué mala suerte!” o uno que refiere: “Viola a su hija, la enseña a ser mujer”.
En el primer caso, al hacer de un hecho que es tan cotidiano como la violencia intrafamiliar, algo chistoso, desvanece el problema y la conciencia del suceso por parte del lector; en el segundo punto, se asigna a la mujer el papel de desechable y se remata el último con la justificación del delito bajo un mal entendido de que la mujer es sinónimo de sexo.
En Veracruz, a través de Iniciativa Púrpura, se trabaja en la recolección de cinco mil firmas a través de avaaz.org para conformar un Código de Ética en los Medios de Comunicación para Erradicar la Violencia contra las Mujeres y las Niñas en el Estado de Veracruz.
La tarea pareciera fácil en la intención de juntar esas firmas para entregarlas al Gobierno del Estado y éste sea conducto para hacerlo efectivo ante medios… yo, ya firmé… pero la tarea hercúlea es en los medios. Se puede hacer el intento en Veracruz, claro… empezar desde lo particular para ir a lo general.
Aunque la pregunta es… ¿los medios están dispuestos a renunciar a encabezados espectaculares para atraer a lectores? ¿están dispuestos a renunciar a los clásicos modelos de mujeres exuberantes, abnegadas, serviciales, bonitas, para vender productos? o mejor aún: ¿el lector o espectador está dispuesto a renunciar a los medios como forma de luchar contra esta violencia hacia el género femenino?
Si bien apoyo a Iniciativa Púrpura, me queda claro que independientemente de si hay un Código de Ética o no en los medios, la decisión está tan fácil como estar en un mercado… uno sabe si compra la fruta o la deja…
Pero aceptando que me gane la soberbia, es claro que los medios deben iniciar el cambio porque en nuestro mercado no hay variedad para escoger la mejor fruta.
La respuesta ambos la sabemos: La mujer es vista tanto por los empresarios como por los espectadores sólo como una especie de adorno o gancho carnal… lamento decirlo, pero hay mujeres que comparten esa idea…
Nuestra idiosincrasia, desde cualquier ángulo que se le vea, se basa en contemplar hacia abajo a la mujer… es débil, es llorona, es sentimental, se encarga del aseo, no requiere de estudios, sirve para satisfacer los deseos sexuales, está para tener hijos y además ¡es causa de pecado!
Lamento decirlo pero hay mujeres que comparten esa idea…
Si bien algunas de estas observaciones parecieran arcaicas o en desuso, lamentablemente se quedan en eso… en “pareciera”…
Por ello, en gran parte de nuestra sociedad es fácil referirnos a ellas como viejas o viejerío, “brujer”, “Lucy Fernández”, o en términos más agresivos como putas, zorras, perras, y un adjetivo que me llama la atención que utilizan entre ellas mismas: “bitch”.
Sí, lamento decirlo pero hay mujeres que gustan de esa idea…
A lo que voy es que tanto hombres como mujeres estamos contaminados en nuestra perspectiva de género.
El asunto inicia desde la casa, llega a la escuela y se complementa con los medios de información, comunicación o difusión…
Televisión e impresos (medios que más observo), nos condicionan el rol que debemos seguir en torno a la mujer.
Habrá gente a la que le agraden “Las lavanderas” (no dejan de ser bonitas) o cachondearse con un comercial de “Sico” con las niñas buenas que van al cielo, y haya algunos que sencillamente vean la degradación de la mujer en ello o pocos que no los tomen en cuenta ni para bien ni para mal.
Habrá otros que rían de encabezados ocurrentes como aquél que decía que “Se sintió Thor y quería golpear a su mujer” (algo así) o el que fue motivo de una recomendación en un diario local por parte de Iniciativa Púrpura al referir “Intentó matar a su mujer, pero le falló el arma… ¡qué mala suerte!” o uno que refiere: “Viola a su hija, la enseña a ser mujer”.
En el primer caso, al hacer de un hecho que es tan cotidiano como la violencia intrafamiliar, algo chistoso, desvanece el problema y la conciencia del suceso por parte del lector; en el segundo punto, se asigna a la mujer el papel de desechable y se remata el último con la justificación del delito bajo un mal entendido de que la mujer es sinónimo de sexo.
En Veracruz, a través de Iniciativa Púrpura, se trabaja en la recolección de cinco mil firmas a través de avaaz.org para conformar un Código de Ética en los Medios de Comunicación para Erradicar la Violencia contra las Mujeres y las Niñas en el Estado de Veracruz.
La tarea pareciera fácil en la intención de juntar esas firmas para entregarlas al Gobierno del Estado y éste sea conducto para hacerlo efectivo ante medios… yo, ya firmé… pero la tarea hercúlea es en los medios. Se puede hacer el intento en Veracruz, claro… empezar desde lo particular para ir a lo general.
Aunque la pregunta es… ¿los medios están dispuestos a renunciar a encabezados espectaculares para atraer a lectores? ¿están dispuestos a renunciar a los clásicos modelos de mujeres exuberantes, abnegadas, serviciales, bonitas, para vender productos? o mejor aún: ¿el lector o espectador está dispuesto a renunciar a los medios como forma de luchar contra esta violencia hacia el género femenino?
Si bien apoyo a Iniciativa Púrpura, me queda claro que independientemente de si hay un Código de Ética o no en los medios, la decisión está tan fácil como estar en un mercado… uno sabe si compra la fruta o la deja…
Pero aceptando que me gane la soberbia, es claro que los medios deben iniciar el cambio porque en nuestro mercado no hay variedad para escoger la mejor fruta.
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