Brenda Caballero
Números Rojos
En días pasados, iba a comprar algunos alimentos para mi despensa en conocida tienda de una cadena de supermercados que dicen prohíbe asociarse en sindicatos a sus empleados, pero que tiene el slogan: Precios bajos todos los días. En todo.
Después de recorrer pasillos y buscar productos y alimentos de extrema necesidad para mí y mi bolsillo, pasé a pagar a la caja.
Simplemente he perdido más que poder adquisitivo, pues ya no es suficiente lo que gano.
Me dicen que va a haber aumento de sueldo, sinceramente no sé si reír o llorar, pues me aumentarán algo así como 100 pesos quincenales.
¡Al menos me van a aumentar! Pues conozco muchos casos que siguen con el mismo sueldo por años y años, aunque siendo drásticos también conozco a quienes en lugar de subir les bajan. ¿Pero alcanzan cien pesos más para cubrir los aumentos de gas, alimentos, ropa, pasajes y medicamentos? ¿y qué pasa con las familias que tienen un nuevo miembro? Ya ni menciono diversión y ahorro, en las clases baja y media baja ni se conocen.
Pero regresando al supermercado, salía de él, cuando dos folletos llamaron mi atención. El primero era alusivo a las fiestas patrias: que si el tequila, los disfraces, la botana, el pozole, las tostadas, etcétera; por supuesto que ponían los precios para demostrar que eran más bajos que los de su competencia.
El segundo folleto, en contraste con el primero, era apenas a la mitad, con portada de una niña sonriente comiendo cereal y dentro de sus encabezados principales se podía leer“Desayuno Saludable”, “Recetas de lunch completo”, “El plato del buen comer” y “Tips nutricionales”.
De inmediato tomé los dos para verlos posteriormente en casa.
Grata fue mi sorpresa cuando el de la niña sonriente tenía buena información, sobre todo para los padres que tienen hijos en la escuela.
En principio menciona la importancia del desayuno para empezar el día, de sus beneficios e ilustra el Plato del Buen Comer, mejor conocida anteriormente como pirámide nutricional.
Sinceramente fue agradable encontrar un folleto así, que no estuviera patrocinado por los grandes consorcios de comida chatarra. Incluso daba tips para hacer que tu hijo coma saludable y no se aburra, cómo preparar menús diferentes para cada día de la semana, elaborar bolsitas de colores para sus galletas o sándwich, incluso hacer figuritas de estrellas o caritas en el pan y verduras para que se las coman.
Pero ¿Por qué solo se enfoca a los niños? Preguntaba a mi marido ¿debe estar grave la situación de la obesidad en los infantes para que esté circulando este tipo de información, no lo crees?
Días después confirmaba mis sospechas con algunos titulares en varios medios de comunicación: “Obesidad infantil, precursor de la insuficiencia renal”, “Vinculan obesidad infantil con problemas cerebrales en la adolescencia”, “Obesidad infantil puede provocar problemas de aprendizaje”, “Afirman que la obesidad infantil va en aumento”.
Vaya que es una situación crítica ¿imagina usted a estos niños obesos en la edad adulta?
Luego entonces me cayó más el veinte de dicho folleto nutricional. ¡Hay que empezar desde pequeños!
¡Todo suena perfecto! Pero ¿alcanza el presupuesto familiar para comer tan saludable?
Al menos los menús de lunch propuestos para los pequeños van más allá de un salario mínimo: jamón de pavo, pan integral, lechuga, jitomate, uvas, cereal, jugos de frutas, cereales, queso, jícama, salchichas, atún, pepino, pollo, naranjas y frijoles. Y eso que no estoy contabilizando el desayuno, la comida, la cena y las colaciones. ¿Será por eso que los padres compran unas galletas o pastelillo acompañado de un jugo para sus pequeños?
Creo que en nuestros días el buen comer o comer nutritivo ya no depende totalmente de buenos hábitos o cultura sino de cuánto tenemos en los bolsillos ¿A poco no es cierto?
Email: caballero_brenda@hotmail.com
Hacer Comentario
Haz login para poder hacer un comentario