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    Jorge Arturo Rodríguez
    Tierra de Babel

    Discursos y discursos, mensajes y mensajes, palabras y palabras, declaratonis crónica… Y la realidad de México ahí está, con ciertos logros y avances, sí, pero con mucho más necesidades y problemas económicos, sociales y políticos por resolver. Situaciones añejas, ancestrales, que nuestro país viene arrastrando, padeciendo, y en cada inicio de sexenio, de un -¿nuevo?- gobierno, la esperanza del mexicano se renueva –¿ilusos que somos?-, y creemos nuevamente en el comienzo de un nuevo camino que, ahora sí, nos permitirá al menos mejorar tantito e ir erradicando todos nuestros males que año con año se acrecientan, desde la descomposición familiar hasta la putrefacción social, pasando por el hedor religioso y la hediondez política, todo infestado –cancerígena enfermedad que parece no tener sanación-, de indiferencia, impunidad, corrupción, valemadrismo y un chingo de etcétera. Para no mencionar la violencia, el narcotráfico y demás. Todo lo cual, sin duda, se mezcla, se entrama y se entrampa.
             La verdad es que no estamos tan bien como lo pintan. Ya muy poca gente se la cree, gracias a Dios. En días pasados, Amnistía Internacional (AI) denunció el olvido en el que viven 52 millones de personas pobres en México, y denunció que el gobierno “responde a los intereses de empresarios mientras ignora a los ciudadanos en situación de pobreza”. ¿En serio? ¿Nomás a ellos?
             Lo acaba de decir el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Instituto Tecnológico de Monterrey, que “el problema es que México no es un país pobre; es un país de pobres, situación provocada por la precarización laboral, la inequidad que existe en la distribución de la riqueza, la existencia de monopolios y oligopolios y la aplicación de una política económica sin objetivo social. En los siguientes años la administración pública deberá rehacer el tejido social, responsabilizarse de generar un gobierno eficaz y austero, que realmente esté comprometido con la ciudadanía, ya que de otra manera no existirán las condiciones para garantizar la estabilidad y viabilidad de la nación”.
             Y bueno, el CIEN advierte que “el avance de la pobreza sigue su marcha, y así lo reflejan las cifras correspondientes al Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP) que el Coneval ha publicado para el segundo trimestre del año, con un incremento de 1.8 por ciento respecto al mismo periodo del año pasado. Lo anterior significa que más personas no pueden adquirir una canasta alimentaria básica con el ingreso generado por el trabajo que desempeñan. Lo delicado de dicha situación es que se refiere a personas que tienen una ocupación, pero que a pesar de ello no tienen la capacidad económica para acceder a los alimentos más elementales. Una acotación que debe realizarse es que ello sucede aun cuando las líneas de ingreso son muy bajas: mil 120.13 y 798.58 pesos para el entorno urbano y rural respectivamente”. Así, “al final del presente año es altamente probable que México reporte a más de 60 millones de personas en situación de pobreza por ingresos”. ¿Cómo la ven?
             Pero lo bueno es que ya se encontró un nuevo yacimiento de petróleo, y como nos hemos caracterizado de ahorradores chingones, pos no hay de qué preocuparse. Además, el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, señaló que la economía nacional está blindada con reservas internacionales de unos 160 mil millones de dólares y un Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) controlado. Ya ven, que no cunda el pánico… No hay que ser tan pesimistas, y demos otro voto de confianza al gobierno, digo al entrante, y que Dios nos agarre confesados….

    De cinismo y anexas
    Y andando por estos rumbos, José Saramago escribió: “La palabra más importante es no, saber decir no a la injusticia, no a la desigualdad”. Y también dijo que “no debemos dejar que la democracia se convierta en un puñado de palabras retóricas”.
             Pero ojo, de igual modo manifestó que “la democracia no tiene existencia, ni calidad en sí misma: depende del nivel de participación de los ciudadanos”.
    Ahí se ven.

    Hasta la próxima
    jarl63@yahoo.com.mx

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