Salvador Muñoz
Los Políticos
Es cierto, al menos que se sepa, en nuestra entidad, el Nepotismo como tal, no es penado y si bien, la Ley de Responsabilidades Administrativas para el Estado de Veracruz contempla en su artículo 2, fracción V, al Conflicto de Interés, algo cercano o parecido a esta figura, al parecer no deja de pasar como una falta administrativa de la cual, tiene que hacerse cargo el Contralor interno… supongo.
¿En qué consiste el Conflicto de Interés? Bueno, pues al dar preferencia a un pariente, por citar el ejemplo de la secretaria del Trabajo en Veracruz, quien en propia boca dijo haber tomado la decisión de nombrar en el área de Amparos a su hija, se corre el riesgo de que el parentesco afecte el desempeño imparcial y objetivo de sus funciones, bajo un dicho simple: duele más el cuero que la camisa.
Ahora bien, si la figura del Nepotismo no está contemplada en la Ley de Responsabilidades Administrativas para el Estado de Veracruz, en nuestra sociedad, entorno, comunidad, tiene un dejo de corrupción, ¿por qué? por los beneficios que se le da al pariente de quien detenta el poder.
Volvemos al caso de la secretaria del Trabajo quien esgrime que su hija cumple (“al igual que cualquier empleado de dicha dependencia”, según ella) los “requisitos” para darle el cargo: es honesta, cubre el perfil y participó de manera destacada en el Cambio.
Sí, es evidente el Nepotismo y también la falta administrativa, que por ello sería interesante conocer si es considerada “Grave” por parte de la Contraloría.
A raíz de este caso, se difundió la información de que el secretario de Salud, Roberto Ramos Alor, hizo honor a la etimología de la palabra Nepotismo (nepóte=sobrino) y “puso” a muchos de ellos en diversos cargos dentro de Salud:
Marco Antonio Ramos, director de Sanidad Internacional en el puerto de Coatzacoalcos. Regina Córdoba Díaz, hija de Regina Celia Díaz Alor, directora del Hospital de Oluta. Amalia Córdoba Díaz, en una dirección de la Secretaría de Salud en Xalapa. Guadalupe Jiménez Yeladaqui, esposa de su sobrino Simón Roberto Saviñón Ramos, subdirectora del hospital comunitario en el puerto de Coatzacoalcos. Marco Antonio Saviñón Ramos, subdirector en la Jurisdicción Sanitaria número 11 del puerto de Coatzacoalcos. Por supuesto, el titular de Salud niega cada uno.
Ahora bien, en la Secretaría de Educación, donde manda el ex diputado Zenyazen Escobar García, está Adrián Mota Montoya, quien tiene a su cargo la Coordinación de las Delegaciones de la SEV a lo largo del estado. Pues bien, haciendo honor igual a la etimología, designó a sus sobrinas en cargos dentro de esta dependencia.
Como Enlace Institucional, Arantxa Evelyn Mota Rodríguez; mientras que a Claudia Lizbeth Mota Rodríguez, Enlace Administrativo.
Dato curioso, pero en la información que difunde la delegación regional SEV Veracruz, donde se hace mención de los nombramientos de Arantxa y Claudia Lizbeth, se omite el apellido paterno, “Mota”. Uno de mal pensado, supondría que pudo haber sido a propósito para ocultar la relación con el tío, pero si en Morena cambian la Batalla de Puebla a febrero, y al Gabo le llaman Francisco, queremos darles el beneficio de la duda y creer que fue “un error”, aunque no así los nombramientos del Tío.
¡Claro! Pueden decir que los nombramientos los dio la delegada… pero no por ello, deja de verse la figura del Nepotismo y esperar si para la Contraloría sea un asunto que investigar, o mejor voltear para otro lado…
Conste, no dudamos que la hija de la secretaria del Trabajo, o los sobrinos de Ramos Alor y de Adrián Mota Montoya tengan capacidad para los cargos que les confieren sus parientes, pero ¿no hubiera sido más fácil pedir el favor en otras dependencias, menos la suya, si realmente querían ayudarlos? El “nepotismo por cambalache”, ése sí, no está contemplado por la Ley de Responsabilidades Administrativas… aunque igual, no deja de ser mal visto por los ciudadanos…
smcainito@gmail.com
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