Fernando Hernández Fernández
Hace algunos años, en algún Marcaje, hice referencia a la maldición que implicaba para Veracruz el color rojo, porque los resultados eran insatisfactorios y ninguno de los equipos jarochos ganaba nada.
Sin embargo, desde que el gobernador Javier Duarte tomó la administración del estado, dos equipos porteños han conquistado sus respectivas ligas nacionales.
A inicios de este 2012, los Halcones Rojos doblegaron a los Toros de Nuevo Laredo para ganar, por vez primera, el campeonato de baloncesto profesional en el país; y ahora, apenas el miércoles pasado los Rojos del Águila hicieron lo propio sobre los Rieleros de Aguascalientes.Ambos clubes son ejemplos de la continuidad y el trabajo fuerte. En el caso del basquetbol le dieron la oportunidad a Eddie Casiano de debutar por una temporada completa (porque había dirigido cuatro partidos en el torneo anterior), y el puertorriqueño condujo a su equipo con demasiada autoridad durante la campaña 2011-2012.
Es cierto, su plantilla estaba plagada de jugadores extranjeros y mexicanos no nacidos en el país, pero todo estaba en el reglamento y la directiva de Leónides Rodríguez aprovechó la cartera abierta que le dieron en Gobierno del estado y cumplió el objetivo.
En el caso del Águila hay similitudes. Su mánager, Pedro Meré, también fue un debutanteen la Liga Mexicana de Beisbol, porque ya tenía experiencia en la Invernal Veracruzana, pero se aventó su primer gran reto al que respondió con creces.
Hoy, El Príncipe del Mango es un histórico de la pelota mexicana y más en la entidad, al devolverles el gallardete a los Rojos, tras 42 años de no hacerlo.
También, en este equipo de beisbol hubo continuidad para la familia Mansur de parte del Gobierno del estado, y no quiero decir que en el pasado no se haya dado, también pasó, pero no había un click, al grado que en varias ocasiones, el anterior gobernador, Fidel Herrera Beltrán, amagó que el equipo cambiaría de administración.
Con la llegada de Javier Duarte las cosas cambiaron. En la pasada campaña, el ave roja se quedó en la antesala a la Serie Final y para ésta se cumplió el objetivo. La unión cordobesa se dio al 100 por ciento y los frutos hoy se recogen.
El asunto ahora es que en el puerto jarocho hay tres equipos que usan el color rojo como identidad, pero me late que el tercero está lejos de dar satisfacciones a su afición.
Los Tiburones parecen hundidos en un hoyo del que la salida está muy lejos y justamente por la falta de continuidad en el proyecto y todas las grillas que hay inmersas en él.
Pero por el momento hay que celebrar con el Águila y ver si los Halcones tienen el fuelle de mantener su corona con cambio de reglamentación en la LNBP, y más porque hay otro equipo veracruzano (que no es escarlata) ansioso de darle más títulos al estado, como es el representativo de la UV, el más exitoso en los recientes años en el deporte profesional como representante de la entidad.
Hasta la vista.
fhernandez1980@gmail.com
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