Salvador Muñoz
Los Políticos
La semana pasada, por las redes sociales de Tlacotalpan, circuló una queja contra las autoridades municipales de la Perla del Papaloapan donde demandaban a los pobladores rebelarse al abuso ¡de las hermanas del alcalde!: Angélica y Kenia. A ese malestar, se agregaron más al correo electrónico de quien escribe, que si bien exponen una serie de datos que rayan con la película “La Ley de Herodes”, pudiéramos estar hablando de un municipio al borde de la ingobernabilidad, en el sentido de que quien hace y deshace al interior de la administración municipal, es la familia del alcalde Christian Romero Pérez.
Es cierto, entre los comentarios arrojados en torno al alcalde y familia, muchos se sujetan a la percepción, a lo que se ve (y lo que se ve, no se juzga) de las autoridades municipales; y otras, pudieran caer en el ámbito de lo subjetivo, pero al final, es lo que opina la gente del trabajo del Ayuntamiento, donde síndica y regidores callan olvidando que se deben a una sociedad, no a las dádivas que puedan recibir por su silencio.
II
Resumiendo la queja que circuló en las redes, se expone que el alcalde Christian Romero así como sus hermanas, tienen al pueblo en ruina y proponen mandar una carta al Presidente Andrés Manuel López Obrador para que haga algo porque en el Congreso local, la única queja interpuesta por el regidor Gonzalo Palacios, nomás no ven que avance. El final del reclamo se dirige no sólo al edil, y a sus hermanas, incluye a su madre, la señora Betzabé Pérez: “Señores, si están en un cargo público, es para servir a la comunidad, no para dejarle en la ruina, mientras ustedes acrecientan un patrimonio monetario, que no es de ustedes ¡y que son recursos del y para el pueblo! Por lo que vemos, sus padres no les enseñaron valores y principios por todo lo que están haciendo! (…) por otra parte, están saqueando lo poco que Tlacotalpan pueda tener”.
II
Los comentarios que llegaron al correo de quien escribe, expresan que el Ayuntamiento de Tlacotalpan está reventado por una nómina de prestanombres y por salarios exorbitantes en donde citan que están directa o indirectamente, tanto las hermanas Angélica y Kenia, como los cuñados Alfonso y José Vargas Cornejo. A los esposos de las Romero Pérez las consideran “unas fichitas”. De Alfonso recuerdan que estuvo involucrado en un fraude en Tamaulipas; a José, cuentan que lo corrieron del gobierno de Hidalgo por querer extorsionar a un proveedor pidiéndole mochada para tramitar el pago del adeudo que se tenía con el proveedor.
Sobre el caso de Tamaulipas, Alfonso Vargas fungió como Gerente Administrativo de la Junta de Aguas y Drenaje de Matamoros, donde la Fiscalía Anticorrupción tamaulipeca abrió la averiguación NUC 46/2017 al detectar un desfalco por más de 500 millones de pesos. Al cuñado de Christian Romero le achacan haber falsificado firmas. El dinero, de acuerdo a información recabada en medios del norte, fue a parar a cuentas de la entonces alcaldesa de Matamoros, Leticia Salazar y su mano derecha Luis Alfredo Biasi, así como para la campaña del padre de la entonces edil, Ramiro Salazar Rodríguez, quien competía por una curul federal.
III
No todo hace enojar a los vecinos de la Perla del Papaloapan. Algo que les causa gracia es la señora Betzabé Pérez, madre del alcalde, quien se ostenta como Doctora pero todo mundo sabe que la señora estudiaba Pedagogía en Tlacotalpan y que la leyenda cuenta que “compró” una plaza en una comunidad… así que si es Doctora, será de Ciencias Ocultas aunque… bueno, a lo mejor el “Doctorado” lo logró por atender y cuidar en determinada etapa de su hija Kenia, cuando estuvo de “residente” en una clínica de Puebla.
Por cierto, Kenia está encargada de la realización del Carnaval de este municipio… pero no es Nepotismo, no… bueno, eso es lo que dicen los Romero.
Como tampoco es el que la prima del alcalde, Karla Márquez, quien es de Alvarado, esté trabajando en la Tesorería. Acá no se incurriría en Nepotismo, sino en “Bi-Nepotismo” porque cuentan que en el Ayuntamiento de Tlacotalpan, Karla encontró el amor, por lo tanto, el empleado ya es familiar también del alcalde Christian Romero.
IV
Lo que sí no le pueden negar al alcalde Christian Romero es su gusto por las motos. Compró una Ducati mientras que para su novia Eréndira Salgado Carreón, sindica de Isla, una BMW. Sí, tiene novia… y es que ya decían que se parecía al Gobernador… por andar de soltero. A Michel, su hermano, trae otra moto, que junto con las otras dos, si son nuevas, alcanzan un precio cercano a los 3 millones de pesos. Aunque si fueron de uso, en una ganga, a lo mejor por menos de un millón las compra. Como sea, es evidente que en esta etapa como administrador de los recursos del pueblo de Tlacotalpan, le ha ido muy bien, tan bien, que hasta la señora Betzabé compró a finales del 2018, un Suv Nissan Kicks, de lujo, que bien podría alcanzar los 400 mil pesos a ojo de buen cubero. Bueno, tanta es la prosperidad que hasta la particular del alcalde, Yamileth Márquez, se compró un March 2019, en la agencia de Tuxtepec… si lo pagó de contado es que bien le va o tenía su cochinito.
Aunque dicen en la Perla, que Christian Romero se muere de ganas por presumir la nueva camioneta que compró, pero será en su momento, quizás en el Carnaval de Tlacotalpan, cuando la pasee a los ojos de los Tlacotalpeños… menos para la Síndica y regidores, que es claro que mantienen ojos, oídos y boca cerrados.
smcainito@gmail.com
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