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    Felipe de Jesús Fernández Basilio

    Desde A Janela

    Como ya hemos dicho en muchas colaboraciones previas, mientras no haya seguridad jurídica en el estado y en el país entendiéndose ésta en el más amplio sentido es decir mantenimiento del orden público y respeto irrestricto a la ley, no habrá ningún desarrollo de otro tipo, ya que la certeza jurídica es la base de cualquier construcción social.

    En el país se nota a leguas que seguridad jurídica es lo que menos existe al día de hoy; ya que se cancelan obras a capricho, se construyen otras de la misma manera siendo el ejemplo más reciente la famosa y anacrónica refinería que como nadie ofreció construirla en los tiempos que el Virrey López (vive como tal en el fastuoso palacio virreinal) desea, ahora la van a construir entre Pemex y la Secretaría de Energía en supuestamente los tiempos esperados Su Excelencia, vamos a ver como acaba esa aventura.

    Así mismo es manifiesta la incapacidad del gobierno para siquiera disminuir la violencia que un día sí y el otro también aqueja al país y no solo eso, sino que no hay un propósito firme de hacerlo.

    Mas esta vez me quiero detener en la entidad veracruzana, la cual se encuentra aún peor que todo lo antes descrito ya que, si bien es cierto que como parte integrante de la República Mexicana el estado de Veracruz reciente todos y cada uno de los males que aquejan a aquella, también lo es que dicho estado tiene sus propias calamidades y de ellas la mayoría son tan grotescas que, si no fuera porque son reales, darían para hacer un programa de comedia de antología, incluido el equipo de futbol que hizo cero puntos en la temporada, ¡nunca había visto algo así!

    Mas no es una comedia lo que se vive en Veracruz, sino que por el contrario lo que en el estado se vive es una verdadera tragedia en la que no existe ningún tipo de seguridad jurídica; ya que constantemente hay muertos a diario en todo el estado, sin existir alguna política seria de contención al crimen tanto organizado como común por parte del gobierno estatal y eso es algo que legalmente les compete por completo al obsesionado gobernador y su aparato de seguridad pública.

    Sin embargo, el obsesionado inquilino de palacio de gobierno vive en un mundo demencial, ya que ha dedicado casi todo el tiempo que lleva ocupando el cargo en ver la manera de destituir al fiscal general del estado, supongo piadosamente que se acuesta y se levanta pensando en él, ya que no hay otra explicación para ese comportamiento más el que lo ve hasta en la sopa.

    Hace poco hasta en medios nacionales fue nota que el gobernador veracruzano dio una conferencia de prensa de poco más de una hora y en ese tiempo se refirió 33 veces al fiscal, es decir el fiscal fue el protagonista de su discurso y eso además es cosa de todos los días, ya que no hay evento público o programa noticioso en el que el ejecutivo local participa en el que no esté presente el titular de la fiscalía del estado.

    A ese comportamiento solamente se le puede tildar de obsesivo, ya que según el gobernador el fiscal es el culpable de todos los males que sufre el estado, cuando es bien sabido que no es así, ya que la gran mayoría de esos males vienen de áreas ajenas a la fiscalía.

    Mientras en lo que sí corresponde al área que ésta abarca, investigación y persecución de delitos y presuntos delincuentes, es necesario precisar que el inicio de la investigación, así como la prevención por ley corresponden corresponden al ejecutivo y no a la fiscalía y ésta que también tiene sus grandes rezagos por estar mal diseñada, tiene que litigar y sustentar sus casos ante los jueces, algo en lo que también falla y falla mucho.

    Sin embargo, tiene que quedarle claro al gobernador que ni modo, con ese fiscal le toca trabajar, ya que se trata de un órgano constitucionalmente autónomo y que por azares del destino ahora en verdad es autónomo y si en verdad en la llamada cuarta transformación son tan demócratas como dicen, este es el momento de respetar tanto a las leyes como a las instituciones creadas por éstas.

    Así mismo, lo cierto es que la culpa de la penosa situación de la inseguridad es de todos los entes gubernamentales y así mismo todos ellos tienen que trabajar en conjunto para sacar adelante al estado y crear esa seguridad jurídica que supongo que todos anhelan.

    Pero al momento, lo cierto es que el gobierno del estado sigue con su sainete obsesivo y al mismo tiempo en la dura realidad el crimen campea triunfalmente por la entidad; y mientras tanto el Estado se encuentra igual que el equipo de futbol, es decir con cero puntos en la lucha contra la inseguridad.

     

    felfebas@gmail.com

    Twitter: @FelipeFBasilio

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