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    Felipe de Jesús Fernández Basilio 

    Desde a Janela

    Desde que comenzó la actual administración cada día sabemos de un nuevo recorte presupuestal, el cuan llevan a cabo diciendo que se acabaron la corrupción y el dispendio.

    Y así tenemos que cancelaron por cara la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México y la sustituyeron por la construcción de un sistema aeroportuario, con cerro incluido, que va costar por lo menos lo mismo.

    Así mismo han hecho recortes de personal en prácticamente todas las dependencias de gobierno, llegando a afectar su desempeño, ya que la consigna es eliminar a todos los empleados de confianza en lugar y respetar a los sindicalizados, cuando de acuerdo a la lógica los sindicalizados son mayores en cantidad y por supuesto, mucho más prescindibles.

    También han bajado los sueldos de los directivos del sector público, haciendo menos atractivo el trabajo para el Estado con el pretexto de que había mucho dispendio al pagar sueldos altos y que eran desproporcionados en relación a lo que paga la iniciativa privada, lo cual es un tanto subjetivo ya que los pagos en el sector privado van de acuerdo al nivel de responsabilidad y/o a la productividad.

    Tampoco se puede pasar por alto la acometida que hicieron en contra de las organizaciones sociales al extinguir los recursos públicos destinados para las actividades en las que se desempeñan y que por regla son de interés público, tal y como acontece con las que se dedican a atender la violencia familiar, a proporcionar servicios de estancias infantiles, a tratar a minusválidos o a enfermos crónicos o a combatir las adicciones, entre muchas que se han visto afectadas al dejarlas sin recursos y todo con el argumento de que el Estado lo puede hacer por sí mismo repartiendo dádivas a quienes consideren aptos para recibirlas.

    Mas ahora la situación se vuelve mucho más seria, ya que en su afán de “ahorrar” dinero están afectando la operación de todo el sistema público de salud y así nos enteramos que aparte de la ya sabida extinción del Seguro Popular, el cual era uno de los mayores éxitos para acercar la cobertura de salud a quienes no son derechohabientes del IMSS o del ISSSTE y que al desaparecerlo vuelve a quedar desprotegida una gran parte de la población del país, ahora no hay institución de salud que pueda operar al menos en la normalidad ya que a todas se les han recortado los recursos.

    Y así vemos como el Instituto Mexicano del Seguro Social no solo se queda sin director, sino que éste se va denunciando la falta de recursos para que opere la institución que estaba en cargo, ya que Hacienda les ha recortado el presupuesto y aquí lo curioso es que con qué autoridad esta dependencia recorta recursos al instituto si se supone que éste último se financia con las cuotas aportadas por los patrones y los trabajadores.

    Mas la cosa no termina ahí, ya que otras instituciones sanitarias se quejan exactamente de lo mismo y así tenemos que los institutos nacionales de alta especialidad como lo son los de pediatría, de geriatría, de cancerología acusan que no van a tener ni dinero ni personal para atender a sus pacientes ni mucho menos para llevar a cabo curaciones mayores en su especialidad e incluso algunos se quejan de que ni para pagar el agua o la luz van a tener en el segundo semestre del año.

    Situación que es muy grave ya que, si un gobierno es dispendioso y gastador es malo, pero sí no gasta en lo que es su razón de ser lo es todavía peor, ya que la salud junto con la seguridad y la educación son las principales razones para la existencia del Estado y al no atenderlas como no lo han hecho hasta este momento, simple y sencillamente están fracasando como gobernantes.

    Y lo peor de todo es que dinero sí hay, ya que a saber los impuestos en lo general no han bajado ni tampoco lo han hecho los derechos que se pagan por la prestación de un servicio público por lo que el gobierno de entrada recauda lo mismo que recaudaban anteriores administraciones; aunado a todo el dinero que “se ha ahorrado” en pago de sueldos, prestaciones, en los mencionados recortes presupuestales y cancelaciones de obras ostentosas y hasta lo que se recauda en las famosas ventas de garaje de activos del Estado que se hacen a cada rato y ahora para tal efecto crearon el ridículamente llamado “Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado”, lo cual no es más que la versión populista del SAE y que ni va devolver al pueblo nada, ya que en general como ya se dijo venden activos del Estado y en ningún momento exhiben una sentencia ejecutoriada en que se declare que son cosas robadas al pueblo.

    Pero lo cierto es que dinero hay y mucho, ya que como se dijo líneas arriba esta administración de entrada recauda lo mismo que las anteriores y con todo lo que han recortado y vendido, en teoría debería de haber más dinero para cumplir con los fines esenciales del Estado, pero al no hacerlo como lo estamos viendo, queda en el aíre la pregunta con la que se titula esta columna: ¿A dónde va el dinero?

    felfebas@gmail.com

    Twitter: @FelipeFBasilio

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