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    Brenda Caballero

    Números Rojos

    Acompañé a mi madre a su consulta mensual al IMSS para que le dieran sus medicamentos de rutina. La cara de la doctora mostró preocupación y su cara cambió. “Lo siento –le dijo– ya no le puedo recetar ácido risedrónico”. Para ello, tiene que volver a practicarse el estudio de densitometría ósea (de manera particular) porque no le dio orden para que lo hiciera el IMSS. Después, agendar consulta con el médico general para que la envíe a endocrinología; posteriormente, pasar para la respectiva autorización en el área de medicina interna, y luego sacar cita con el médico general para que puedan volver a recetar ácido risedrónico. En pocas palabras, una serie de pasos que parecieran más obstáculos para seguir proporcionando el medicamento. El precio del medicamento parece concordar con la austeridad de la 4T. Pero ¿es posible ahorrar en la salud de los mexicanos?

    Antes, hablar del IMSS, era la larga espera para recibir atención médica. Si bien nos iba, nos surtían el medicamento recetado y nos canalizaban con un especialista, aunque generalmente teníamos que regresar por las medicinas o esperar meses para que la anhelada cita con el especialista, por fin llegara, pero bueno… de un modo u otro, llegaba.

    Los que hemos asistido al IMSS, sabemos el calvario que representa ir y de paso perder todo el día para ser atendidos. Por eso, cuando el Presidente Andrés Manuel López Obrador declaró que en 3 años los mexicanos tendríamos un sistema de salud como el de Suecia o Canadá, nuestra esperanza creció y nuestra mente voló tan solo de imaginarlo.

    Sin embargo, sería la carta de renuncia del director del IMSS, Germán Martínez, la que llevara al Seguro Social a urgencias, pues antes de dejarlo, hizo señalamientos muy fuertes, principalmente a los funcionarios de Hacienda, acusándolos de querer controlar el gasto y hacer recortes al presupuesto de Salud, lo que obstaculizaría definitivamente la tarea del IMSS: brindar salud a los mexicanos. En pocas palabras: con tremendas declaraciones ¡dejó al IMSS en Terapia Intensiva!

    Tuvo que venir “el especialista” desde Palacio Nacional a tranquilizar al enfermo que había desahuciado Germán… le cambió el diagnóstico y por supuesto: al doctor, llegando así Zoé Robledo a la titularidad del IMSS, un hombre de todas las confianzas del presidente y que más de una vez ha sacrificado sus aspiraciones por AMLO.

    Pero, ¿debemos preocuparnos por el diagnóstico de Germán Martínez al IMSS?

    Aunque la renuncia de Martínez tuvo muchas lecturas políticas que van desde el debilitamiento del gobierno del presidente por ser el primer titular de peso que le renuncia, hasta el entredicho de que no aguantó la austeridad de la cuarta transformación, creo que tanto usted como a mí, más que lo político, debe importarnos que el sistema de salud mejore, que existan medicamentos en los hospitales, que la atención sea oportuna y de calidad… ésa es la verdadera transformación que esperamos los mexicanos.

    Sin embargo, parece que el sistema de salud está colapsando por tanto ahorro, así lo demuestran  las quejas y denuncias de los empleados de la Salud que son los que viven día a día las carencias que repercuten en los pacientes, que acuden por sus tratamientos de cáncer, VIH Sida, entre otros, y nomás no hay.

    Ya Zoé empezó las reuniones con los de Hacienda para evitar recortes y eso ha dado tantita respiración al IMSS; sin embargo, es necesaria una intervención inmediata para sacar al paciente de terapia intensiva.

     

    caballero_brenda@hotmail.com

    @NumerosRojos_BC

     

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