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    Salvador Muñoz

    Los Políticos

    A quienes gustan de hacer leyes, yo tengo tres propuestas que me gustaría que fueran consideradas:

    La primera: Cuántas veces no hemos oído o visto el actuar de los inspectores de Comercio de los ayuntamientos contra la venta informal. Hablo de que si un vendedor no cuenta con el permiso de las autoridades municipales, llega el cumplido inspector y si bien le va al comerciante, le recogen el producto; pero si no, es botado al suelo. En lo particular, en el primer caso, yo lo veo como robo. Y sí, es posible que el vendedor acuda a tesorería a pagar su “derecho de piso” y le devuelvan la mercancía (sepa si toda), pero en el segundo caso, es pérdida parcial o total. ¿Por qué entonces, no evitar al máximo la violencia a una persona que busca de un modo honesto llevar unos centavos a su casa, y conminarlo a que pague su impuesto? Debe de haber modos en los que quede fuera la violencia verbal como física contra un ciudadano por parte de “autoridades municipales”. ¡Ojo! porque a como van las cosas, más ciudadanos se están viendo obligados a buscar “otras entradas” con la venta de comida en diferentes modalidades que van desde antojitos, frutas, bolis, hasta pasar a la venta de bisutería y productos de catálogo. Usted me puede decir que eso no es nada nuevo y estoy de acuerdo, pues este comercio se da en oficinas, dependencias, tanto federales como estatales así como privadas, y ojo, no por gente externa a ellas, que también la hay, sino por los mismos empleados. El asunto es que a como van las cosas, se obliga a que haya expendio ambulante que de tortas, que de memelas, que de enchiladas, que de tamales, que de gelatinas… es seguro que usted le haga el gasto a alguien que viene de la calle ofreciendo sus alimentos… mala mezcla la necesidad e impotencia, cuando choca con la arbitrariedad disfrazada de “inspectores de comercio”… hay que prevenir…

    La segunda: Ésta ya la he comentado en otras ocasiones… los diputados “Pluris”.

    Esta figura es la representación del partido que sea en el Congreso local o federal. ¡Vamos! Llega un diputado plurinominal por obra y gracia de su partido, no por el voto ciudadano. Pero qué pasa cuando este diputado decide renunciar a la bancada de su partido y se vuelve “independiente”. ¡Nada! ¡No pasa nada! Bueno sí… el partido que depositó su confianza en ese militante, pierde una voz y un voto. La pregunta es: ¿Por qué no disponer que si un diputado plurinominal deja la bancada, retirarle “la concesión” y dársela al suplente. ¿Y si el suplente chaquetea? ¡Ah! Pues llamar al que quedó inmediato en la lista de “pluris”.

    La tercera: ¿Usted votó por Ricardo Ahued? ¿o por Rocío Nahle? Si es así, lamento decirle que su voto valió cacahuate. Si usted ni siquiera se fijó quiénes eran los candidatos y lo hizo por Morena, olvídelo.

    El ejemplo lo pongo porque es el más reciente, pero casos como éste, hay varios… como el de Fernando Gutiérrez Barrios, que fue llamado a Los Pinos, siendo gobernador de Veracruz; sí, es una forma de “chapulineo”, del que muchos se han quejado y del que ha sido “víctima” de un modo u otro, el elector. Entiendo que hay un suplente pero creo que se debería de especificar que éste entraría cuando el propietario estuviera incapacitado para ejercer el cargo que la voluntad popular le confirió y no cuando salte el propietario a otro cargo del modo que fuera. Y si así se diera, que el propietario se fuera, por ejemplo, a Aduanas, pues que entrara en su lugar el candidato que quedó en el lugar inmediato de la preferencia electoral porque es evidente que no le interesa el cargo popular por el que se votó por él. En este caso del ejemplo citado, sería Copete Zapot…

    Quizás a muchos les parezcan tontas estas ideas, pero ya que hablamos de una transformación, igual se debe de hablar de un respeto al ciudadano y al electorado; al primero, porque las condiciones socioeconómicas no están para que se abuse de la autoridad; al segundo, porque no se puede mandar a la fregada su voluntad, sólo porque uno decidió renunciar a su partido o porque es un honor trabajar al lado de Papá Pejedente… ¿y el voto popular? ¡Bien gracias!

     

    smcainito@gmail.com

     

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