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    Felipe de Jesús Fernández Basilio

    Desde a Janela

    Así es queridos lectores, la historia de Jalapa está cambiando y no se trata de cuartas transformaciones ni de afirmaciones presidenciales al estilo Peña de que México tiene diez mil años de existencia, sino que gracias a la arqueología ahora empezamos a conocer cosas acera del pasado de la ciudad que antes desconocíamos.

    Y esto se debe a que el INAH desde 1989 ha realizado trabajos en el cerro del Macuiltépetl como parte de un proyecto de salvamento arqueológico el cual ha permitido abundar más sobre la cronología ocupacional de Jalapa, ya que desde hace tiempo se creía que la ciudad databa del año 1313 en el periodo postclásico y que el primer asentamiento era de origen totonaca, combinándose después con otros de origen mexica como consecuencia de la expansión y consiguiente ocupación que estos últimos llevaron a cabo en la región.

    Y es que en el cerro se han encontrado muchos hallazgos arqueológicos que datan de un periodo por mucho anterior, esto es de entre los años 400 a.C. y 150 d.C. y aunque hasta el momento no se sabe a ciencia cierta a que cultura pertenecieron, sí se puede establecer que dichos objetos tienen una fuerte influencia olmeca, es decir que corresponden a una cultura anterior a las que hasta hace poco se creía que era la que había fundado los que se creían los cuatro primeros asentamientos, posteriormente llamados barrios, que dieron origen a la ciudad.

    Lo anterior es sostenido por los arqueólogos, ya que los objetos en cuestión fueron ubicados como procedentes de esos años mediante la prueba de radiocarbono, así como porque el estilo escultórico de los mismos es similar al de los olmecas.

    Y si además de lo anterior, tomamos en consideración que aparte de los hallazgos arqueológicos del Macuiltépetl, también se han encontrado en niveles profundos del subsuelo otros objetos del periodo preclásico tardío (alrededor del 400 a.C.) en lo que fue el barrio de Techacapan, cerca de la iglesia de San José, se robustece el cambio en relación a lo conocido respecto del origen de la ciudad.

    Y así con todos estos hallazgos se modifica lo conocido en relación al origen y fundación de la capital veracruzana, quedando superadas las viejas tesis de la fundación en el postclásico y de los cuatro barrios originales, ya que estos últimos ha quedado establecido que datan del siglo XVIII, la época de mayor esplendor económico de la ciudad.

    Lo anterior nos enseña que la historia, al igual que cualquier otra ciencia, cambia constantemente acorde a las investigaciones y descubrimientos que se van realizando y que lo que antes se creía como como una verdad absoluta, deja de serlo, tal y como está sucediendo con el origen de la llamada Ciudad de la Flores y como ha sucedido en tantas partes del mundo.

    Y es que como consecuencia de las investigaciones arqueológicas, vamos descubriendo cosas que modifican los conocimientos previamente adquiridos por otras investigaciones que en su momento fueron reveladoras de un pasado hasta ese momento ignorado y que por lo mismo en su tiempo marcaron un cambio pero la ciencia no se detiene y cada vez se van descubriendo cosas nuevas y seguramente en un futuro esto que se está estableciendo cambiará a la luz de nuevos descubrimientos que se hagan al amparo de otros avances tecnológicos.

    Y así ahora tenemos que la ciudad data en un primer momento de la época olmeca y posteriormente fue poblada por totonacas y por mexicas para finalmente tener el encuentro con los españoles, quienes a la usanza de la época organizaron el asentamiento en barrios, tal como hicieron en casi todo el continente, es decir estamos descubriendo más de mil cien años de historia jalapeña, los cuales hasta ahora permanecían ocultos en el subsuelo de la ciudad.

    Por lo anterior no queda más que expresar nuestro reconocimiento a los arqueólogos que por décadas se han dedicado a estudiar los yacimientos que se encuentran en la zona, ya que gracias a su dedicación ahora podemos conocer más acerca del pasado de la ciudad y así mismo esperamos que no vaya a haber un recorte presupuestal que paralice las investigaciones que se están llevando a cabo, porque si no respetan cosas tan elementales como la salud y la educación, qué podemos esperar de la investigación arqueológica y más en un país que invierte poco en cultura.

    Mas en este momento estamos contentos por todos esos hallazgos y celebramos el que se esté reescribiendo la historia de Jalapa.

    felfebas@gmail.com

    Twitter: @FelipeFBasilio

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