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    Brenda Caballero

    Números Rojos

    Antes de llegar a casa, veo pasar un Sentra con los cristales polarizados y aun así, alcanzo a distinguir a un joven que no rebasa los 20 años de edad al volante; a un costado, dos adolescentes sentadas en el asiento del copiloto. En el asiento trasero apenas se ven las siluetas ¡de 5 jóvenes! Lo primero que viene a mi mente es pensar que es viernes. Sin embargo, puede ser un juicio a priori y la causa de su hacinamiento en el carro sea alguna otra causa. Creo que el accidente de hoy en la capital veracruzana, donde murió una mujer que protegió a su hijo al abrirse la puerta trasera del vehículo en el que viajaban, me dejó impactada.

    ¿Cómo pudo suceder tal tragedia? Todo parece indicar que el niño de 5 años abrió la puerta, se salió y su madre tras él para poder rescatarlo. El niño sobrevivió, no así su madre quien se llevó golpes múltiples en la cabeza y cuerpo. Esta tragedia se reduce a la omisión de ponerse el cinturón de seguridad, además de no poner a la puerta el seguro contra niños, pues de haber cumplido estos mínimos requisitos, ninguno de los dos hubiese salido del vehículo en movimiento.

    De inmediato recuerdo que los jóvenes tampoco llevaban cinturón de seguridad. ¡Es más! Ya ni escucho campaña sobre el cinturón de seguridad y que su uso salva vidas.

    ¡Ah! Pero eso sí, las infracciones a los conductores han aumentado por vueltas indebidas, estacionarse en lugares prohibidos, cambios de carriles, etcétera.

    Si bien el uso del cinturón es responsabilidad de cada conductor y pasajero, valdría la pena que las autoridades viales mejor multaran por salvarnos la vida que por el arrastre de una grúa.

    II

    Punto aparte merece la mención de nuestro transporte público, que en lugar de ir para adelante va de reversa. Ojalá las autoridades de Tránsito y Transporte hicieran algo al respecto ya que se han reportado unidades de taxi que están cometiendo robos en casa habitación. Lo peor de todo es que son unidades que muestran colores y numeración oficial, pero que circulan con placas anteriores o sin ellas. Incluso algunos traen placas dadas de baja desde hace años que utilizan para cometer sus fechorías. ¡Y pensar que uno se puede subir a esas unidades!

    Urge también revisar a los conductores de los autobuses y que éstos moderen su velocidad, pues aparte de que muchos de ellos conducen sin cinturón de seguridad, se sienten intocables y sin que nadie pueda detenerlos.

    Entiendo que este gobierno no quiera saber nada del reordenamiento vehicular “políticamente hablando”, por ser herencia de un gobierno panista, pero urge que se tomen medidas para evitar accidentes y ofrecer mayor seguridad.

     

    caballero_brenda@hotmail.com

    @NumerosRojos_BC

     

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