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    Salvador Muñoz

    Los Políticos

    Dos paradojas con las que me encuentro por lo regular, al llegar al cajero, cada vez que vamos a hacer la despensa:

    La primera: La juventud de los cajeros contrasta con la de los “cerillos”… personas que fácilmente rebasan los 60 años de edad.

    La segunda: Estos “cerillos” ganan propinas por empacar o embolsar nuestra despensa… la generosidad de los clientes, es variada… ahora sí, cada quien da lo que considera… o tiene de cambio…

    Encontrar a nuestra tercera edad haciendo “estos trabajos” es comprensible: su utilidad laboral ya no es contemplada en ninguna empresa, pero no porque rebasen los 60 años… en estos tiempos, si rebasas los 40, o me arriesgo a poner que quizás hasta los 30, empiezas a sufrir una especie de “discriminación laboral”. Baste ver los anuncios de empleo y la edad promedio que piden… ¿25 años?

    II

    Al abrir una conocida tienda donde te venden todo para armar tu casa, llamó mi atención que los “asesores” tuvieran una altura promedio del 1.70 y tanto varones como mujeres, además de tez clara, ¡fueran guapos! ¡Ah! Y jóvenes.

    Recordé aquella ocasión en mis años juveniles que fui a pedir empleo a un negocio de hamburguesas donde solicitaban chavos… no fui aceptado, pero por azares del destino, al poco tiempo regresé ¡pero como cliente! y me encontré con una situación similar a la de la tienda del párrafo anterior, salvo por la altura… me quedé con la duda: era joven, estaba (estoy) guapo, ¿pero fue por mi piel morena (sin tinte partidista) la que me dejó sin chance laboral?

    III

    Recuerdo esto porque hace unos días, el diputado Enrique Cambranis Torres, presentó una iniciativa que prohíbe la discriminación en la contratación de cualquier persona en razón de edad, origen étnico, sexo, discapacidades, doctrina política, condición social, religión, estado civil, gravidez o cualquier otra que atente contra los derechos laborales fundamentales en las relaciones de trabajo.

    Cambranis Torres citó que la discriminación laboral afecta a todos, pues las empresas piden para la contratación, experiencia que los jóvenes no siempre pueden comprobar, y cierta edad que en ocasiones, se excede y a pesar de tener experiencia, la gente no es contratada.

    Para muchos, pudiera parecer una trivialidad… para muchos más, el reflejo diario de chocar con puertas porque traen “piercings” en la nariz, en la lengua, en la boca… porque traes tatuajes y son visibles, muy visibles… porque vistes y te maquillas de un modo… porque “pareces indio”, “porque eres Down o eres Autista, o tienes Asperger”… “porque eres de la Luz del Mundo”…. “eres madre soltera”… “estás gordo”… “estás grande”…

    Me pareció raro que ninguna bancada, como Morena, PRI-PVEM, PRD-MC, o ni la del mismo Enrique Cambranis, hiciera eco a esta propuesta más cuando todos los días, hay gente que al pararse frente a su entrevistador buscando una oportunidad de empleo, antes que escuchen su experiencia en el ramo, vean sus palmarés, es escaneado de arriba para abajo rematando con el famoso “nosotros le llamamos” que nunca llega a sonar en el celular…

    Y tú, ¿has percibido discriminación laboral alguna vez que buscaste empleo?

     

    smcainito@gmail.com

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