Invaden Catrinas y Catrines el centro de Xalapa

Cecilia Muñoz

Con sus mejores galas y ofrendas en la mano, los alumnos del Colegio Teresita, ubicado en pleno centro de Xalapa, protagonizaron un desfile de catrinas y catrines que desembocó en el parque Juárez, donde la ya tradicional Muestra de Altares del municipio esperaba su participación.

Desde temprana hora, los jóvenes de secundaria y bachillerato de la institución se dieron a la tarea de preparar su intervención en la Muestra de Altares, a la que acudirían caracterizados de bellas catrinas y elegantes catrines.

Tras varias jornadas de escritura de calaveritas, en el marco de la celebración de Día de Muertos y de Todos los Santos, y creación de catrinas, ahora les tocaba a ellos ponerse en los huesos del popular personaje mexicano, creado hace un siglo por el grabadista José Guadalupe Posada.

A las 11:00 horas, los transeúntes de la calle Revolución –incluidos los trabajadores ocupados en la remodelación de dicha vía– observaron asombrados salir a los alumnos, que lucían los trajes característicos de la época: ellos, sobrios y galantes; ellas, engalanadas con vestidos que recordaban a las antiguas damas de principios del siglo XX o bien, con los típicos de nuestro estado.

En las manos de los jóvenes, las ofrendas eran llevadas con toda la pompa posible: naranjas, limones, chocolate, pan, dulces típicos y hasta juguetes tradicionales, todos con un sentido específico que quedaría descubierto más adelante.

Dos catrinas y un catrín que enarbolaban el banderín de la institución encabezaron el pequeño, pero orgulloso desfile.

Tras estas figuras, dos de sus compañeros llevaban el retrato de Santa Teresita de Lisieux, patrona de la institución, y un copal que ambientaba la caminata, la cual logró abrirse paso hasta el mirador de parque Juárez atrayendo las miradas de todos los presentes que no dudaron en sacar sus teléfonos para capturar la singular llegada y, más tarde, para tomarse una cuantas “selfies” con sus catrinas favoritas.

TRADICIÓN, ARTE Y CULTURA

Para los alumnos del colegio, este desfile fue una actividad que los sacó de su zona de confort y que les brindó la oportunidad de ser los protagonistas de una celebración tan arraigada en nuestra comunidad, así como valorarla.

De acuerdo con Ana Fernanda, alumna de nivel secundaria, su participación en este evento es de suma importancia: “Nos dan esa cultura o costumbre de seguir haciéndolo, e impedir que se pierda esta tradición”. Para su compañero Isaí, se trató de una actividad “emblemática, que nos aporta cultura. Es bueno que la escuela trate de rescatar estas tradiciones”.

RECUERDAN A SUS MASCOTAS

Ataviadas con sendos vestidos oscuros, sombrero y velo negro, con los rostros primorosamente maquillados como catrinas, Ana y Vania, de V semestre, no sólo destacaban por la suntuosidad de sus trajes, sino por sus acompañantes: las efigies de dos caninos.

“Yo lo hago en representación de mi mascota, que murió hace unos años y era un perrito”, explicó Ana Paola. “El 2 de noviembre se pone ofrenda para las mascotas y yo lo traigo, acompañándome”.

Vania, con la figurilla en brazos, abundó: “Me inspiró porque algunos tenemos nuestras mascotas que se murieron y con esto nos inspiramos a recordarlas, y a recordar a las mascotas de todas las personas”

EDUCACIÓN EN VALORES, EDUCACIÓN INTEGRAL

La madre Cecilia García Grijalbo, vicaria general de las misioneras de Santa Teresita de Lisieux y encargada de los colegios de la congregación, explicó en breve entrevista que la participación del colegio en la Muestra de Altares y la organización del desfile se debió a la necesidad de conservar en los jóvenes diversos valores y tradiciones.

“Son altares principalmente de vida, que traen consigo la convivencia con los seres que ya se nos adelantaron y que en este tiempo los recordamos, pero de una manera festiva, de una manera tan hermosa que los sentimos presentes. Esta tradición la queremos fomentar en los chicos para que ellos la sigan, la valoren, la quieran, continúen con ella más adelante”.

Hay que resaltar que dentro de la institución no hay solo uno, sino dos altares: uno que está en la entrada, a la vista de todo aquel que desee visitarlo, y uno al interior, en uno de los salones, pues los alumnos por iniciativa propia decidieron honrar la tradición en su lugar de estudio.

La madre Cecilia García aprovechó para recordar que en estos tiempos de crisis, una instrucción católica puede ofrecer mucho en la formación de las nuevas juventudes, al ser una educación que no sólo se preocupa por lo académico, pues aspira a ser integral.

“En esta realidad que estamos viviendo, esta falta de valores que se percibe de una manera muy fuerte, la escuela católica, como la nuestra, es una de las mejores opciones, pues les ofrecemos una educación integral: de mente, de espíritu, de corazón; donde esa parte espiritual, que es tan importante y que el día de mañana es el motor para que el joven busque lo mejor para él y para su familia, sólo la van a obtener en una escuela católica.

OFRENDAN DANZA A LOS DIFUNTOS

Tras la inauguración de los altares en el mirador del parque Juárez, donde se dieron cita muestras de diversas zonas del estado, las alumnas del club de danza de secundaria y bachillerato cautivaron a los presentes con una representación de la danza del xantolo, un vocablo proveniente del castellano “xanto” (deformación náhuatl de “santo”) y del náhuatl “olo” (“abundancia”), y que significa “todos los santos”.

El xantolo es una de las fiestas más importantes de la región huasteca y tiene como epicentro el municipio de Tempoal, Veracruz. El baile es uno de sus eventos más destacados, pues las danzantes cautivan con su maestría a propios y extraños. En el caso de las alumnas del colegio, se resaltó que practicaron durante largo tiempo para ofrecer un espectáculo que maravilló a todos los asistentes, quienes al igual que cuando vieron llegar el desfile del colegio, no pudieron evitar sacar el teléfono y capturar el momento.