El drama del Informe

Sergio González Levet

Sin Tacto

Personajes: 1. Gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez. 2. Secretario de Gobierno, Eric P. Cisneros. 3. Jefa de la Oficina del Programa de Gobierno, Waltraud Martínez Olvera. 4. Coordinador de Comunicación Social, Iván Luna Landa. 5. Asesor A. 6. Asesora B. 7. Asesor C.

Escenario: oficina en el Palacio de Gobierno habilitada como sala de juntas. Tiene una mesa redonda con ocho sillones (todos del mismo estilo y color, aunque uno de ellos es más grande), cortinas gruesas que velan las ventanas y ahuyentan el ruido de la calle. Preside la pared del fondo una fotografía del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. En la mesa hay dos jarras con agua y vasos (las botellas de plástico están prohibidas en las reuniones gubernamentales, por eso de la ecología), y algunas tazas de café.

La escena comienza con todos los personajes, a excepción del Gobernador, sentados alrededor de la mesa, que platican animadamente. La charla -o las charlas- se nutre de temas insulsos, como el estado del tiempo atmosférico y algunos resultados deportivos, hasta que

ENTRA EL GOBERNADOR

Todos se levantan, saludan más o menos afectuosamente a su jefe, que se sienta en el sillón más grande. Los demás se acomodan también alrededor de la mesa. Se hace un silencio hasta que toma la palabra el Secretario de Gobierno.

ERIC CISNEROS: “Señor Gobernador, la doctora Waltraud ya tiene prácticamente listo el documento que se entregará a la Legislatura. Si gusta, lo podemos revisar para que le dé el visto bueno, se integren los cambios, si los hay, y se imprima en los juegos necesarios para entregarlos al Congreso”.

CUITLÁHUAC: “Gracias, Eric. Me interesa ver si le hicieron las adecuaciones y las adiciones que acordamos en la reunión de ayer. Si hicieron bien el trabajo, será un informe que destacará todos nuestros grandes logros en este año de trabajo y se podrá advertir el gran cambio que hemos encabezado para desterrar la corrupción y que Veracruz se haya colocado como uno de los mejores estados de la República, en cuanto al rescate de sus finanzas y la mejoría en el bienestar de la población. El señor Presidente estará muy contento con estos resultados”.

IVÁN LUNA: “Señor Gobernador, con su permiso. Vamos a hacer varios comunicados para destacar cada una de las acciones más importantes. Y los acompañaremos de fotos de la entrega del documento en la Legislatura. Va a ser un hitazo”.

ASESORA B: “Señor Gobernador, si me permite. No estoy convencida de la estrategia de Comunicación Social. De acuerdo con nuestras consultas, entre la ciudadanía estatal, hay un sentimiento generalizado de repulsión hacia los mensajes triunfalistas…”

IVÁN LUNA (se sulfura y casi grita): “¡Eso no es cierto! El pueblo jarocho adora al Presidente y a nuestro Gobernador, por eso votaron de manera tan masiva el año pasado”.

ASESORA B: “Señor Luna, tenemos información plena y comprobada que hemos levantado en encuestas serias. La gente se está hartando de la falta de resultados”

IVÁN LUNA: “¡No le voy a permitir que diga eso! Cuitláhuac es el mandatario más honesto y bondadoso que ha tenido Veracruz…”

SUBE EL TELÓN

La escena quedó en el primer acto en una acalorada discusión, a gritos casi, entre el Coordinador de Comunicación Social y la Asesora B. Mientras la cortina va subiendo, los espectadores ven que sigue el altercado en el mismo punto en que lo dejamos.

Siguen sentados en la mesa los mismos personajes, y cuando termina de subir el lienzo, el Coordinador aclara su voz desde el murmullo en el que mascullaba cosas inentendibles.

IVÁN LUNA: “Le digo, señora Asesora, que el Gobernador Cuitláhuac es el hombre más bueno y más honrado que hay en Veracruz…”

ASESORA B (interrumpe a Iván): “Nunca he dicho lo contrario. Es más, señor Luna (o tal vez deba decir mejor ‘joven Luna’, para que no se me vaya a enojar), yo no he dicho nada que sea mío, sino que solamente he repetido las palabras que nos arrojaron las encuestas que hemos hecho entre el pueblo veracruzano. No digo que el Gobernador haya hecho algo mal, nunca me atrevería” (VOLTEA HACIA EL PÚBLICO Y BAJA LA VOZ) “porque me quedaría sin empleo ipso facto. Y miren señores, los ciudadanos nos dicen que quieren un informe diferente, sin triunfalismo ni engaños. Recuerden la orden de nuestro Presidente: ‘No mentir, no robar, no traicionar al pueblo’. Así que proponemos que usted señor Gobernador, dé un mensaje sincero, que hable a sus gobernados con el corazón en la mano, la mirada de frente, la cabeza enhiesta”.

CUITLÁHUAC: “¿Y qué les voy a decir? ¿Que no hemos avanzado nada? ¿Que todos los indicadores han seguido a la baja? ¿Que la delincuencia nos tiene agarrados y no hemos podido contra ella? ¿Quieres que me linchen, que me acusen con Andrés Manuel, que me obliguen a dejar el poder?” (VOLTEA LA CABEZA HACIA EL CIELO, Y GRITA) “¡Ni de loco!”

ASESOR A: “Con toda honestidad le digo, Gobernador, que no pasaría nada de eso. Si seguimos con el mismo discurso de los anteriores gobernadores, la gente se va a enojar mucho, los medios nos van a acabar, aunque los boletines de Comunicación Social sean muy bonitos. El pueblo está crispado en todo México, y más en Veracruz por la situación que padecemos”.

ASESORA B: “Decir la verdad honestamente es el único camino viable que nos queda. Si logra que los veracruzanos le crean a usted, cuando menos ganaríamos tiempo para tratar de componer algo las cosas”.

ERIC L. CISNEROS: ¡Ya estuvo bueno! Veo que quieren convencer al Gobernador de que se haga un harakiri, que se suicide políticamente. ¿Cuándo se ha visto un político que sobreviva sin decir mentiras? Si aquí Cuitláhuac reconoce que las cosas se han hecho mal, no la acabaremos con el clamor popular, como lo que está pasando en Ecuador y en Argentina.

ASESOR C: “Es en Bolivia y Chile, señor Secretario…”

ERIC L. CISNEROS: “Bueno, en donde sea… No, señor, usted va a salir a decir que estamos como nunca, que hemos logrado enormes avances, que vamos bien y viene lo mejor (LOS ASESORES RÍEN).

CUITLÁHUAC: “Pues eso es lo que les dije ayer. Así que pásenme el mensaje original, que voy a apantallar con él a mi pueblo bueno este sábado, cuando me reúna con él en el Teatro del Estado.

EL TELÓN BAJA LENTAMENTE.

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