Salvador Muñoz
Los Políticos
He seguido la mayoría de las comparecencias. He escuchado la defensa que cada secretario ha hecho de su labor en un año al frente del despacho asignado. También he oído cómo algunos diputados ponen “bombones” a muchos titulares para que rematen a gol y otros legisladores que se van con todo, a la yugular, contra algunos secretarios. Se ha repetido hasta el cansancio la entrega de datos en un lapso de 48 horas a los vacíos de información y cada quien, ha llevado porra, focas y hasta animadores…
Así, faltando cuatro titulares (Medio Ambiente, Comunicación Social, Contraloría y Protección Civil) a presentarse ante las Comisiones respectivas del Congreso local, puedo asegurar que hasta este momento, ningún secretario había sido tan vapuleado como lo fue Roberto Ramos Alor, secretario de Salud…
Al comentar la comparecencia de algunos secretarios, no implica en quien escribe, la aprobación o lo contrario de su labor, sino simplemente la calificación de su exposición ante los diputados. Es decir, si hubo un “Informe de Mentiras” como dijera Marlon Ramírez Marín, estuvo en cada diputado exhibirlo; si hay veracidad en sus dichos, el mejor reflejo de ello está afuera, en las calles, en el bolsillo de cada veracruzano, en la tranquilidad de nuestra sociedad… Dicho esto, insisto, ¡qué madriza le pusieron a Ramos Alor!
¡Vamos! creo que ni Eric Cisneros fue “maltratado” por la oposición aun con sus bemoles dentro de su labor como secretario de Gobierno.
Y si bien es cierto, la secretaria de Turismo y sus fantasiosas cifras dieron lugar a una fuerte crítica por contados diputados, sin dejar de mencionar los desplantes que tuvo Arbesú Lago a la hora de responder, pudiéramos decir que pasó de panzazo…
¡Imaginen que pensé que iban a destrozar al secretario de Seguridad Pública pero no…! Como sea, aun con sus “femicidios”, la libró aunque la percepción social diga siempre todo lo contrario a las cifras que exponga el funcionario de este ramo.
De las sorpresas, pudiera hablar de dos: El secretario de Finanzas, José Luis Lima Franco, así como el de Sedecop, Enrique Nachón García. Ambos evidenciaron trabajo, es decir, se prepararon para su exposición. En el primero, incluso se habla como “de lo mejorcito” del Gabinete. En el segundo, se le vieron “tablas” y experiencia política.
Zenyazen Escobar fue el mejor ejemplo de lo que no se debe hacer cuando por la mañana que asistió el Gobernador al Congreso, a madrazos llenaron las butacas para la entrega de la medalla Adolfo Ruiz Cortines… y por la tarde, cuando llega a su comparecencia el titular de Educación, se ve grosero el número de acarreados… al Gobernador, ni por la izquierda se le rebasa… al final, las ansias de matador le ganaron al titular de la Pep-SEV (por lo del convenio con la Pepsi). No obstante la arrogancia de Zenyazen para exhibir “músculo político”, no le fue mal.
Mal le fue a Roberto Ramos Alor, quien en lugar de exponer su trabajo como titular de Salud, narraba una telenovela, un dramón rosa, una lacri-historia a tal grado, que tuvo que ser interrumpido por la titular de la Comisión, Andrea Yunes, para que se abocara a datos, ante el aplauso del respetable.
Con dos palabras fue calificado por los diputados del PAN, Bingen Rementería y Omar Miranda: Mediocre e Inepto. Todavía Judith Pineda igual pidió su renuncia.
Es posible que Ramos Alor sea un médico bien intencionado. Es posible que tenga un gran corazón. Es posible que crea en la política que está realizando en función de la salud de los veracruzanos… pero la realidad que le expusieron los diputados pesó más que el cuento rosa que expuso en la intentona de comparecencia… ¿mediocre? ¿inepto? no recuerdo tal juicio tan severo contra un secretario. Y aun cuando faltan cuatro por ser “pasados por las armas”, dudo que alguno de ellos le quite a Ramos Alor la medalla de oro al peor secretario del Gobierno de Cuitláhuac.
smcainito@gmail.com
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