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    Brenda Caballero

    Números Rojos 

    “¡No vayas a prestar dinero en este día!”, eran las palabras del abuelo que me repetía una y otra vez en el Día de los Santos Inocentes. Desde luego que a los doce o trece años no tenía dinero… bueno, sigo sin tenerlo, pero el abuelo lo decía para recordarme este día… era su manera de festejarlo. Después yo lo celebraba haciendo inocente a mi hermana menor… esperaba el 28 de diciembre para que al despertarme, antes que el abuelo la alertara, le pidiera 5 ó 10 pesos y ¡zaz! ¡Inocente palomita que te dejaste engañar, sabiendo que en este día nada se debe prestar! Mi triunfo duraba tan solo unos minutos, ya que mi hermana iba a quejarse con mi madre y me hacían devolver el dinero. “¡No seas abusiva con tu hermana!”, eran las palabras de mi progenitora, a lo que yo respondía con “¡Es el día de los Inocentes! ¡Y todo se vale!”

    Después celebré las noticias de broma por este día. Algunos periódicos traían encabezados geniales y muy originales; otros, simplemente se basaban en las renuncias de los mandatarios a nivel nacional, estatal o municipal, pero en lo particular, me divertía el hecho de la noticia falsa. En aquel tiempo no había fake news, era simplemente una broma y todo el mundo lo sabía y se divertía, bueno, casi todos…

    Lo anterior lo comento porque pareciera que hoy en día, a la gente le molesta el humor; muchos parecen siempre enojados; se toman todo en serio y hasta han dejado de reír.

    La polarización con la que vivimos actualmente hace que todo lo veamos con tintes políticos y hasta nos sentimos ofendidos si se hace algún chiste de algún político, cuando antes la burla, el sarcasmo, la sorna hacia ellos era un triunfo social que se celebraba ¿Qué nos pasó?

    Si bien dicen por allí que el mexicano se burla de todo, hasta de la muerte, muchos no hemos entendido y hasta se llega a las amenazas de muerte por un chiste. ¡Pero qué necesidad! Y tan bonito que es el humor y reír y reír hasta que te duela la panza.

    Seguramente hoy, al leer esta columna usted ya vio o leyó noticias falsas, propias de la tradición de los Santos Inocentes, y es posible que le hayan tomado por sorpresa y hasta las creyó, olvidando la tradición que un día como hoy hay una inocente palomita que se deja engañar.

    Ahora bien… ¿cómo lo tomó usted? ¿Se rió? ¿Se enojó? ¿Le molestó? ¿Refirió que hay problemas más importantes en el país que andar haciendo bromas de mal gusto? ¿O se carcajeó hasta más no poder y compartió el chiste?

    ¡Ah! pero no comparemos las noticias que hoy se generan con fake news, pues la tradición también dice que al final debe firmar la Inocente Palomita. Es decir, se debe aclarar la falsa noticia.

    Se cuenta que el día de los Santos Inocentes tiene un origen trágico para la iglesia católica, pues en aras de eliminar al rey que había nacido en Belén, Herodes ordenó matar a todos los niños menores de dos años que creía amenazaban su reinado. La misma Iglesia durante la Edad Media decidió celebrar el día de los Santos Inocentes ante algunas excentricidades de sus propios integrantes, derivando después en bromas como símbolo de los niños que hicieron inocentes. 

    Ahora bien, a mí me cuesta entender la relación genocidio de niños con bromas, pero recuerdo la tradición del abuelo y trato de ver la vida de manera positiva, no olvidando siempre sonreír ante las adversidades. 

    @NumerosRojos_BC

    caballero_brenda@hotmail.com

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