Destacado

    Jorge Arturo Rodríguez

    Tierra de Babel

    “¿Sabe cuál es mi enfermedad? La utopía. ¿Sabe cuál es la suya? La rutina. La utopía es el porvenir que se esfuerza en nacer. La rutina es el pasado que se obstina en seguir”. (Víctor Hugo).

    En este mundo cruel y despiadado, casi al término del final -¿es pleonasmo o perogrullada?-, por ahí andan diciendo que el fin del mundo se acerca -¿en serio?- empujado, arrojado por la amenaza de la guerra nuclear y la crisis climática y la sin razón humana -¿cuándo la perdimos? El mencionado “Reloj del Apocalipsis”, según informes de expertos del Boletín de Científicos Atómicos, actualizados al 2019, nos encontramos a 100 segundos del abismo; afirman: “Ahora estamos expresando lo cerca que está el mundo de la catástrofe en segundos, no en horas o en minutos. Es lo más cerca que hemos estado del fin. Encaramos ahora una verdadera emergencia, un estado de los asuntos globales realmente inaceptable que ha eliminado cualquier margen de error o retraso”. Nos lleva la que nos trajo… ¿Quién madres nos trajo? O más bien, ¿a dónde carajos vamos? ¿Cómo saldremos de esta mierda que, lo queramos o no, estamos todos inmersos, porque pagan unos cuantos justos por un chingo de pecadores. ¿O al revés? Porque la culpa no la tiene el indio –sin discriminar- si no quien lo hace compadre. En este valle de lágrimas todos somos si ya no hermanos, al menos compadres y comadres… en la lavandería cibernética, donde somos y no somos, donde estamos y no estamos.
    Importa que “lo importante es la totalidad de la evidencia de múltiples conjuntos de datos independientes de que la Tierra se está calentando, que la actividad humana la está impulsando y los impactos se están sintiendo claramente.
    Estos anuncios pueden sonar como un disco rayado, pero lo que se está escuchando es el tambor del Antropoceno”. (G. Schmidt. Nasa’s Goddard Institute for Space Studies. The Guardian, 15-01-20).
    Pero me he desviado tantito; así andamos: atontados. Nos despertamos al amanecer de otra noche más. No es contradicción ni sentido figurado ni metáfora. ¿Por qué la noche cae y no se levanta? Otra vez el desvarío. ¿Síntoma del andar vacío, o ando? Quizás es ya la coronavirus, o el miedo que nos meten pa’ dejarnos inmóviles.
    Lo dijo el quinto nieto de Mahatma Gandhi, el pensador y activista Arun Gandhi: “Hemos encontrado que la forma más fácil de controlar a la gente es a través del miedo y entre más miedo puedas infundir en la gente, más control puedes tener. Hacemos esto con nuestros hijos, cada vez que los amenazamos con castigarlos si no se comportan, les estamos enseñando que la gente debe ser controlada con el miedo. Miedo al castigo, miedo al poder”.
    Luego afirma: “Tenemos que enfocarnos más en la violencia pasiva porque se ha convertido en la gasolina que enciende la violencia física. Si queremos eliminar la violencia física tenemos que cortar ese combustible que viene de cada uno de nosotros, tenemos que ser el cambio”. Y remata: “Mucha gente que se va a dormir con hambre porque no pueden costear la comida y esa es la peor forma de violencia pasiva, donde tenemos toda esa cantidad de comida pero no se la damos a nadie porque es todo sobre hacer dinero”. (elpais.com, 03-12-19).
    Hay que moverse, bailar, no por aquello de que con dinero baila el perro, sino con la alegría que todos llevamos dentro.

    Los días y los temas

    Directo, preciso y claro, el diputado el presidente de la Junta de Coordinación Política de la LXV Legislatura, diputado Juan Javier Gómez Cazarín, el pasado 23 de enero, al asistir al séptimo de los Encuentros por la Igualdad y No Discriminación-Hacia un Código Civil más incluyente, expresó: “Hacer buenas leyes es una responsabilidad enorme. A veces una sola palabra escrita en una ley puede afectar para bien o para mal la vida de muchísimas personas. Por ello, es importante siempre legislar de forma cuidadosa. Es importante darnos el espacio y el tiempo para reflexionar al lado de la sociedad los beneficios de cualquier reforma. Prestar mucha atención a las fuentes reales de las leyes, que son el sentir de la gente, sus opiniones, sus aportaciones… incluso sus advertencias”.
    Agregó: “Celebrar este encuentro es un ejercicio de reconocimiento a lo que la sociedad nos tiene que decir. Es atender a las expresiones de todas y todos, con respeto y tolerancia… con inclusión a las diversidades étnicas…con garantía a las libertades religiosas. Y más, tratándose de un tema tan sensible como el Código Civil”. Ansina es.
    Por cierto, en el Diccionario filosófico, Voltaire escribe sobre “Leyes civiles y eclesiásticas”: “Entre los papeles de un jurisconsulto han sido halladas unas notas que acaso merezcan ser examinadas:
    “Que jamás tenga vigencia ninguna ley eclesiástica que no haya recibido sanción expresa del gobierno. Por este motivo nunca estallaron discordias religiosas en Grecia ni en Roma, discordias que son patrimonio de las naciones bárbaras o que han degenerado en la barbarie.
    “Que únicamente el magistrado pueda permitir o prohibir el trabajo durante los días de fiesta, porque a los sacerdotes no les incumbe prohibir a los hombres que cultiven sus campos.
    “Que todo cuanto concierna al matrimonio dependa exclusivamente del magistrado y los sacerdotes se limiten a la augusta función de bendecirlo.
    “Que el préstamo a interés sea puramente objeto de la ley civil, porque ésta sola preside el comercio.
    “Que todos los eclesiásticos estén sometidos en cualquier caso al gobierno porque son súbditos del Estado.
    “Que jamás se dé el caso vergonzoso y ridículo de pagar a un sacerdote extranjero la primera anualidad de la renta de una tierra que los ciudadanos hayan otorgado a un sacerdote conciudadano.
    “Que ningún sacerdote pueda nunca privar a un ciudadano de la menor prerrogativa bajo pretexto de que es pecador, porque el sacerdote, que también lo es, debe rogar por los pecadores y no juzgarles.
    “Que los magistrados, los trabajadores y los sacerdotes, paguen igualmente las cargas estatales, porque todos pertenecen igualmente al Estado.
    “Que no exista más que un peso, una medida y un derecho consuetudinario.
    “Que los suplicios de los criminales sean útiles. Un hombre ahorcado no sirve para nada; en cambio, un hombre condenado a trabajos públicos es todavía útil a la patria y ofrece una lección viva.
    “Que todas las leyes sean claras, uniformes y precisas; interpretarlas equivale casi siempre a corromperlas.
    “Que nada sea considerado infame, a no ser el vicio.
    “Que los impuestos sean siempre proporcionales.
    “Que la ley jamás esté en contradicción con la costumbre, pues si la costumbre es buena la ley no sirve para nada”.
    Bueno, a pensar y examinar y…

    De cinismo y anexas

    No recuerdo donde leí: “Vivimos en un mundo donde vibra más un teléfono que un corazón, y así nos va”.
    Ahí se ven.

    Hacer Comentario