Miguel Polanco
Contracomunis
Este 30 de Abril, Día del Niño, la sociedad mexicana se vio exhibida de la peor manera.
«Compra la pizza que más te guste y recibe una malteada con uno de tus juegos favoritos”, con ese sencillo enunciado, una pizzería hizo salir a todo México, en plena Fase 3 de la cuarentena por Covid19.
Indignante, sí, para algunos. Raro, no.
Al mexicano promedio es muy común que se le «atrape» en el consumismo cuando se le regala algo. Porque a ese mexicano promedio –sector al que pertenecen la mayoría de los más de 30 millones que votaron el 01 de julio de 2018– les fascina obtener mucho, por poco.
Duele decirlo, pero es la verdad.
Además, según algunos estudios –del que destaca el de United Business Media (UBM); firma especializada en asesoramiento para posicionamiento de marcas– los mexicanos consumimos, nada más y nada menos, que 120 millones de pizzas al año, lo cual se traduce en 582 (jugosos) millones de dólares anuales.
Es decir: la mesa estaba puesta para el «conveniente» desorden.
Súmele a lo anterior que en nuestro país, el Gobierno Federal ha optado por no endurecer las medidas de prevención para la propagación de la «enfermedad de moda», con tal de no causar una indignación que pueda poner en riesgo su votación de 2021.
Esto ha provocado que, incluso la Organización Mundial de la Salud y otros organismos, califiquen a nuestro país, junto con Nicaragua, las naciones latinoamericanas que, derivado de la ausencia de medidas verdaderamente restrictivas, se les considere «desobedientes» en el tratamiento de la pandemia.
Pero ¿y los negocios? ¿por qué se aprovechan de esto?
Es de todos sabido que Little Caesars es una marca que innovó y puso a temblar a las grandes y arraigadas cadenas pizzeras, debido a su cambio en el sistema de preparación/refrigeración y tiempo de entrega.
Y ayer, para el Día del Niño, esta cadena de fast food volvió a dar un golpe mercadológico arriesgado, pero certero: aprovechando la irresponsabilidad exhibida por el mexicano promedio ante la pandemia que azota al mundo, así como de su condición de «comercio de actividad esencial»; lanza una muy mediocre promoción por el Día del Niño, haciendo que sus sucursales se vieran abarrotadas.
Y así fue como todas esas personas prefirieron arriesgar su salud, la de sus seres queridos y sociedad en general… por una malteada gratis y un juego de cartón, mientras el comercio en cuestión, logró que todo mundo hablara de ellos (apelando también a ese recurso infalible de la poca memoria de los mexicanos, lo cual facilitará que, una vez superada la pandemia, nadie se acuerde del hecho, pero sí de la marca).
Somos muy predecibles como mercado y los negocios nos conocen bien, definitivamente.
Total que, de todo lo que pasó este 30 de Abril con Little Caesars, podríamos señalar varios culpables. Sin embargo, la realidad es que la falta de medidas estrictas para garantizar el confinamiento en México, ha propiciado que los mexicanos se relajen y, como popularmente se dice, «muestren el cobre» proveniente de la escasa o nula cultura de la prevención que tenemos.
Y es aquí donde se pone serio el asunto: recientemente, las autoridades de Salud en México han proyectado que el pico mayor de contagios por Covid se estaría dando en el rango del 06 al 10 de Mayo.
Por ello, lo sucedido este Día del Niño, debería ser una «primera llamada» de lo que podríamos encontrarnos y provocar en otra fecha también importante que viene: el Día de las Madres, justo en el pico de contagio comunitario.
Y es que, una cosa es segura: los comercios como Little Caesars, no van a parar y las autoridades no van a actuar.
Ojo con este horizonte.
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