Miguel Polanco
Contracomunis
El 25 de marzo de 1911; 146 mujeres trabajadoras fallecieron en un incendio dentro de la fábrica Triangle Shirtwaist de Nueva York. La mayoría de ellas, inmigrantes.
Aquel hecho marcó la historia del feminismo moderno. Fue un detonante que enfatizó el movimiento iniciado en 1857 para exigir igualdad de condiciones y justicia social para la mujer.
Hoy, en pleno 2020, más de 100 años después; mujeres de la Cooperativa “Exótica Textiles de Macuspana”, se levantan en “resistencia civil” debido a los abusos de CFE contra ellas.
Acusan que la empresa encabezada por el vendedor de ventiladores número uno de México, Manuel Bartlett, las hostiga y desmantela instalaciones en su centro de trabajo.
También denunciaron opacidad y olvido sobre la represión de la que fueron víctimas en 2015 y aseguran que han enviado toda clase de comunicación al presidente López para poder encontrar soluciones a sus problemáticas… pero no han tenido respuesta de éste.
Y sí: aquellas mujeres son de Macuspana. La tierra del otrora luchador social y hoy convertido en un mecenas de los necesitados (ahora viviendo en un Palacio) de nombre Andrés Manuel.
Lo más grave: la resistencia que hoy redoblan estas mujeres contra CFE ¡fue iniciada por el propio Obrador en sus épocas de fulgura social!
Pero, no obstante la similitud entre este caso radicado en Tabasco con uno de los pasajes más cruentos asociados con el origen del feminismo contemporáneo; la radicalización actual de este movimiento ha dado muy poca importancia a lo que viven estas mujeres tabasqueñas, con un asunto que sigue vigente en épocas de supuesto “cambio” con la Cuarta Transformación.
“Si se vuelve a parar una cuadrilla de CFE, va a correr sangre”, sentenciaron estas mujeres, al tiempo en que el país se queja por los altos cobros de la empresa proveedora de electricidad, sin que el presidente ni el propio Bartlett hagan algo al respecto.
Se suma a todo esto el falso socialismo de don Manuel, también señalado como responsable del “error del 88”, quien ningunea a las energías limpias y renovables, “porque son negocios que solo benefician a unos cuantos”, alejando así a México de la vanguardia en generación de energías benéficas para el medio ambiente.
Estos temas nos están dando oportunidades únicas para exigir lo justo en varios aspectos; el de género y los cobros de luz, por ejemplo.
Pero extrañamente, nada pasa. El terrorismo covidiano nos tiene atrapados.
Bartlett ahí sigue, las mujeres tabasqueñas fueron noticia de solo un día y CFE sigue haciendo lo que se le pega la gana, mientras -aparte- la clase media sigue agonizando con la parálisis económica derivada de la contingencia por el mismo Covid.
Del aumento de la violencia doméstica ya ni hablamos. Toda es “falsa”, dice el titular de las “mañaneras”,
Entonces es cuando entiendo aquello del “anillo al dedo”.
Andamos muy entretenidos (o mejor dicho, distraídos) con la “guapura” de Gatell y sus aterrorizantes números diarios, creo.
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