Dorheny García Cayetano
El éxito que tuvo el Movimiento de Regeneración Nacional en Veracruz en 2018 se remonta a una historia de años de lucha, pero también de aprendizaje. ¿Cómo conseguimos la hazaña de ganar el gobierno del Estado de Veracruz con la gigantesca operación electoral del entonces gobernador y cuestionado personaje Miguel Ángel Yunes en nuestra contra?
Nos situamos en Xalapa, y no es por echarle flores a mi ciudad, pero tiene una vocación progresista eterna, de vanguardia, un pueblo altamente informado y exigente con sus gobernantes.
Fue en la lucha contra el desafuero de Andrés Manuel López Obrador, en 2005, cuando la gran mayoría de las juventudes que hoy en día ocupamos espacios de representación popular, en el gobierno o responsabilidades partidarias coincidimos, identificándonos con una lucha que implicaba en términos reales alcanzar, de manera pacífica, la verdadera transición hacia la democracia.
Así fue que conocimos y nos sentimos apelados por la historia de lucha del dirigente tabasqueño, quien brindaba una nueva esperanza de conseguir justicia para los más desprotegidos.
Personalmente, participé en la defensa del voto a pesar de ser menor de edad. No obstante, nuestra desarticulación era evidente y la mafia del poder impuso mediante un fraude electoral al espurio Felipe Calderón.
Muy pronto, en 2008, tuvimos que regresar a las calles para defender el petróleo nacional frente a los intentos privatizadores del gobierno panista. Sin embargo para las juventudes seguía siendo complicada la organización e involucramiento en la vida interna del movimiento, pero tejimos lazos de amistad y fraternidad desde lo local que años después rendirían grandes frutos.
Tras un desastre de gobierno que, buscando legitimidad, llenó de sangre al país e hizo que cientos de miles de mexicanas y mexicanos perdieran la vida, llegó la elección de 2012 y con ello la esperanza por un cambio volvió a recorrer no solo Veracruz, sino todo México. Fue entonces que identificamos el interés de muchos jóvenes en participar para buscar la Transformación en cada rincón del país y que, al encontrarnos y conocernos, tuvimos una sensación única: no estábamos solos. Así nació “Morenaje”
Conformamos equipos de trabajo y nos organizamos para cumplir con diversas tareas, siendo la más importante la de cumplir con la estructura electoral necesaria para la elección presidencial. Dicha experiencia fue maravillosa, pues confluíamos en el espacio de la búsqueda del cambio jóvenes -en su mayoría estudiantes con poca experiencia- junto a personas mayores, con una larga trayectoria de lucha y ganas de seguir luchando por un cambio.
La historia es conocida: los medios de comunicación, en complicidad con las autoridades electorales, impusieron a Enrique Peña Nieto con la compra de millones de voluntades; pero la semilla del cambio se había plantado y nada la iba a detener.
Articulación
En ese nefasto sexenio nos mantuvimos activos siendo la única oposción partidista existente en el país, y buena parte de ello fue gracias al vital papel que jugamos las juventudes en el movimiento que terminó convirtiéndose en partido político. Tuvimos que resistir e insistir cuando determinados políticos tradicionales parecían despreciarnos por inexpertos.
En Veracruz, específicamente, se nos asignaron tareas muy relevantes a jóvenes que militábamos por primera vez en nuestras vidas en una fuerza política, y lo hacíamos de corazón y por la confianza que teníamos en el proyecto de Andrés Manuel.
De igual forma, las luchas sociales nacidas a raíz de las reformas estructurales del Pacto contra México nos dieron la oportunidad de conocer, entender y acompañar diferentes liderazgos relativos a cada parte del paquete. Conocimos a defensores incansables del medio ambiente -quienes advertían el riesgo inminente de la extracción de gas a través de la práctica del famoso fracking o la venta de nuestros recursos a extranjeros sin menor obstáculo autorizado en la reforma energética-, a los sindicatos y trabajadores que avistaban la pérdida de derechos adquiridos durante años en la reforma laboral ,y no menos importantes, a las y los cientos de maestros que inundaron la capital con el justo reclamo por la reforma “educativa”, siendo este último sector el más sentido ya que uno de nuestro amigos, siendo catedrático de tiempo completo de la UV, nos informaba de viva voz los peligros de la misma.
El líder
La primera elección a la que nos enfrentamos como Partido fue la de 2015. Para entonces, muchas jóvenes ya pertenecíamos al Comité Ejecutivo Municipal de Xalapa en carteras importantes. Nos organizamos y contra todo pronóstico y la oposición de viejos cacicazgos locales (aún dentro de la izquierda) impulsamos como candidato a un compañero que había acompañando nuestra lucha desde años atrás, por ejemplo con la recolección de firmas contra la reforma energética o tomando la tribuna en el Congreso local. Sentíamos que era un fiel testigo de las carencias y vicisitudes que vivíamos las personas más jóvenes y en general el Pueblo de Veracruz: el Ingeniero Cuitlahuac García.
En aquella campaña, la coordinación y la toma de decisiones estaban concentrada en su mayoría en jóvenes, quienes aventuradamente recorríamos las calles sin un sueldo pero con la esperanza nuevamente del cambio verdadero; sin recursos, pero con todas las ganas y todas las trabas -incluso internas- por la resistencia a la nueva generación. Recorriendo a pie las calles y tocando puertas convencimos a cientos de veracruzanos y obtuvimos triunfos fundamentales como el de la capital, Xalapa.
Los tres años siguientes, de manera consecutiva, tuvimos elecciones en el Estado, permitiéndonos formarnos aún más en la tarea organizativa y tener a excelentes cuadros al frente de responsabilidades importantes. Nuestras posiciones como jóvenes ya no son para rellenar huecos. Hemos conquistado espacios con lucha, trabajo y organización, y el mejor ejemplo es el gobierno de Veracruz, en el que personas de distintas edades y profesiones demuestran que la edad es compatible con el ejercicio de funciones relevantes en el gobierno y la toma de decisiones. En lo personal, represento con orgullo y mucha resposabilidad a Xalapa en el Congreso de la Unión.
Como conclusión: debemos seguir pensando dinámicas en las que los jóvenes sean integrados e involucrados en la vida pública del país y en sus decisiones. Se acabaron los tiempos donde sólo los hombres mayores tenían derecho a altas posiciones por su pura condición. Las juventudes demostramos día con día que podemos hacer las cosas incluso de mejor manera que muchos “expertos”. Nuestro país ya no es el mismo y los más jóvenes de este país estamos siendo volteados a ver. Morena y sus dirigentes deben poner atención para seguir a la altura de los tiempos que vivimos, siendo un movimiento cercano al Pueblo y a las sensibilidades de las juventudes, a sus necesidades y a impulsar su participación en el primer orden. Hay que voltear a ver a Veracruz.
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