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    Rafael Arias Hernández

     

    Pobre del pobre. Sin empleo, ingreso, prestaciones y servicios públicos. Presente hundido, futuro perdido.

    No hay que ser reconocido experto, ni prestigiado tecnócrata. Tampoco adivino,  agorero o profeta,  para asegurar que la  situación sigue de mal en peor, incrementando el número de seres humanos,  en limitaciones y sacrificios. Ineptos y corruptos, parásitos y saqueadores  en los gobiernos empeoran las cosas.

    ¿México rebasará en 20202, los 60 millones de pobres; y Veracruz los 6 millones? ¿Y la pobreza extrema a cuantos  afectará?

    Por lo pronto, Veracruz con porcentajes superiores al promedio nacional, incrementa su pobreza extrema, a más de 20%,  pudiendo alcanzar los 2 millones, este mismo año. ¿Qué hacen gobiernos municipales y el estatal?

    Imparable crecen hambre, pobreza y  el número de muertos. Sobre todo por la indiscutible afectación de la pandemia, que permanece y se extiende,  causando  más daños, incluyendo los irreparables. No basta el merecido reconocimiento a enfermeras, médicos y trabajadores de salud. Hay que apoyarlos y pagarles bien.

    ¿Y qué hacer con los funcionarios y gobernantes, irresponsables?

    Indispensable considerar las numerosas defunciones, que también siguen ocasionando inseguridad pública y violencia, así como las resultantes por hambre y pobreza, alentadas por la implacable  crisis económica, que sigue sin entenderse ni atenderse bien, oportuna y pertinentemente. Eso sin mencionar la crisis de las finanzas públicas, que tampoco puede ocultarse, minimizarse y desatenderse.

    Obligado repetir e insistir ¿Y los funcionarios y gobernantes, responsables?

    En este contexto, nada raro que la pobreza laboral, afecta casi a la mitad de la población. Una de cada dos personas, con un ingreso insuficiente para adquirir la canasta alimentaria. ¿Qué hacer?

    ¿Así, cómo se puede adquirir  y consumir lo básico para sobrevivir?

    INFORMACION Y DIAGNOSTICOS ACTUALES Y CONFIABLES.

    De ahí que  hay que señalar que, al comprobar que la situación y condiciones empeoran y se complican, para enfrentar y resolver los problemas que se generan, es necesario contar con información suficiente, actualizada y confiable. En particular, conocer y disponer la referente al contexto laboral de la población que se habla y atiende. Esto es, disponer de indicadores e información, actualizada y confiable, tanto el ámbito nacional, como de los estatales y municipales; y, en particular, la relativa a los grupos más vulnerables y en condiciones de desventaja, o peligro.

    En los estados y municipios, ¿qué se hace?  ¿En que se basan para hacer lo que dicen que hacen?

    De lo nacional, a lo local, debe reconocerse la importancia de temas centrales, como la informalidad, que supera el 65 % de la población ocupada y ha sido muy afectada por los efectos de la pandemia.

    De ahí que hay que insistir y exigir información actualizada, confiable y accesible. Diagnósticos y análisis pertinentes y sustentados. En otras palabras, hay que dar permanente seguimiento, a toda acción y reacción gubernamental. Evaluar lo que se hace o no.

    Consolidar y mejorar salud, seguridad, educación y finanzas públicas. Dar la importancia que tiene, el  crecimiento demográfico y su composición, activa e inactiva, ocupada y desocupada; a la creación o pérdida de empleos formales, sobre todo los registrados en el IMSS;  al nivel de ingreso laboral, tanto formal como informal,  nominal y real, general y per cápita; el costo y composición de la canasta básica, el acceso a los servicios de salud: y, desde luego, a la situación económica de recesión, estancamiento o reactivación, así como a la determinación de los tipos de pobreza y sus alcances.

    Destacándose en especial, que es muy alto el número  de ocupados y de población en general,  sin acceso a servicios de salud;  y que no cuentan con recursos para atenderse, cuando son afectados o enfermados.

    En fin. Recomendable leer, consultar y alentar las publicaciones al respecto, como el informe de pobreza y evaluación 2020 del CONEVAL.

    Entre otros temas, reporta que, “a junio de este año el ingreso laboral real per cápita, es de  mil 570.74  (a pesos constantes de 2010). Además estima la masa salarial como la suma total de los ingresos laborales de todas las personas ocupadas… y, de acuerdo a  la ETOE, se ubicó en 179 mil 755.56 millones, mientras que en mayo se situaba en 163 mil 219.68 millones…” (Universal.000820)

    Por otro lado, en forma breve y sencilla, hay que mencionar, que al primer semestre del 2020, según INEGI, la economía mexicana tiene una brecha laboral de 33 millones de empleos. Esto es:

    2 millones que buscan trabajo.

    20 millones que no buscan, pero están dispuestos a trabajar. Y

    11 millones que no buscan, pero expresan necesidad de laborar más horas.

    Así, casi la mitad de la fuerza laboral potencial, reporta tener necesidad de empleo. Hecho que se incrementa, con paros y despidos provocados por la pandemia.

    Los pronósticos en general coinciden y los hechos comprueban, que la evolución de la crisis económica continua hacia una singular contracción o recesión, considerada la peor de los últimos años.

    El futuro inmediato abundará en desempleo y subempleo, hambre y pobreza, concatenados con más corrupción y delincuencia dentro y fuera de los gobiernos que, sin duda, estimulan  inestabilidad y desigualdad social, violencia  e inseguridad pública, incrementando el volumen de delitos y, en particular, los homicidios.

    El Banco de México y otras fuentes sostienen que el hundimiento de la Economía, será del 10% en 2020; la pérdida de empleos formales superior a un millón; el tercer lugar mundial en defunciones relacionadas con el COVID-19; la deuda pública seguirá incrementándose, pues en año y medio fue de 1.5 billón más y  su total, ya supera los 12 billones; los ingresos petroleros han descendido casi un 40 % en el primer semestre, afectando los ingresos y el presupuesto; y, en resumen, habrá que trabajar mucho tanto en fortalecer el sector público, como en establecer políticas económicas y de finanzas públicas, en la recuperación que va a tardar y no va a ser fácil.

    Indispensable empezar por conocer los problemas, para ocuparse de ellos.

    No se resuelve ni atiende bien, lo que no se sabe.

     

    -Academico.IIESESUV @RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH

     

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