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    Lorena Piñón Rivera
    Consummatum Est

     
    Mariana había preferido hospedarse en un hotel, para evitar cualquier posibilidad de contagiar a sus hijas y a su anciana madre. Sus días de descanso se permitía ir por las tardes a su domicilio y hacían un picnic a distancia. Ella se quedaba en la banca del jardín que se encontraba al pie del balcón en donde podía platicar con sus pequeñas y recibir el aliento de su mamá.
    Así fueron casi 4 meses, mientras Mariana cumplía con sus labores como enfermera en el pabellón de enfermos de coronavirus, ubicado en un hospital del IMSS en el Estado de México. La semana pasada en la videollamada colectiva familiar, mi primo platicó sobre las vicisitudes que estaban sorteando sus vecinas, pues Mariana finalmente se había contagiado y estaban a punto de conectarla a un respirador.
    Este pasado miércoles, Mariana, de 38 años de edad, se extinguió. La tragedia ha dejado huérfanas a dos niñas de 9 y 11 años. Adicionalmente, la abuela se encuentra en riesgo máximo porque tiene más de 70 años y es diabética. Toda vida que se apaga con motivo de la pandemia es lamentable, pero la muerte de un profesional de la salud implica que disminuye la capacidad de las instituciones de salud para atender a más enfermos.
    La historia de Mariana es terrible. En México mueren los trabajadores del sector salud 6 veces más que en China –país donde se originó la pandemia–,más del doble que en Italia y 5 veces más que los Estados Unidos -la nación con mayor índice mundial de contagios-. Para poner esto aún más en perspectiva, mientras en China el 4 por ciento del personal sanitario se contagió durante la etapa más álgida de la pandemia, en México el porcentaje ha variado mensualmente entre el 21 y el 23 por ciento de trabajadores de la salud que presentan la infección por coronavirus.
    Si en promedio un enfermero o enfermera tienen a su cargo el cuidado de 6 pacientes internados, su incapacidad o muerte puede desencadenar muchos fallecimientos más porque no pueden asistir a personas que se encuentran en condiciones críticas.
    De acuerdo a un estudio elaborado por Mexicanos contra la corrupción y la impunidad A.C., «Una parte de los contagios y muertes por Covid entre el personal sanitario se debe a la exposición a una gran carga viral durante periodos largos. Otra parte se debe a la falta de insumos de protección, como son los cubrebocas N95 (la autoridad sanitaria sólo entregó un tercio de los necesarios). Pero en gran medida estos contagios y decesos son producto de una deficiente capacitación e insuficiente entrenamiento para que el personal de salubridad sepa cómo cuidarse y prevenir el contagio.»
    Es lamentable que la autoridad sanitaria federal haya caído en estas omisiones, con las consecuencias fatales descritas. Desgraciadamente, no hay certeza de que los contagios estén en una tendencia de disminución. Por cierto, la familia de Mariana no podrá recibir el seguro por 50 mil pesos que anunció el Presidente López Obrador en mayo pasado, puesto que esa póliza sólo estaba vigente para los que hayan muerto entre el 1 de abril y hasta el 31 de agosto pasado. Justicia para Mariana y para todos los profesionales del sector salud.
    Consummatum: La Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos del INE informó que el PRI es el instituto político que cuenta con el mayor número de afiliados en el país, con más de dos millones registrados. Con el liderazgo de Alejandro Moreno, el tricolor se confirma como el partido opositor de mayores simpatías en el país.

    Tw: @lorenapignon
    Secretaria Nacional de Gestión Social del PRI

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