Alejandro Ortega V.
La Trinchera
En la segunda semana del mes de agosto comenzó a tomar fuerza una tendencia de opinión en México; el temor expresado por la pandemia fue rebasado por la preocupación que para los mexicanos representa una crisis económica creciente, con el colapso financiero que no se resolverá pronto.
La población vive los estragos del desempleo y el cierre de actividades. La encuesta de agosto de El Financiero muestra la variación de opinión colectiva que pasó de la alta preocupación por la inseguridad en febrero (7 de cada 10 hablaba de ello) al temor de contagio por la pandemia en abril (56%) y al despunte actual de la economía y el desempleo como la mayor preocupación social en las últimas dos semanas.
«El país ya tocó fondo y estamos de nuevo en la senda del crecimiento» dijo el presidente ante de su Informe, tras perder casi un millón de empleos en los últimos meses. El presidente se ha defendido con cifras «no corroborables»: «Es un timbre de orgullo poder decir que ayudamos, por medio de los programas sociales, a 23 millones de familias».
Sin embargo, hay otras mediciones que muestran la preocupación creciente por la situación económica. La encuesta de De las Heras, destacó que un 51% de las personas opinan que hay que salir urgentemente para reactivar la economía, «aunque la pandemia siga fuerte». La encuesta de la empresa Enkoll, dice que el 42 por ciento de los encuestados aseguraron temer más miedo a la falta de dinero por la crisis económica que al propio virus.
En su estudio GEA-ISA señala que el 65% de las opiniones aseguran que la pandemia afectó el trabajo y los negocios de sus familias. Rebasar la cifra catastrófica de muertes por coronavirus y que el número siga creciendo, no es hoy la preocupación mayor de los mexicanos que hoy temen más a la crisis económica, a la falta de empleo y la pobreza, que a la pandemia.
¿Qué es lo que puede pasar?
Las autoridades podrían ser rebasadas en varios sentidos: en el acatamiento de las medidas de contención del Covid19 con una mayor dinámica humana en la búsqueda de empleo, obtención de ingresos y el sustento familiar. El relajamiento de las medidas sanitarias que pueden podrían derivar en el resurgimiento de la pandemia.
Además de desempleo, las cifras muestran un alto crecimiento de la pobreza que podría derivar en un incremento de actos delictivos. de hecho, tras la reactivación económica los robos, asaltos y delitos de alto impacto: homicidios, secuestros, extorsión se han incrementado. Agosto ha sido un mes con elevada incidencia delictiva; tiene el segundo lugar con el mayor número de víctimas mortales; 2 mil 534 víctimas de homicidio doloso a nivel nacional con un promedio de 81 homicidios diarios.
La presión social que genera la rápida atención de la crisis económica podría acelerar para el mes de octubre la puesta del semáforo verde, intentando recuperar el mayor número de actividades productivas, aunque con el riesgo que ello implica. Sobre esta posibilidad ya trabajan gobiernos locales como el de la Ciudad de México, que recién presentó un plan de recuperación económica, con una oferta importante de generación de empleo y una movilidad casi normal en puntos estratégicos de la ciudad. Irónico, en la administración estatal Veracruz ni siquiera se ha pensado en ello.
Sea como sea, la crisis económica obligará a mover montañas y dejará al descubierto que la solución de «tocar fondo y recuperar la senda del crecimiento» como dice el presidente, está mucho más lejos que la presunción de sus datos «no comprobables».
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