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    Los alimentos naturales son la mejor fuente de nutrientes, ya que con una dieta variada y equilibrada no es necesario que los niños tomen suplementos de  vitaminas, afirmó la especialista en Gastroenterología y Nutrición Pediátrica, del Hospital General de Zona (HGZ) No. 11, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Veracruz Norte, Verónica  Lopez Espinoza.

    Sin embargo, si las prácticas alimentarias de la familia limitan los grupos de alimentos disponibles, los suplementos pueden ser necesarios en algunos niños que requieran de vitaminas o minerales.

    Algunos alimentos que benefician al sistema inmune son: cítricos, como el  kiwi, naranjas, limones, papaya, fresas, pimientos y tomate, por su alto contenido en vitamina C; otros como cebolla, ajo, repollo, espinacas, coliflor y brócoli, contienen antioxidantes; las  zanahorias aportan vitamina A (carotenos); y el salmón, que contribuye con ácidos grasos Omega 3  y vitamina E.

    Se recomienda evitar alimentos procesados, como azúcar, carnes procesadas, harinas blancas y grasas saturadas, ya que al consumirlos se dejan de lado los que son saludables y que sí ayudan al sistema inmune. Además, producen inflamación en el organismo, lo que perjudica la respuesta inmunitaria.

     

    La mejor manera de prevenir un problema potencial es hacerle ver a los niños que hay peligros en tomar más de una dosis de vitamina al día; asegure que su hijo sepa que aunque la vitamina saben bien, no son dulces y no se deben de ver como un “premio”. Adicionalmente, trate las vitaminas igual que a cualquier medicamento.

    Mantenga dichos suplementos bajo llave, en un gabinete o fuera del alcance de niños, tenga en mente que los niños más grandes son curiosos. Grandes cantidades de vitaminas en gomitas, pueden causar problemas graves en un niño, especialmente aquellas que contienen hierro.

    El hierro en las vitaminas puede causar intoxicación, lo cual es una preocupación seria, especialmente en niños pequeños. Inicialmente, en exceso causa náusea y diarrea. Cantidades grandes de este elemento pueden causar daño al hígado y a otros órganos.

    La ingesta en exceso de vitaminas A, D y E, que son vitaminas liposolubles, también puede generar efectos secundarios, así como el ingesta excesiva de zinc.

    Por último, la especialista refirió que en caso de que el niño requiera suplementos con vitaminas, debe acercarse a su médico, en la Unidad de Medicina Familiar (UMF) que le corresponda.

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