Severo Francisco Mar Morales
Banquillo político
“PARA TODOS LOS CIUDADANOS QUIENES PERDIERON LA VIDA Y MUCHOS MÁS QUE INJUSTAMENTE SUFRIERON VEJACIONES, HUMILLACIONES, DETENCIONES ARBITRARIAS Y SOBRE TODO, VIOLACIONES DE SUS DERECHOS COMO INDIVIDUOS, POR EL REGIMEN REPRESOR EN TURNO”
En la lucha por alcanzar una Nación más justa e igualitaria, México tiene ya su propio rostro. Los acontecimientos ocurridos la tarde del 2 de octubre del año de 1968, forman parte ya de la historia viva del México de hoy. Posterior a que un helicóptero que sobrevolaba la Plaza de las Tres Culturas arrojara una luz de bengala, fue la señal precisa para que dieran inicio los disparos en contra de cientos de estudiantes que en esos instantes abarrotaban el lugar. En ese momento en Tlatelolco se llevaba a cabo una gran manifestación estudiantil en demanda de mayor libertad de expresión, a escasas semanas de que se celebraran en México los Juegos Olímpicos.
El 2 de octubre es una fecha que cambió el panorama político y social de México, un día que cada año es recordado por el profundo impacto en la vida de los jóvenes, los estudiantes y hasta en la censura mediática. El acontecimiento ocurrió cuando aproximadamente 10,000 personas (en su mayoría estudiantes), se reunieron en la Plaza de las Tres Culturas para protestar ante los gobernantes y algunos medios de comunicación. No era la primera protesta, era la consecuencia de meses de descontento entre la sociedad y el gobierno. Actos represores y la gran inversión en los Juegos Olímpicos, en gran contraste con la pobreza en ciertos sectores del país, eran algunas de las causas principales detrás del descontento.
El movimiento de 1968 recoge las experiencias de los ferrocarrileros, de las luchas de los maestros, de las luchas de los médicos, de las enfermeras, de tanta efervescencia social previa.
Lo que se conoce como la “matanza de la Plaza de las Tres Culturas” marcó profundamente a los mexicanos, es plausible manifestar que fue un hito en la historia social y política de México. Desde el punto de vista político se le recuerda como un momento en que el régimen autoritario mexicano sufrió una gran fisura, debido a que fue un desafío directo a la figura Presidencial. En la parte social representó el primer gran evento colectivo importante en la historia contemporánea de México, debido a que se creó un frente común estudiantil -con muchas simpatías en clases medias y en muchos otros sectores de la sociedad- que posibilitó ese desafío.
Paradojas de la vida, pues en esos días fatídicos, una persona que años después llegaría a ser Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, también fue injustamente reprimido y detenido, al igual que un candidato presidencial, sus nombres Ernesto Zedillo Ponce de León, y Diego Fernández de Cevallos, entre otros ciudadanos, quienes fueron violentados en sus derechos como personas, por el simple hecho de querer manifestar libremente sus ideas y pensamientos, producto de la rebeldía natural de todo joven en esa etapa de sus vidas.
Sin ir muy lejos, aquí en Xalapa, aún viven varias personas que también pueden dar sus testimonios de las “formas” y “manera” tan crueles en que fueron “tratados” y humillados, tanto en la ciudad de México como en la capital del estado, quienes, por cierto, son personas de bien, muchos(as) de ellos, profesionales egresados de la Universidad Veracruzana y de otras instituciones, con reputación y fama de ser gente de bien y honorable, quienes tienen familias consolidadas en la sociedad.
Cabe señalar que la matanza de estudiantes que inició el fatídico 2 de octubre de 1968, no fue un episodio aislado, ni mucho menos el único. Ese mismo año, estudiantes en Argentina, Uruguay, Checoslovaquia, Francia, España y en aquel entonces la llamada República Federal Alemana, luchaban denodadamente por la justicia social y abrigar la esperanza de un régimen de libertades. Los jóvenes de ese entonces, tuvieron como eje la lucha por la libertad, que manifestaban en una crítica al autoritarismo de los gobiernos, a la intervención militar de Estados Unidos en Vietnam, al orden geopolítico de la posguerra y al férreo control de la Unión Soviética sobre los países del este.
Hace ya 52 años, una generación de jóvenes universitarios, estudiantes de escuelas de educación pública superior, alzaron la voz, salieron a las calles, se reunieron en las plazas, convocaron a la sociedad para pedir que sus demandas fueran escuchadas. La respuesta gubernamental fue la intolerancia y la represión, con los resultados conocidos.
No se olvide jamás que, a través de estos movimientos estudiantiles, sindicales y sociales, mucha gente se ha dado cuenta que los derechos de los ciudadanos son mucho más importantes que los privilegios de los gobernantes… a través de estas manifestaciones masivas de descontento, es como se han heredado las ideas de democracia, pluralidad, participación y sobre todo de libertad y que los gobiernos de hoy las han enarbolado y las han hecho propias.
El recuerdo perenne de la matanza del 2 de octubre de 1968 enfatiza el valor de la tolerancia en la vida pública y alerta sobre la necesidad de avanzar en la consolidación de la democracia como la forma de gobierno plena para la sociedad en la que actualmente vivimos.
A través de los años, se han escrito innumerables libros, “La Noche de Tlatelolco” documentos, filmado películas con motivo de ésta fecha, pero lo que es innegable y con el paso del tiempo se ha dado cuenta uno, es que fue una tragedia innecesaria, que a la fecha es recordada como uno de los eventos más tristes en la historia moderna del México de hoy.
La Noche de Tlatelolco es uno de los momentos más terribles y dolorosos en nuestra historia como país independiente. Debemos mantener vivo el recuerdo de esos acontecimientos, aprender de ellos y hacer lo que nos toca para evitar que puedan llegar a repetirse.
Pasará al olvido la fecha del 2 de octubre de 1968, para muchos quienes vivieron esos momentos, JAMÁS.
SÓLO CON EL TIEMPO SE SABRÁ LA RESPUESTA…
pamar0712@hotmail.com
@pamar0712
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