Felipe de Jesús Fernández Basilio
Desde A Janela
Se acaban de eliminar muchos fideicomisos con la supuesta finalidad que más bien es un pretexto de que es mejor que sus recursos se administren libremente por parte de hacienda y se ocupen al momento que se requieran y esos recursos, según dicen, lleguen de manera efectiva a quien lo necesite.
El discurso justificativo es el mismo de siempre, que cada fideicomiso es opaco y se presta a la corrupción y sin embargo como también siempre sucede, no hay ninguna prueba que justifique esa acción ya que hasta el cansancio siempre se dice que en el pasado hubo mucha corrupción, pero la misma no se ha demostrado siquiera indiciariamente, simplemente sirve de pretexto para adueñarse de todo lo que se pueda.
Y es que el fin verdadero de eliminar los fideicomisos es el de disponer libremente de los recursos que tienen asignados.
Para comprender mejor lo que va a suceder, vale la pena explicar qué es un fideicomiso y así tenemos que un fideicomiso es una institución de origen latino que según su etimología significa dar un mandato o comisión a alguien de entera confianza, por ello su nombre está compuesto por las palabras fe y comisión y en el sistema jurídico actual es el encomendar a un tercero un bien de cualquier naturaleza, en el caso en comento es dinero, para conseguir un determinado fin y su característica principal es que el bien encomendado sale del patrimonio del que lo constituye mas no se puede disponer libremente ni mucho menos quien lo tiene en administración es su dueño, ya que su disposición solamente se puede llevar a cabo cuando se cumple el fin para el que fue creado y puede haber o no un beneficiario,
En pocas palabras todos y cada uno de los fideicomisos ahora extintos eran recursos que estaban separados del presupuesto ordinario del gobierno, quien no los podía disponer libremente debido a que estaban encomendados a un tercero que era una institución financiera o bien un comité técnico creado exprofeso y solo se ocupaban los recursos para el fin al que estaban por ley destinados.
Es decir, si la finalidad era apoyar al cine nacional el dinero solo se podía ocupar para hacer películas e igualmente si era para ayudar y reconstruir las zonas que fueran afectadas por un desastre natural, el dinero destinado solo se podía aplicar para ese fin y así había para investigación científica, tecnológica, construcción de carreteras y muchas cosas más que si no se financian con recursos públicos es difícil que se haga de otra manera.
Pero el gobierno federal que ya se acabó el dinero que dispone en gastos superfluos como los ya conocidos proyectos insignia de la administración y que además necesita tener dinero para financiar el clientelismo electoral para el próximo año, sencillamente entró a saco en los fideicomisos para quedarse con el dinero y poder hacer con él lo que le plazca.
A partir de ahora ya no importan los fines para los que estaban destinados esos fondos debido a que serán Hacienda y el Ejecutivo quienes dispondrán a su libre albedrío de los fondos, los cuales desde luego que serán utilizados para fines muy distintos a los que estaban destinados y peor aún sin que un tercero los administre y se encargue de velar porque se cumplan.
Como bien nos podemos dar cuenta, la voracidad de López no tiene límites y con esta medida lo que se pone en evidencia es un atraco al país, ya que se van a perder muchas cosas en las que se había tenido un avance simplemente porque se les va a quitar el dinero para tirarlo en los pozos sin fondo de los proyectos faraónicos y de la mal llamada asistencia social.
En lugar de tener cine nacional vamos a tener barriles de petróleo que nadie quiere comprar y así mismo en lugar de tener dinero reservado para desastres naturales vamos a tener despilfarro en programas que ni son sociales ni sacan a nadie de la pobreza, sino que solo crean meras clientelas político electorales y así podemos comparar el destino de cada fideicomiso con el que le van a dar de aquí en adelante.
Y si todo esto es ya muy malo aún nos falta ver lo peor, porque ya acabaron con programas sociales que tenían dinero propio como el Seguro Popular, dejaron sin dinero para operar a casi todo el gobierno y ahorita extinguieron los fideicomisos pero el déficit sigue y el dinero que ahorita saquearon también se va a acabar y entonces inventarán otro tipo de extorsiones de las cuales algunas ya estamos viendo como los cobros excesivos por el servicio de energía eléctrica o el acoso tributario y tarde o temprano van a disparar la deuda pública.
Las campañas y la popularidad cuestan y mucho y para López ambas son fundamentales y por lo mismo va a sacar dinero hasta debajo de las piedras para financiarlas y a eso le sumaremos los caprichos que en el camino se le ocurran como la consulta que no es consulta que la Corte Suprema aprobó o el mantenimiento en tierra del avión que rifó y que luego va a vender.
En conclusión, la única explicación realista acerca de la extinción de los fideicomisos es quedarse con el dinero.
felfebas@gmail.com
Twitter: @FelipeFBasilio
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